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Todo
lo explicado hasta este momento es así y no podría ser de otra forma, pues
todo está razonado en base a la lógica de relaciones geométricas y numéricas.
Quiero decir, que hasta aquí ha sido el pensamiento lógico, el hecho
científico podríamos decir, quien ha guiado a la expresión. El
momento creativo, la expresión artística llamada escultura,
comenzará
cuando decida qué hacer con estos fundamentos geométricos. Ellos serán
solamente el origen de donde surgirán las múltiples preguntas, cada una con
infinitas posibles respuestas, de entre las cuales hemos de escoger la mejor a
nuestros ojos, siguiendo criterios de composición y relación formal mucho más
subjetivos y aleatorios que los hasta aquí enunciados. En
el caso que nos ocupa de las columnas salomónicas, me propongo elegir dos y
unirlas en un solo volumen. Pero ¿cuáles de las muchas posibles? y una vez
elegidas ¿cómo las penetro?: ¿muy juntas o poco, más arriba o abajo, más
girada una sobre la otra o menos, en que proporción quedarán sus partes cóncavas
y convexas...? ¿y si tomo tres columnas? Las preguntas se multiplicarán
hasta el infinito en el proceso creativo. El
acto creativo será la decisión de cuál es la mejor respuesta. MORDEDURA DE DOS COLUMNAS SALOMÓNICAS Las dos columnas de las dos esculturas son iguales dos a dos. El sentido figurativo, de busto femenino en una de ellas, es provocado porque en este caso las columnas giran en sentido inverso por lo que se produce la simetría de la que participa el cuerpo humano. Las posibilidades combinatorias se multiplican. Pero en la misma proporción disminuyen las posibilidades artísticas. Podríamos decir que la complejidad unifica: una aglomeración de columnas no nos diría nuevo mucho más. Sin embargo una composición con cierto grado de complejidad tiene lecturas individualizadas de gran valor, donde la parte sea mejor que el todo. Al disminuir progresivamente el radio de las rodajas que conforman el toro, éste penetra sobre sí mismo. El diámetro de su eje interno es el único que permanece invariable. Los límites externos serán líneas convergentes al modo de las generatrices del cono. El proceso anterior más un giro en cada rodaja producirá la forma de cuerno. El eje interior tendrá forma helicoidal. En esta nueva variación, el eje interior es una espiral muy similar a la del Nautilus. No es casual que nos aparezcan formas fácilmente identificables en la naturaleza y mayormente sean espirales. La espiral es producto de una repetición con variación; un elemento constante que se repite y una variable, forman una sucesión numérica o formal y ese proceso es común a la naturaleza. Ésta se rige por unas leyes claras de crecimiento (constantes) a desarrollar progresivamente en el espacio y en el tiempo (variables). Formada por un proceso totalmente distinto a las columnas salomónicas. No surge de rodajas del cilindro sino del rectángulo de su desarrollo. El volumen es producto de la superposición de rectángulos cada vez más estrechos. Formada por medio del toro con sus medias rodajas giradas. El cilindro tangente de su interior será el eje que la sustenta. Cada polígono genera una espiral distinta; cuanto mayor sea el número de lados más perfecta será la espiral, pues sus arcos de circunferencia serán más y de menor grado. ESPIRAL MULTIPOLIGONAL En
base al principio anterior, me propongo crear una espiral de tramos rectos en la
que participen todos los polígonos. Dos lados de un polígono y el ángulo que
forman ya lo definen; con otro lado igual y un nuevo ángulo surge el polígono
siguiente y así repetidamente en una sucesión recursiva. La
serie de tramos rectos en el plano bidimensional tenderá a la línea curva pues
me acerco al polígono de infinito número de lados, la circunferencia.
El
rectángulo Ö2
dividido sucesivamente por 2, 4 y 8,
genera al igual que en todos los polígonos una espiral. Las
diagonales de todos los rectángulos se cortarán perpendicularmente, y
seccionarán a los cilindros con los que construiremos la escultura en dos ángulos
suplementarios de 54º 44’ y 35º 16’ cuyas elipses serán tangentes y
circunscritas en los límites de sus ejes. La geometría descriptiva, posibilita conocer en su verdadera magnitud los desarrollos de las distintas partes cilíndricas y las elipses de sus secciones correspondientes a los dos planos que cortan perpendicularmente al cilindro. EL CUBO GIRADO. LA NORMA TRANSGREDIDA Decía
anteriormente que consideraba el acto
creativo como respuesta a una de las muchas preguntas sugeridas por un hecho científico. Ahora quiero resaltar esa idea afirmando que
toda obra artística es producto de la transgresión de una norma. La norma
científica puede tener muchos valores; ser intuitiva, reflexiva, analítica,
racional,... La creatividad ha de quebrantar de alguna manera y en mayor o menor
grado esa norma para acceder a un plano superior. La persona creativa ha de
sentir el deseo de transformar de algún modo lo conocido, lo que ya es así y
de tal manera.
La construcción de un cubo vacío (exacedrom planus vacuus), como lo dibujó y llamaba Leonardo- en este caso de aristas cilíndricas, contiene problemas interesantes de intersecciones de tres cilindros, pero no iría más allá en su interés. Sólo el hecho ya enunciado de que el cilindro puede girar sobre sí mismo, grado a grado 360 veces, hace posible que de las cuatro aristas perpendiculares a sus bases una permanezca inmutable mientras se rompen las otras tres sin perder su apariencia cúbica general. En el caso del cubo de Leonardo, al estar construidas sus aristas con prismas cuadrangulares, los dos cuadrados de las bases, girarán necesariamente 90º, perdiendo el cubo toda su identidad. Una arista de todos ellos permanece inmutable en su perpendicularidad. La opuesta en la diagonal será tangente y el grado de giro lo definirá el radio del cilindro-arista. Las dos aristas intermedias sufrirán mordedura, pues el lado de un cuadrado es menor que su diagonal.
Conjunción de dos elementos arquitectónicos en la estructura de un cubo. Secciones de 45º combinadas en distintas direcciones y medio toro para el arco de medio punto. De
las intersecciones de los cilindros de la torre y de otras figuras sobraron
numerosos restos –despojos- que antes de tirarlos me entretuve con ellos. Para
mi sorpresa descubro sus posibilidades combinatorias, apareciéndoseme variadas
formas muy cercanas a la naturaleza: formas de conchas, semillas, pequeñas
calabazas, caparazones, colas de langosta, . . .todas ellas muy próximas al
entorno de la biología y la botánica. Me recordó que en una etapa anterior en
la que estaba ocupado con el cubo y en general con todos los poliedros, las
formas resultantes de procesos similares estaban muy cercanos al campo de la
geología: formaciones y maclas de minerales. La explicación a tal
circunstancia estaría en la persistencia de la curva en las formas surgidas
del cilindro. El crecimiento geológico se produce por ruptura y asentamiento
de sus partes, mientras que las formas biológicas y botánicas crecen y se
multiplican libres en el espacio. La explicación geométrica está clara, si recordamos que el aplastamiento de circunferencias tangentes produce una retícula hexagonal y el empaquetamiento de esferas conforma el sólido de Kelvin (tetracaidecaedro), ocho hexágonos y seis cuadrados- poliedro que junto con el cubo y el rombododecaedro son los únicos que por sí mismos rellenan el espacio. CALABAZAS DE GAJOS CÓNCAVO-CONVEXOS Series
de gajos no simétricos alternados con sus inversos se cierran en un volumen,
similar a melones o calabazas ovoidales, de estrías cóncavo-convexas. Su tamaño
y el número de estrías resultante está directamente relacionado con las
variaciones que demos a los tres parámetros que intervienen en su realización:
el radio del cilindro, el ángulo de la sección y el grado de giro dado a la
sección. Me llama la atención el predominio del número impar en las series
de pares de gajos. Me pregunto si será casualidad o ¿tal vez en la naturaleza
abundará más el número impar? En el extremo de un cilindro hueco, series diversas de secciones giradas producen superficies de gajos no simétricos, no desprendidos en uno de sus extremos y superpuestos en el otro. Secciones de 30º, 45º y 60º. Cilindro hueco que se prolonga en el espacio interior de medio toro. Secciones longitudinales del cilindro en dirección del rectángulo generador. Las rectas generatrices opuestas, al curvarse, producen la hipérbola. Secciones
de 45º progresivamente desplazadas por traslación sobre el eje del cilindro e
invertidas formando pares iguales. Los círculos de las bases del cilindro serán
perpendiculares entre sí. En el caso en que la traslación sea acompañada de giro, la suma de los giros de cada par de rodajas, no simétricas en este caso, produce el efecto de torsión. Series de rodajas no simétricas de 60º y 75º de sección, colocadas paralelamente al plano horizontal del suelo, produciendo un giro o torsión de 180º desde la base. El eje de giro será un cilindro interior perpendicular a la base y de radio igual al semieje menor de la elipse de la sección. Rodajas no simétricas de 75º de sección, progresivamente aumentadas en su desplazamiento del centro a sus extremos. El eje interior sobre el que gira 180º está situado en este caso horizontalmente. Si las
series de rodajas fueran teóricamente infinitas se produciría un plano
alabeado, que no es propiamente plano aunque lo parezca. Éste surgiría del
giro de infinitas líneas rectas, pero en el caso de esta forma álabe,
el elemento generador es una sección muy oblicua del cilindro, por lo cual es
forma tridimensional, definida por el perímetro de las rodajas generadoras. Problema
fácil es hacer un nudo con un hilo, pero tal hecho se complica mucho cuando el
hilo es extremadamente grueso como un cilindro rígido. Siguiendo procesos de
transformación del toro, mediante el giro de sus rodajas de caras convergentes,
hemos de ir enroscándolo hasta que sus extremos penetren por su interior en
un doble proceso simétrico. El cabo que gira hacia la izquierda y baja para
volver a subir, se ha de encontrar con el opuesto; que gira hacia la derecha y
sube para volver a bajar, en una doble simetría: bilateral e inversión. Lo
fuertemente anudado que esté, provocará mayores puntos de tangencia en su
superficie. Este hecho dependerá de la relación que exista entre el diámetro
del cilindro y el diámetro interior del toro por el que ha de pasar. Es curioso
que el nudo simple, el primero que todos los niños hacen, sea el más complejo
de los tres aquí presentados, pues aparentemente no se nos muestra por parte
alguna ejes de simetría. Otros nudos donde la simetría bilateral es mucho más evidente que en el primer caso. |