Con el Renacimiento surgió la necesidad de abandonar
el simbolismo medieval en aras de la imitación de la Naturaleza.
Para los artistas del Renacimiento el mundo es una "obra de arte"
y los pintores sienten la necesidad de reflejar una naturaleza tridimensional
en un lienzo bidimensional. Así nacen las teorías sobre
la perspectiva y el estudio de las proyecciones y
las secciones.
Consideremos un pintor que quiere crear un cuadro realista.
Al mirar los objetos, los rayos de luz reflejados en ellos se proyectan
en la retina del ojo, de modo que la forma y la localización
de los objetos quedan distorsionados (por ejemplo, las vías paralelas
del ferrocarril parecen converger). Si imaginamos una pantalla transparente
entre el ojo del artista y el objeto, cada uno de esto rayos determina
un punto sobre el cristal formándose así una sección.
El caso más sencillo se obtiene al considerar
las proyecciones de un plano P sobre otro plano paralelo P'.
En este caso, se obtiene sobre el plano P' una imagen "proporcionada"
de todo lo que se encuentre en el plano P.
Pero basta tan sólo que los planos no sean
paralelos para que la sección obtenida sobre P' no sólo
varíe el tamaño de la figura sino que también distorsione
su forma. Es posible, por ejemplo, que las distancias entre los puntos
ya no sean iguales o proporcionales (no se conservan las distancias),
que se modifiquen las formas (no se conservan los ángulos) o
que dos líneas paralelas se conviertan en incidentes. Sin embargo,
son secciones de la misma figura y, por tanto, cabe suponer que tengan
alguna propiedad común. La cuestión es, según exponía
Leone Battista Alberti en 1453, ¿Qué
relación hay entre dos secciones de la misma figura?, ¿cuáles
son las propiedades comunes a dos secciones cualesquiera?
La Cúpula de Duomo de la Catedral de Florencia
diseñada por Fillipo Brunelleschi (1377-1446), puede tomarse
como el paradigma del Renacimiento donde la belleza de las obras de
arte se consigue a través de las leyes de la geometría
y las matemáticas.
Grabado de Alberto Durero (1471-1528), el mejor matemático
de los artistas del Renacimiento, muestra una de las máquinas
de ver y dibujar de la época.
|