53. (Mayo 2011) Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)
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Escrito por Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)   
Domingo 01 de Mayo de 2011

Le processus (El proceso) de Marc Antoine Mathieu

Le processus, escrito en 1993, es el tercer tomo de la serie Julius Corentin Acquefacques, prisonnier des rêves, que como comentábamos en El Origen es una serie con pinceladas matemáticas en cada uno de sus tomos.

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Le processus –cuyo tema matemático central es el de la espiral– se divide en siete capítulos:

0 Prologue (Prólogo)

1 L’intrusion fatale (La intrusión fatal)

2 L’usine à rêves (La fábrica de sueños)

3 Le cauchemar du plafond (La pesadilla del techo)

4 À la recherche du rêve perdu (En busca del sueño perdido)

5 L’infra-rêve ou la ultra-réalité (El infra-sueño o la ultra-realidad)

5 La boucle se boucle (El rizo se riza)

No, no me he equivocado… hay dos capítulos 5, para insistir en la multiplicación sin fin de las vivencias del personaje, que se encuentra prisionero de un sueño que no le pertenece y que se le ha inoculado por error.

La historia comienza anunciando una pequeña alteración en la maquinaria del reloj de pared de Julius Corentin Acquefacques, que hace que al aparato comience a adelantar. Este hecho aparentemente nimio va a provocar terribles consecuencias en el destino de nuestro héroe.

El protagonista se despierta una mañana, al caer de su cama tras un sueño: el reloj de pared marca las 3:14: ya está fatalmente adelantado. Acquefacques tiene una cita para una revisión rutinaria en el Ministerio del Sueño, se asea y ya en su taza de café, el líquido tiene un extraño movimiento en espiral... Preparado ya para salir, nuestro héroe se da cuenta de que en su cama hay un doble suyo, aún en pijama...

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Acquefacques y su doble: son las 3:14 en el reloj de pared

Su doble se comporta de manera extraña, haciendo misteriosos comentarios –“El techo ha regresado”– y obsesionado por impedir al auténtico Acquefacques que acuda a su cita: “el proceso es tan increíble” le dice para intentar convencerle. En realidad son las 2:50; nuestro héroe no lo sabe, pero va a llegar antes de tiempo a su cita, desencadenando terribles sucesos. Su doble –que parece que sabe que algo trágico está a punto de suceder– sale deprisa tras Acquefacques, obsesionado por detenerle.

El héroe llega[1] a la Fábrica de sueños, cuestionándose si la visión de él mismo en pijama ha sido una alucinación por efecto del cansancio...  Esta singular fábrica se dedica a corregir problemas del sueño en los ciudadanos, para evitarles problemas de estrés o frustración.

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

El horario de citas del Dr. Koff

La revisión rutinaria[2] de Acquefacques es a las 3:30, pero llega –sin saberlo– a las 3:10 a la consulta del Dr. Koff. El equipo médico espera a esta hora al paciente 41391 –nuestro héroe es el paciente 41392– que padece el síndrome del techo, es decir, dice que ve a través del techo; el grupo del Dr. Koff debe forzar al paciente a soñar un sueño que liberará su inconsciente de estas alucinaciones. Acquefacques –a pesar de sus protestas, interpretadas por los médicos como parte de su enfermedad– recibe el tratamiento de este otro paciente. Mediante electrodos colocados en su cabeza, le inoculan “el sueño del techo”.

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

El equipo del Dr. Koff preparado para entrar en acción. La lámpara tiene ya una extraña forma en espiral

Y Acquefacques comienza a soñar –se le ve en su cama, en pijama– y cuando despierta –dentro de su sueño, en realidad cree que despierta–, percibe horrorizado que no hay techo sobre él. Consciente de que ese sueño no le corresponde, intenta despertarse... sin conseguirlo: esta pesadilla le controla.

Acquefacques acaba de crear en este sueño que erróneamente está soñando a su doble –a ese que le persigue desde la mañana–, y en este instante es esta copia de sí mismo la que toma las riendas del relato.

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

El Acquefacques del sueño –el doble– sale de su habitación sin techo

Desde la habitación de su casa, el doble de Acquefacques sube por una escalera hacia un mundo de habitaciones sin techo, y caminando observa desde esta posición privilegiada sus propias experiencias vividas en diferentes momentos. En particular, es capaz de ver en la consulta del Dr. Koff a su doble en pijama[3] y al paciente 41391 que ha llegado tarde por culpa de un atasco, y que de hecho es el único capaz –debido a su enfermedad– de percibir a través del techo de la consulta al nuevo Acquefacques.

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Las tres “copias” de Acquefacques

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

El Acquefacques del sueño –el doble– observa la consulta del Dr. Koff con el primer Acquefacques tumbado soñando, su doble perseguidor, el paciente 41391 y el equipo médico

El –nuevo– héroe sigue caminando sobre este casillero que alberga todas sus vivencias, hasta que llega al vórtice que le atrae irremediablemente[4]. A través de una espiral salpicada de instantes de su vida, Acquefacques cae en un espacio de dimensión 3 –donde vive su dibujante, su creador–, en el que unas estatuas de arena[5] en 3D con su cara le intentan acorralar.

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Acquefacques atraído por el vórtice hacia un mundo en 3D

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Al huir, el héroe tropieza con una hoja –una de las páginas de su propia historieta, de nuevo con retazos de su vida–. Entre estos papeles ilustrados, Julius Corentin reconoce una casilla que le resulta familiar: aquella en su casa en la que el reloj marcaba las 3:14... y decide entrar dentro de ella.

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Acquefacques entra en su habitación desde el mundo en 3D

El rizo se riza, Acquefacques vuelve –aparentemente– al punto de partida: despierta en su cama, mientras un Acquefacques vestido le observa extrañado...

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

Planchas 6 y 44: en la primera imagen –plancha 6, el principio de la historia– el protagonista es Acquefacques vestido;  en la última imagen –plancha 44, el final de la historia– los papeles están cambiados, pasando el punto de vista al Acquefacques en pijama –el doble en la primera viñeta–.

El proceso ya no se puede parar: Acquefacques está condenado a revivir eternamente las mismas acciones, cambiándose a través del sueño en su doble reiteradamente: todo viene gobernado por esta terrible espiral...

Julius Corentin Acquefacques, prisionero de los sueños. Le processus (El proceso)

El proceso sin fin regido por la espiral

 

Notas:

[1] El viaje en taxi hasta la Fábrica de sueños es realmente soberbio. Trasmite de manera impecable y divertida el agobio de la ciudad donde vive el protagonista: la falta de sitio obliga a que los transportes aéreos atraviesen edificios o realicen complicadas piruetas para evitar choques y salvar atascos.

[2] El héroe va a pasar una visita de control rutinaria de los 5000 sueños... una especie de “ITV onírica”.

[3] En este momento hay tres “copias” de Acquefacques: el dormido con los electrodos y que acaba de perder su protagonismo, el doble que le persigue y el doble –que en realidad es el mismo que le persigue– que acaba de crear en el sueño. Éste último pasa a ser el Acquefacques protagonista.

[4] Marc Antoine Mathieu incorpora en el libro una auténtica espiral que se despliega.

[5] Estas estatuas no están dibujadas, sino fotografiadas.

 
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