23. 2005: Año Jules Verne. Los Viajes Extraordinarios
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Escrito por Miquel Barceló   
Martes 01 de Noviembre de 2005

Jules Verne: Los Viajes Extraordinarios

Si el mes pasado recogíamos aquí el hecho de que 2005 es el año de la física; no debemos olvidar que, en lo literario, además del año del Quijote, el 2005 ha sido también el año del centenario de la muerte de uno de los "padres fundadores" de la ciencia ficción: el francés Jules Verne.

Parece pues justo y necesario hablar también aquí de Jules Verne y de lo que su narrativa de anticipación supuso hace ahora casi ciento cincuenta años. A tal fin, dedicaremos la entrega de este mes a hablar de la persona de Jules Verne y de su empeño en lograr una novedosa "novela de la ciencia"; para analizar, el próximo mes, la ciencia presente en las populares novelas del indiscutido padre de la "anticipación científica".

Jules Verne: un viajero frustrado

Los grandes exploradores y viajeros del siglo XIX nos han dejado narraciones de sus viajes y peripecias, creando así un nuevo género literario: las narraciones de viajes. Pero hay muchas maneras de viajar, e incluso se puede viajar con la imaginación. Con toda seguridad, al menos en el siglo XIX, el gran maestro capaz de fabular grandes viajes en parajes exóticos (incluso muchos viajes que él nunca hiciera...) fue el francés Jules Verne con su serie de narraciones conocidas precisamente como "Viajes Extraordinarios".

Jules Verne, de quien se han cumplido, el 24 de marzo de este año 2005, cien años de su muerte en Amiens, había nacido en Nantes en 1828. Hijo de un rico abogado de Nantes, su padre quería que Jules siguiera también carrera en la abogacía, pero el joven Verne tenía otros intereses. Se dice que, a los diez años, su padre le encontró in extremis cuando Jules estaba ya a bordo de un barco que partía de Nantes hacia África y después América. El padre le hizo desistir de esa idea del viaje y, de alguna manera, le conminó a hacerse abogado. Jules aceptó y eso, según parece, permitió que años después el hermano menor de Jules, Paul, sí viajara casi tanto como el mismo Jules hubiera deseado hacer.

Jules Verne estudió pues abogacía en París, pero en realidad se interesó mucho más por la literatura y el teatro, llegando a ser amigo de Alexandre Dumas hijo (que era sólo cuatro años mayor que Verne) quien le ayudó a encontrar trabajo como secretario del Théâtre Lyrique.

El inicio de una carrera literaria

Tras hacer algunos pinitos en el teatro (logrando incluso que alguna de sus obras se representara en el Théâtre Historique), y publicar algunas obras menores, Verne parecía buscar su lugar en la literatura cuando se encontró con una persona esencial en su vida y en el desarrollo de su obra novelística: el editor Jules Hetzel a quien conoció en 1862 y que, entre otras actividades, había sido el editor, entre 1842 y 1848, de LA COMEDIA HUMANA de Balzac.

Jules Hetzel, tras intervenir en la revolución de 1848, tuvo que exiliarse en Bruselas hasta 1859. A su retorno a París, Hetzel logró finalmente hacer realidad su viejo sueño de fundar una biblioteca orientada a los jóvenes, incluso con marcada voluntad didáctica, y lanzó el Magasin d'éducation et de récréation, una revista en la que se publicaron buena parte de las novelas de Verne, hoy tan famosas y conocidas.

Aunque la primera de esas novelas famosas fue CINCO SEMANAS EN GLOBO (1863), publicada cuando Verne tenía ya 35 años, el nombre de la serie, "Viajes Extraordinarios" fue una idea, digamos que comercial, del editor Hetzel. Sólo se hizo explícita en la cuarta novela que Verne publicó con Hetzel: LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN HATTERAS (1866) que se presentaba con ese subtítulo en la misma portada: "Viajes Extraordinarios".

En la presentación de la novela, Hetzel, siempre movido por su voluntad didáctica explicaba las razones de una serie: "resumir todos los conocimientos geográficos, geológicos, físicos y astronómicos elaborados por la ciencia moderna y reconstruir, de la manera que ésta les es propia, la historia del universo".

La idea, evidentemente, se ajustaba también al viejo proyecto del mismo Verne que ya había comentado a su amigo Alexandre Dumas: la elaboración de lo que pudiera ser "la novela de la ciencia", una nueva forma de narración en la que la ciencia, tan importante en el siglo XIX y en los sucesivos, jugara en la narración novelística el mismo papel relevante que era ya evidente jugaba en la sociedad moderna occidental.

Verne no era científico, pero sí estaba muy informado de las novedades científicas y tecnológicas de su tiempo. Parece que era un asiduo de diversas bibliotecas especializadas y tomaba abundantes notas y fichas que le sirvieron, y mucho, para ser casi un experto en los datos que luego utilizó en sus novelas.

Los Viajes Extraordinarios de Jules Verne

El éxito de CINCO SEMANAS EN GLOBO superó todas expectativas previstas por Hetzel, quien propuso a Verne un leonino contrato por el cual el escritor se comprometía a escribir tres volúmenes anuales de narraciones noveladas de viajes imaginarios pero sólidamente basados en los conocimientos de la época. Se han llegado a contabilizar hasta cincuenta y seis de esos "Viajes Extraordinarios", en muchos de los cuales Verne contó con la inestimable ayuda y con los consejos, incluso literarios, de un editor tan experto y avezado como Hetzel.

Los protagonistas de los "viajes" imaginarios de Verne recorrieron todo el planeta e incluso partes inéditas del mismo como el fondo del mar, las profundidades de la Tierra o la trayectoria hasta nuestro satélite la Luna. En todos los casos, el viaje resultaba extraordinario, repleto de aventuras y era también una posible excusa para ilustrar a los lectores (al principio los jóvenes como ya se ha dicho) en las realidades y maravillas de la ciencia. No en vano, Jules Verne ha quedado en la historia como uno de los dos grandes "padres fundadores" de un nuevo género literario, la ciencia ficción que nacía con él en Francia y con el socialista fabiano Herbert G. Wells en Gran Bretaña unas décadas más tarde.

En el siglo de los grandes descubrimientos geográficos, los protagonistas de los "Viajes Extraordinarios" de Verne recorrieron prácticamente todo el planeta. Para quien pueda estar interesado, le resultará sumamente atractiva la página web que mantiene Garmt de Vries:

http://www.phys.uu.nl/~gdevries/verne/verne.html

donde es posible rastrear los recorridos que hacen los aventureros de las diversas novelas de Verne.

De entre los muchos "Viajes Extraordinarios", cabría destacar algunos de los primeros y más conocidos de todos ellos:

CINCO SEMANAS EN GLOBO (1863) - El doctor Samuel Ferguson, su amigo Dick Kennedy y el criado de Ferguson, Joe, intentan explorar ciertas zonas de África que los exploradores Barth, Burton y Speke no habían logrado alcanzar en el intento de descubrir las fuentes del Nilo. Para conseguirlo, Ferguson y sus amigos viajan en un globo de hidrógeno que se traslada desde la isla de Zanzibar al continente. El viento les lleva primero a Tanganika, les hace después sobrevolar el lago Victoria (donde, efectivamente, los viajeros identifican la cascada que origina el Nilo) y se enfrentan a las tribus de esos parajes que les resultan hostiles y quieren destruir el globo.

VIAJE AL CENTRO DE LA TIERRA (1864) - El siguiente viaje es todavía más exótico (e irreal). El profesor Lidenbrock traduce unos viejos manuscritos de Arne Saknussemm, un alquimista del siglo XVI, donde encuentra informaciones que le permiten acceder con sus compañeros a las profundidades del planeta entrando a través del cráter de un volcán apagado en Islandia. Tras un largo periplo y muchas divagaciones seudocientíficas (basadas, eso sí, en los conocimientos de la época) acaban siendo expulsados por una de las chimeneas del volcán Strómboli.

DE LA TIERRA A LA LUNA (1865) y ALREDEDOR DE LA LUNA (1870) - Barbicane, presidente del Baltimore Gun Club fabrica un inmenso cañón para enviar un proyectil tripulado a la Luna. La novela describe algunos de los problemas reales de tal viaje (que tardó más de cien años en hacerse realidad y, evidentemente, con otra tecnología). Los viajeros no llegan a aterrizar en la Luna y, en la segunda de las novelas, orbitan en torno a la Luna para volver después a casa.

LAS AVENTURAS DEL CAPITÁN HATTERAS (1866) - El capitán John Hatteras convoca una tripulación para un viaje con destino desconocido. Él mismo no se identifica hasta que el viaje está ya en marcha y explica el objetivo: ser los primeros británicos en alcanzar el Polo Norte. Tras diversas peripecias y aventuras, la tripulación se amotina y destruye el barco, aunque Hatteras y otros supervivientes fabrican un bote con los restos del navío e intentan proseguir su peligroso camino hacia el Polo Norte.

LOS HIJOS DEL CAPITÁN GRANT (1867) - Aunque el Britannia comandado por el capitán Harry Grant se perdió tres años atrás, se encuentra en las entrañas de un tiburón una botella con un mensaje en tres idiomas distintos. El mensaje es casi indescifrable, pero se puede descubrir cual es la latitud donde se encuentra el náufrago Grant, pero no la longitud que sigue siendo un misterio, aunque se cree que podría estar Sudamérica. Por eso, el Duncan, con los hijos la esposa y un amigo de Grant a bordo, se dirige primero allí, para después seguir hacia Australia y Nueva Zelanda.

20.000 LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO (1868) - Conocedor de diversos proyectos de naves submarinas reales, Verne imagina que el capitán Nemo, a bordo de su submarino Nautilus, viaja con sus prisioneros, el doctor Aronnax, su criado Conseil y el marinero Ned Lang, descubriendo las maravillas del fondo submarino narradas en función de los conocimientos marinos de la época.

LA VUELTA AL MUNDO EN 80 DÍAS (1873) - Posiblemente una de las más famosas novelas de Verne y cuya versión teatral fue un gran éxito y fuente de bonanza económica para Verne. El caballero británico Phileas Fogg acepta una apuesta en la que se compromete a dar la vuelta el mundo en sólo ochenta días, lo que permite una amplia descripción de un largo periplo con todo tipo de aventuras y peripecias, con sorpresa final incluida. Como tantas otras novelas de Verne ha sido llevada al cine e incluso se hizo una serie infantil de dibujos animados (Willy Fog).

MIGUEL STROGOFF (1876) - El correo del zar ha de llevar un importante mensaje desde Moscú al otro extremo de Rusia, en la ciudad de Irkutsk, donde el Archiduque, hermano del zar debe recibirlo. El peligro son los enemigos tártaros que invaden las fronteras y el traidor Ivan Ogareff en una saga de aventuras hoy ya clásica. En su tiempo se hizo versión teatral con gran éxito de público y crítica. Aunque se han hecho versiones cinematográficas de varias novelas de Jules Verne, de MIGUEL STROGOFF se cuentan ya diez versiones cinematográficas distintas a lo largo de los últimos cincuenta años.

Y así, sería posible continuar con una larga retahíla de esos "Viajes Extraordinarios" que, creados en la segunda mitad del siglo XIX, siguen siendo fuente de interesantes aventuras para lectores de todos los tiempos y todas las edades. No son viajes reales, pero pudieron haberlo sido. Y sirvieron a Verne y sus lectores para conocer mejor nuestro planeta, sus inmensas posibilidades y su gran diversidad de paisajes, culturas y gentes.

Los viajes reales de Jules Verne

Aunque siempre ha circulado el rumor que Verne era una "rata de biblioteca" y que nunca había viajado, eso no es cierto. Es verdad que Verne nunca viajó en un submarino por el fondo del mar, ni en un cohete hacia la Luna, pero, en la medida de sus posibilidades, realizó diversos viajes, e incluso cuando sus ganancias se lo permitieron, se compró un yate, el Saint Michel III, con el que recorrió diversos parajes de Europa y el norte de África, aunque de manera más tranquila y con muchas menos aventuras que los protagonistas de sus novelas.

En 1856, Verne viajó a Escocia e Inglaterra con su amigo Aristide Hignard cuyo hermano trabajaba en una compañía naviera y les regaló los pasajes. En 1861 viajó a Escandinavia. En 1867, Verne y su hermano Paul embarcaron en el transatlántico Great Eastern y viajaron a Estados Unidos donde, aunque estuvieron allí sólo unos días, visitaron Nueva York y las cataratas del Niágara, experiencias que Verne utilizó después en su novela LA CIUDAD FLOTANTE (1871).

Con el Saint Michel III, Verne viajó varias veces a Gran Bretaña, los Países Bajos, Alemania y Dinamarca (1881), pero también a Lisboa, Tánger, Gibraltar y Argel (1878) y atravesó el Mediterráneo hasta Italia y Malta (1884).

En definitiva, ayudado de la mucha información que recopiló en tantas y tantas fichas obtenidas en bibliotecas, ayudado de sus limitadas experiencias como viajero y, sobre todo, ayudado por la riqueza de su imaginación y su capacidad de narrador, Jules Verne vivió e hizo vivir a sus lectores más de una cincuentena de "Viajes Extraordinarios", divulgando diversos conocimientos sobre todo de la ciencia geográfica de su tiempo.

Para leer:

Ensayo
- "SOMNIS DE CIÈNCIA: UN VIATGE AL CENTRE DE JULES VERNE". Jesús Navarro. Alzira. Ediciones Bromera (Publicacions de la Universitat de València: Càtedra de Divulgació de la Ciència), col·lecció Sense Fronteres 19, 2005.

Ficción
- Se pueden encontrar diversas ediciones de las muchas novelas de Jules Verne, e incluso, siendo ya de dominio público, son accesibles en páginas web como la excepcional "Zvi Har’El’s Jules Verne Collection" (http://jv.gilead.org.il/works.html) o en las del "Project Gutenberg" (http://www.gutenberg.org/) u otras parecidas, donde es posible hallar versiones en francés, inglés, español y otras lenguas y, también, versiones en audio.

 
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