La ruta matemática
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El País, 11 de noviembre de 2000
Madrid, Única, pág. 24 - Reportaje
T. E. Madrid La ruta matemática Educación organiza una gincana entre 500 estudiantes madrileños Si se deja caer un objeto desde lo alto de una de las torres KIO, ¿cuál es la distancia entre la base de la torre y el punto en el que el objeto toca el suelo? ¿Cuál es el número medio de ocupantes de los vehículos particulares que transitan por los alrededores de la Casa de América?

A estos y a otros singulares interrogantes matemáticos tuvieron que enfrentarse ayer 500 alumnos de entre 14 y 16 años, estudiantes de 67 colegios públicos y concertados, todos participantes en la primera gincana matemática que con motivo del año mundial de esta ciencia convocó la Consejería de Educación.

Una fría mañana con cielo azul y sol radiante sirvió de trasfondo para esta divertida aventura. Conformar un grupo de cinco alumnos, tener un supervisor, que en estos casos era el profesor de la clase y, además, proveerse de una calculadora, lápiz, papel, reloj y una cinta métrica eran los requisitos para tomar parte en la ruta matemática. "A mí me parece divertido. No sé si vamos a ganar, pero por lo menos me lo estoy pasando bien", contó Luis Alberto, un chico de 14 años que participó con entusiasmo en la prueba. Su ilusión, sin embargo, era obtener el premio, una semana de vacaciones para toda la clase en un albergue juvenil. A la 12.30, Luis Alberto y sus cuatro compañeros llevaban tres problemas resueltos. Ninguno, según contaron, demasiado difícil. En el Museo al Aire Libre tuvieron que determinar el volumen y el peso de las esculturas. No se admitían ayudas externas, así que los chicos tenían que ingeniárselas de cualquier manera para averiguar la respuesta.

Luis Alberto y sus compañeros, Alonso, Carmen, Rubén y Teguh, todos estudiantes de tercero y cuarto de la ESO del Instituto Arturo Soria, tuvieron también que determinar qué ruta de metro podría cubrir en menos tiempo la distancia entre La Ventilla y Palos de la Frontera y de ahí hasta Cruz del Rayo.

Desde la plaza de Colón, donde se desarrolló esa prueba, los chicos se trasladaron en autobuses públicos hasta la Casa de América. Allí tuvieron que determinar el número de ocupantes de 50 vehículos que circularan por esa zona a esa hora. Debían calcular la desviación típica de la variable observada. "Todavía no hemos llegado a este tema. Es que el libro es muy gordo", dijo, entre risas, Carmen, una de las integrantes de Chocolate-sexy, como bautizaron los chicos al grupo.

Los puntos comprendidos entre la plaza de Colón y la Casa de América, el Jardín Botánico, las Torres KIO, y el estadio Santiago Bernabéu se convirtieron ayer en un incesante pulular de jóvenes inquietos en busca de respuestas matemáticas. Algunos habían sido escogidos por sus profesores en función de sus notas y su entusiasmo en clase, aunque muchos tenían claro que su futuro no irá por esos caminos. "Yo quiero ser médico", dijo convencido Alonso.

 
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