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25. (Marzo 2009) La cinta de Moebius
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Escrito por Alain Girodet   
Domingo 01 de Marzo de 2009
Índice del artículo
25. (Marzo 2009) La cinta de Moebius
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La cinta de Moebius de Alain Girodet
Comedia en tres actos
Personajes: MADO, CLAUDE, CLAIRE y JULES


Hay un único decorado que representa una habitación, tipo salón, de casa burguesa, con columnas, molduras en el techo y dorados sobre las paredes, un mobiliario elegante que consta de un secreter, un televisor en una esquina, una mesa baja y un sillón.

Image
La cinta de Moebius realizada por Claude (foto del autor)


PRIMER ACTO

Escena primera
Mado, Claude


Claude
Entonces, ¿es aqui?
Mado
¿Le gusta?

Claude
Bueno, princesa, no está mal, resulta decadente, burgués pero decadente.

Mado
Le doy la razón. Es un hotelito particular construido durante el Directorio.

Claude
La buena época, ¡no! Pero habría que renovar la instalación eléctrica, no debe estar muy conforme a la normativa todo esto…

Mado
Es curioso lo que dice…

Claude
Ah ¿si? ¿Por qué?

Mado
Oh, por varias razones. Digamos que una de esas razones es que no resulta tan fácil tocar molduras dibujadas por Fontaine y Percier.

Claude
No conozco mucho a estos Dupond Dupond pero supongo que formaban parte de la flor y nata

Mado
Exacto. ¿Quiere beber algo?

Claude
Ah no, princesa. Ya he empinado bastante el codo en tu restaurante. Y además, ¿No sería el momento de que me enseñaras el dormitorio?

Mado
¿El dormitorio? ¿Qué dormitorio?

Claude
¡Pues el tuyo, princesa! No estamos aquI para hablar de molduras. O digamos que en cuestión de molduras prefiero las tuyas a las de tu cuarto, incluso si son las dibujadas por… ¡no sé qué tíos!

Mado
Fontaine y Percier… Me temo que se equivoca sobre mis intenciones.

Claude
¿Ah? eso es otra cosa… ¿Nada de cama, entonces?

Mado
No, nada de cama.

Claude
Nada de cama… bueno, ¡una lástima!

Mado
Lo siento.

Claude
Motivos tienes. Entonces ¿Qué hacemos? ¿Admiramos el techo con la boca abierta? ¿A ver cuál de los dos se traga el primero una mosca?

Mado
Podemos… ¿Charlar por ejemplo?

Claude
¿Charlar?

Mado
Si… charlar….

Claude
Ah si…. Ya veo: te traes un mendigo una vez por semana a tu palacio, le pagas la cena, le largas un poco de dinero de bolsillo y, a cambio, te cuenta con todo detalle la  apasionante vida de la calle de Paris. Así tienes tema para alardear en los salones, delante de las cacatúas emperifolladas que  frecuentas. Supongo que habeís formado un club, para ver quién recibe al  más mugriento, al más miserable, al más cojo. ¿Cómo nos elegís? ¿Por el olor? ¿Por el color?

Mado
No, no, está completamente equivocado. Le aseguro que es la primera vez que recibo en mi casa a un s.d.f.[1]

Claude
¡Un s.d.f.! ¡Buah! ¿Sólo eso?

Mado
Le pido disculpas, yo no….

Claude
Es la palabra: ¡s.d.f.! ¡me dan ganas de potar! ¡ la palabra, bueno… las siglas! Se puede decir: un vagabundo, un mendigo, un muerto de hambre, un comemierda, todo, todo, pero eso no, s.d.f. tres letras para archivar entre r.a.t.p. y s.n.c.f.[2]. Estas tres letras son lo peor.

Mado
Mire… lamento de veras haberle ofendido. Creía, ingenuamente quizás, que un s.d.f. no es un mendigo y que algunos precisamente reivindican una diferencia entre estas dos categorías, y las siglas…

Claude
Si princesa, si, ¡no te embales! ¡No tienes razón pero no te equivocas! conozco la canción: el mendigo ha elegido su condición, el s.d.f. la padece. El mendigo es un marginal, el s.d.f. un marginado. Sin embargo….

Mado
¿Si? Sin embargo…

Claude
in embargo… Sin embargo: ¡nada de cama!

Mado
No: ¡nada de cama!

Claude
Mala suerte… cuando pienso que casi me descoyunto, en el restaurante, para ver si llevas braga debajo de tu falda ajustada

Mado
Te molestaste para nada: llevo braguita y soy una mujer casada y fiel.

Claude
Esto se cura facilmente… y además yo no soy una infidelidad, soy un s.d.f.

Mado
¡Mira por dónde! Cuando le conviene ¿Eh?

Claude
Venga, sin rencor princesa. Y charlemos ya que es lo que quieres, y ya que… nada de cama. Mira: para empezar, ¿cuál es tu nombre?

Mado
Mado. Ya se lo he dicho en el restaurante.

Claude
Si, y yo Claude, o.k., pero ¿tu apellido? En el restaurante has pagado en efectivo como los ricos de verdad, y no he leído tu apellido en la puerta de la entrada.
Mado
Observador ¿He? ¡Observador y curioso!

Claude
Me gusta saber con quién trato, princesa, y a quién le debo tantas… ¡amabilidades!

Mado
Mi marido se apellida Voltereine…

Claude
¿Voltereine? ¿el de las pilas?

Mado
Eso es.

Claude
¡Vaya! ¡Señora Voltereine! “Voltereine, la reina de los voltios![3]”

Mado
¡Qué cultura!

Claude
No hay que menospreciarla, princesa, ¡no hay que menospreciarla! ¿te imaginas a los arqueológos del año 7543 cuando estudien nuestras pequeñas manías? Los Egipcios dejaron las pirámides, los jeroglíficos, los Griegos, el Partenón, dioses cachondos, los Romanos han dejado un buen número de ruinas guays, ¿y nosotros? nosotros dejaremos eslóganes…

Mado
Habrá seguramente dos o tres monumentos que sobrevivirán.

Claude
¿Cuáles? ¿Beaubourg: la hemorroíde de Pompidou? ¿la polla de Eiffel? ¿Las autopistas de Balladur? ¿El arco del triunfo de Miterrand?

Mado
¡Pero si va a resultar cínico mi mendigo!¿Juegas a ser Diógenes?

Claude
Oye, por cierto, ahora caigo: te mondabas con mi idea de rehacer la electricidad. Claro ¡con un barón como el tuyo!

Mado
No le digo….

Claude
A propósito, ¿Dónde está el barón?

Mado
De viaje de negocios.

Claude
¿Ah si? Viaje de negocios ¿Eh? ya veo: el señor se pasea en la otra punta del mundo bajo los cocoteros, varias decenas de veces al año, y mientras tanto, la pobre princesa se aburre en su piso de cuatrocientos metros cuadrados de la avenida Malesherbes. Ya no sabe que hacer con su dinero y con su tiempo. No es por decir, no es por parecer… un poco preocupado por el asunto, pero deberías tener un amante.

Mado
Puede ahorrarse sus consejos. Por otra parte ya le he contestado a propósito de este tema y le ruego no volver sobre ello, si no…

Claude
Vale princesa, vale…¡suave! es verdad que me paso, pero tienes que entenderlo: una monada como tú, forrada, que invita a un desharapado como yo, primero en un gran restaurante, gran clase y todo, y luego directamente a su casa… ¡esto no pasa todos los días! mira, no estamos en Navidad y ni siquiera se puede decir que hace frío fuera. Entonces tienes que comprender que me vengan pensamientos ¡en el lugar equivocado! Pero bueno, me morderé la lengua y guardaré el resto, al calor en mis gayumbos, prometido, lo juro…. Y si no escupo en el suelo, es por la alfombra, pero moralmente, es fetén.

Mado
Me alegra ver que vuelve a ser razonable.

Claude
¿Verdad? Bueno, entonces si no estoy aquí para una visita guiada de tus muslos, ¿Cuál es el programa?

Mado
Pero si se lo he dicho…

Claude
¡Ah si! ¡Charlar! Bueno pues charlemos, pero… de verdad ¿Eh? ¿con las cartas sobre la mesa?
Mado
Es decir… ¿Qué significa esto?

Claude
Es decir que nos lo contamos todo, o si prefiere: ¡No escondemos nada!

Mado
Bueno… De acuerdo… « cartas sobre la mesa »…

Claude
Bien, pues empecemos por ti, princesa, ¿Quién eres en realidad?

Mado
Pues, ya se lo he dicho: Mado Voltereine.

Claude
No,no esa es la máscara, es tu traje de princesa. A las titis les gustan las máscaras. Para empezar, cambian el apellido al casarse. Y se pintan, se emperifollan, se adornan con joyas. Los hombres, somos más sencillos… más gilipollas, si, pero más sencillos.

Mado
No sé a dónde quiere llegar. No querrá que me desmaquille para que esté contento.

Claude
Moralmente, ¿Por qué no? Mira, para empezar … ¡no eres una verdadera princesa!

Mado
¿Perdón?

Claude
¿Me pides perdón? ¿Tan pronto?

Mado
No, mire, realmente, yo…

Claude
¡Venga! ¡Escúpelo! Estás casada con un barón ¡Vale! Pero no eres una princesa de verdad, no una « pura sangre cien por cien»

Mado
Y… Se puede saber ¿Por qué dice esto?

Claude
¡Instinto!

Mado
Pero, ¿qué más?

Claude
Las verdaderas princesas no pillan nada de argot, por lo menos no todo, tú, no me has preguntado nada, ni siquiera te has sorprendido. Te he observado.

Mado
¡Enhorabuena, señor inspector! es cierto que no he nacido entre lujos. Mis padres eran pequeños comerciantes, en Tignes, en Alta Saboya. Se apellidaban Verne, y por si puede hacerle gracia, mi padre se llamaba Jules, él también.

Claude
¿Como Jules Verne?

Mado
¡Si! como Jules Verne, y también como mi marido!

Claude
Jules Verne, Jules Verne y Jules Voltereine. Oye tú estás predestinada, ¡sólo te faltaba un César!

Mado
A mi hermana y a mi nos hacía soñar que nuestro padre se llamara Jules Verne. Y luego, de adolescentes, nos hacía gracia.

Claude
Mado Verne…. Mado, ¿es Madeleine?

Mado
Oh, no, ¡Mucho peor! Marie Dorothée. ¿Se imagina las bromas de mal gusto en el colegio? Entonces decidí hacerme llamar Mado, hasta en los documentos de identidad.

Claude
La máscara… La máscara, ¡no hay duda!

Mado
Claro, la máscara. Y ¿Por qué no, después de todo? Mire, estoy segura que usted también lleva una máscara. ¿Quién sabe? ¡Quizás incluso la máscara del s.d.f., perdón, del mendigo!

Claude
Lo has olvidado, princesa, o quieres que me enfade de verdad. Lo de vagabundo es todo menos una máscara. Y lo de s.d.f., es de verdad, No nos escondemos, no nos lo podemos permitir.

Mado
Le ruego que me perdone, no quería violentarle…
Claude
¡Violentarme! ¡Ah! ¡Violentarme! ¡Vaya palabras que usan estos burgueses, me cago en Dios! Violentarme… no te preocupes, princesa, estás perdonada, ¡palabra de Gilles!

Mado
¿Palabra de?

Claude
¡Gilles! ¡Es mi apellido! Claude Gilles. Ves, soy mucho más pobre que tú, mucho más, ni siquiera tengo un nombre entero, ni siquiera un verdadero apellido: sólo tengo dos nombres y con esto tengo que apañarme.

Mado
¿Sigue sin querer beber nada?

Claude
No, princesa, nada. Pero tú puedes tomarte tu whisky. ¡ los ricos sí beben!

Mado
Es lo que iba a hacer. Voy a servirme, y también voy a cambiarme. ¿Puedo dejarle solo un minuto?

Claude
Haz como si estuvieras en tu casa, princesa y no te angusties: ¡no voy a largarme con la plata!

(Ella sale)


 

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