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El Correo, 8 de mayo de 2000 josé félix cachorro Tiempo sin secretos El perito Javier Quevedo llevó sus teorías matemáticas sobre la meteorología al Instituto de la Ingeniería de España Miles de operaciones sobre cuartillas, bocetos geométricos y una meditación a prueba de rayos han colocado a Javier Quevedo, ex-alcalde de Gorliz, frente a uno de los aforos más preparados del Estado. La conferencia ,La invarianza de la meteorología,, que ofreció en el Instituto de Ingeniería de España, es la punta del iceberg de una tesis que también trata de explicar algunos enigmas del cosmos y la evolución humana. Las deducciones de este autodidacta parten de las anotaciones de un pescador puntilloso. Quevedo comenzó a registrar, hace 25 años, en qué instantes picaban los peces en la bahía, hasta representar los hábitos de alimentación de sus presas. Comparó los resultados con movimientos celestes y la influencia de los astros, y consiguió una primera tesis sobre el comportamiento natural. Según el mismo autor, las conclusiones iniciales ya mostraban que un código universal guía tanto a los seres vivos como a las masas planetarias. Con los años, los legajos de apuntes se convirtieron en una agenda, la popular tabla de mareas editada por el BBV. El calendario pesquero aporta también predicciones meteorológicas, basadas en muchas horas junto al mar. La curiosidad le llevó incluso a cotejar las fechas de las temporadas realizadas por algunas flotas pesqueras. Interés internacional En síntesis, el antiguo edil indica que «el tiempo atmosférico sigue unas pautas determinadas en lugares concretos. Es posible adelantar algunos aspectos, aunque habrá fases de mayor intensidad meteorológica». Así, las tablas climáticas parten de la experiencia y la observación en ciertas zonas, «se podrá adelantar el tiempo que hará a largo plazo, aunque sin descartar cambios». Los trabajos del gorliztarra también han llamado la atención de la Asociación Hispano-Alemana de Ingenieros, que sopesa trasladar la exposición de sus teorías a centros de investigación como la Sociedad Max Planck germana. Además, Quevedo consigue enunciar sus pensamientos en forma de principios breves pero fulminantes. Sus teoremas siempre giran en torno a la idea de que todo se rige por los mismos métodos. Si alguna vez sus propuestas se transforman en dogmas académicos, el antiguo alcalde será el primer hombre del tiempo que nunca necesitó a los satélites metereológicos. Tuvo el honor de asesorar con éxito a la NASA sobre las magnitudes del Sistema Solar. Y todo por propia iniciativa, con folios manuscritos y una paciencia tan grande como el cielo. |
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