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Números pares, impares e idiotas
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El País, 21 de octubre de 2001.
Semanal, Única, pág. 72 - Opinión
Juan José Millás y Forges Números pares, impares e idiotas

Los números son muy ambiciosos. Jamás están satisfechos con su situación. El 1 tiene problemas de autoestima. Los pares e impares viven en guerra. Millás y Forges cuentan con humor en un libro la peripecia de los números. Esto es un adelanto para empezar a contar..

Los números no saben matemáticas. Por eso es tan difícil explicarle a un cuatro partido por la mitad que no es un cuatro muerto, sino dos doses vivos. El diez está convencido de que ser el doble de cinco es un privilegio, pero no soporta ser la mitad de veinte. Sin embargo, cuando se convierte en un veinte, la alegría de ser el doble de diez queda empañada al comprobar que ahora es la mitad de cuarenta. La evidencia de que ser el doble de algo implica ser la mitad de otra cosa entristece a los números ambiciosos, que jamás están satisfechos con su situación. Al cero, que tiene problemas de autoestima, no le cabe en la cabeza que sin valer prácticamente nada sea imprescindible para el sostenimiento de todo el tinglado. Los pares no permiten que sus hijos se relacionen con impares, y los impares consideran a los pares como una aberración.

Los números viven en una oscuridad pavorosa respecto de sí mismos. Pero en vez de acudir a los matemáticos para aclararse las ideas, huyen de ellos como de la peste porque les da pánico ser sumados, restados, multiplicados, divididos. Así, un tres procedente de la resta de un cuatro menos uno está convencido de ser un cuatro mutilado, e intenta disimular que es un tres llevando una vida par a todas luces imposible. Un dos con aspiraciones de cuatro, sin embargo, cree que basta con hacer músculos para lograr esa transformación. Los números arrastran una existencia demencial, fundada, entre otros malentendidos, sobre la convicción de que si un matrimonio de sietes tiene un hijo seis, ese seis es un guarismo discapacitado al que todos los sietes intentarán convencer de que no sirve para nada. Y no es cierto: sirve para seis. Los números, en fin, están obsesionados con la cantidad, y no es raro que identifiquen lo grande con lo beneficioso. Por eso se da también en este libro el caso de un uno, hijo único de una pareja de unos, que, empeñado en ser más que sus padres, decide estudiar para nueve, provocándose unos conflictos de identidad absolutamente innecesarios.

Los números son muy problemáticos. Los romanos, sin ir más lejos, a primera vista parecen letras, y a segunda vista, también. En realidad son letras forzadas a actuar como números, lo que resulta del todo antinatural. Pero ahí los tienen, en la base de los monumentos, intentado hacernos creer que son lo que no son.

En Números pares, impares e idiotas hemos intentado mostrar estas y otras dificultades que hacen de los números seres incomprendidos, cuando no francamente rechazados por sectores muy amplios de la población. Lo curioso, y eso no estaba en nuestros cálculos, es que al mostrar los dilemas de los números hemos reconocido en ellos las insuficiencias de los hombres, que quizá sepan matemáticas, pero que no tienen ni idea acerca de sí mismos. Pasen y vean.

El libro ,Números pares, impares e idiotas,, de Juan José Millás y Antonio Fraguas, ,Forges,, publicado por Alba Editorial, se pone a la venta el día 24 de octubre.

 

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