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38. (Octubre 2017) Dodecaedros galo-romanos
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Escrito por Ángel Requena Fraile   
Lunes 02 de Octubre de 2017

Dodecaedros galo-romanos

(Museo Romano Schwarzenacker - Homburg)

Muchos museos centroeuropeos exhiben bonitos dodecaedros regulares agujereados en bronce y con pequeñas esferas unidas a sus vértices. Las dimensiones son variables y se mueven sobre los seis centímetros de arista. Diversos enigmas y controversias rodean a tan matemática figura. Los debates se centran sobre si era un objeto con utilidad práctica o solo se consideraba adorno, ritual o agradable estéticamente.

Dodecaedros galo-romanos

(Museo Galo Romano – Lyon)

A la ignorancia sobre el uso hay que añadir su limitada distribución geográfica dentro del imperio: no se han encontrado ni en Italia, ni en zonas tan romanizadas como la Península Ibérica o el Norte de África. Tampoco hay vestigios en Oriente más allá del Danubio. Más de 60 dodecaedros, en distintos estados de conservación, se han localizado y la mayor densidad en los límites de la Galia con la Germania.

Dodecaedros galo-romanos

La forma dodecaédrica es relativamente corriente en la naturaleza. Frecuentemente se encuentran cristales de pirita (piritoedros), que no siendo dodecaedros regulares se aproximan lo suficiente para que un artesano del bronce regularice la forma.

Dodecaedros galo-romanos

(Piritoedro)

El atractivo de la forma ha hecho que en algunos museos o ciudades no se limiten a exponer los dodecaedros, también se ha levantado esculturas como en el Museo Romano Schwarzenacker de Homburg (Alemania) o en Tongeren (Bélgica).

Los dodecaedros todavía se usan como calendarios de mesa y de ahí su consideración astronómica. Si fueron apreciados por ello será muy difícil de confirmar sin documentos que lo avalen.

La hipótesis defendida por la doctora Amelia Carolina Sparavigna, historiadora del Politecnico di Torino, es que puede tratarse de un clinómetro, además sería casi un taquímetro. Cada dos agujeros en caras opuestas nos dan seis ángulos posibles. Las seis posiciones nos permitirían conocer la altura, dada la distancia, o la distancia, conocida la altura. Basta con establecer las proporciones entre triángulos semejantes.

Dodecaedros galo-romanos

(Museo de Bellas Artes y Arqueología – Besanzón)

Un buen lugar para ver los dodecaedros es el Museo Galo-Romano de Lyon en la colina de Fourvière. Se accede por un funicular desde el barrio histórico y conserva su gran teatro romano, al lado del que respetuosamente se ha camuflado el edificio de hormigón que alberga el Museo.

La obra fue diseñada por el arquitecto minimalista Bernard Zehrfuss e inaugurada en 1975. El museo se recorre en forma de hélice desde la planta superior. La joya matemática del Museo es el Calendario de Coligny: setenta y tres fragmentos de bronce que muestran la pervivencia del calendario celta-galo en plena romanización. El resultado es un calendario que utilizando doce meses lunares (354 o 355 días) que se va corrigiendo con un mes intercalado cada dos años y medio, y cada 30 años se ajustaba.

Dodecaedros galo-romanos

(Museo Württembergisches –  Stuttgart)

Otro lugar muy vinculado al dodecaedro es la localidad belga de Tongeren, donde se ha construido un dodecaedro en una pequeña plaza, pegado a un banco donde reposar. El moderno Museo Galo Romano de la localidad es una muestra de como enseñar los objetos en un recinto de calidad y con un relato que los haga atractivos.

Dodecaedros galo-romanos

(Calle Truider – Tongeren)

Dodecaedros galo-romanos

(Museo Galo Romano – Tongeren)

 

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