En marzo de 1905, después de profundas meditaciones sobre la naturaleza de la luz, el genio de Ulm dedujo que la luz podía actuar como si estuviera formada por partículas discretas e independientes y, como consecuencia, que puede arrancar electrones de los metales. Era el primer aldabonazo de una año prodigioso para la Ciencia y sus posteriores aplicaciones. Los dos trabajos inmediatamente posteriores fortalecían la teoría cinética y creaban una poderosa herramienta para el estudio del movimiento de los átomos. En junio de ese año, ocupándose del electromagnetismo y el movimiento, formula su Principio de Relatividad y comienza la revisión de los conceptos de espacio y tiempo: hablamos de lo que más tarde se llamó la Teoría Especial de la Relatividad. El quinto del año, en septiembre, muestra la ecuación quizás más universal de la historia: “Si un cuerpo emite una cierta cantidad de energía, entonces su masa debe disminuir en una cantidad proporcional”.
Cualquiera de esos cinco trabajos era merecedor del Nobel y sus aplicaciones de tal magnitud que cualquier tecnología, que ahora llamamos pomposamente de última generación, procede directamente de la obra de Einstein. Desde las más habituales: luz eléctrica, TV, laser; hasta la más sofisticada ligada a la computación cuántica.
Con el patrocinio de esta exposición, CAJAMAR ha querido sumarse a los actos de celebración del Año Internacional de la Física y del centenario del annus mirabilis de Albert Einstein, pero -esencialmente- colaborar con la Academia de Ciencias de la Región de Murcia en su loable objetivo de acercar la Ciencia atodos los ciudadanos de esta comunidad, elevando su cultura científica y tecnológica y familiarizándose con aquellos logros científicos que contribuyen a sus mejores condiciones de vida.
Que esta exposición y Catálogo sirvan para descubrir, entre los escolares, otro “einstein” que encuentre el eslabón que falta entre los mundos “macro” y “micro” en el terreno de la Física.
Antonio Pita Reyes
Director Territorial de CAJAMAR en Murcia