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Múltiple órfico
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  • Autor: Gabriel Celaya
  • Texto:

    Nota: Múltiple Órfico es un poema que consta de 180 versos. El término múltiple hace referencia a que el orden de los versos admite cualquier tipo de combinación. Aquí se presenta una versión del poema generada por una disposición al azar de los versos que ha sido tomada de la página www.gabrielcelaya.com/edicioneselectronicas_multipleorfico.php, en esta página se podrán generar múltiples versiones, simplemente accionando a un botón que aparece al principio de la página.

    (Hay una poesía que)... carece de medida absoluta. Adquiere las proporciones de la imaginación que impresiona: Puede llamarse la poesía de los poetas.
    BÉCQUER

    Maintenant, je puis dire que l'art est une sottisse.

    RIMBAUD


    El mundo está vacío, ¿qué retumba?
    Mientras callan los versos susurrándose besos
    Matemática Urania, ¡qué celeste es tu juego!
    Vosotras, ondulantes, sois sólo una luz turbia

    En la respiración que no tiene medida
    Lo real siempre nace con la luz imprevista
    ¡Flores desde la tierra, muertes desde la vida!
    ¡Sí, naceré de la nada, bendiciendo el naufragio!

    Cuando en Otoño el oro da otra roja simiente
    Si el frío de los dioses nos absuelve

    Si los dioses rieran todo lo destruirían
    Patead al poeta, y oid qué refunfuña
    ¡Ay quién si lo supiera no diría!
    Nubes en desbandada que huyen, no perseguidas

    ¡Oh tú, entre olor a nardos, y sangrando, y sangrando!
    Y ene es resplandor el mundo se desmuere
    ¡Oh flores de que enferma el cardo exacto!
    Lo que veo y no veo, poeta sin misterio

    Pese a que nuestros cantos pecan de intermitentes
    ¡Pues existen aún las lejanías!

    La extensión nos engaña. Procura ser intenso
    ¿A qué tanto tumulto? Soy vuestra luz oculta
    ¿Volverá por detrás, en verdad, lo olvidado?
    Pensar es tan inútil, ¡vida mía!

    El vértigo del canto me está paralizando
    Cuando veo con los ojos del otro mi deshielo
    Arrastrad al poeta. Ya sabéis. Confabula
    Confieso mi impotencia. Lo claro es lo más raro

    Si todo ha de crecer para otra muerte
    Me adulan al odiarme. Su herida me estimula

    Coronad al poeta con espinas y pullas
    Cuando ya no se juzga y es tan bello el 'suspenso'
    ¡Oh, el asombreo callaba! No estaba aún habitado
    La negación anuncia que se acerca algo nuevo

    Lo presente, por ser, es sin más una dicha
    ¡Oh terror de la luz! ¡Oh para nada abierto!
    Empieza a levantarse mi canto sin sujeto
    Reiros del poeta y adornadlo con trufas

    ¡Oh, el poeta lo sabe! Los versos son serpientes
    ¡Ay ojo sin pupila, único que me hieres!

    Cuanto existe contiene su doble y su contrario
    Lo dado es sin perdones lo feroz para siempre
    ¿Qué tiembla así en lo inmóvil y qué vuelve?
    Denuncias al poeta. No dejeis que prorrumpa

    Una virgen danzando se desprende del cieno
    ¡Ay, donde nada adviene, donde más se sigila!
    Contén la voz un poco. Se vuela más callando
    Fusilad al poeta y limpiad lo que enturbia

    ¡Ay más y más mentiras, el recuerdo!
    ¡Oh claridad, careta de un dios aún no nombrado!

    ¡Llevadme, sí, llevadme! Sois lo que en mi murmura
    Pues si contara el tiempo no existiría el cuento
    No existe nada oculto, misterio transparente
    La verdad, virgen loca, se escapó por los prados

    Mientras brota la fuente y es magia la corriente
    Devorad al poeta. Ya sabéis lo que anuncia
    ¿Adónde me conduces, amor, mi muerte pura?
    En la luz iluminante del sin fondo y sin eco

    La tierra con sus muertos insurgentes
    Respetad el misterio. No matéis el secreto

    El cero es un suspiro mal cantado
    Detrás de lo visible, ¿qué existe, luz vacía?
    Cuando con sus mentiras el amor enloquece
    Arcaico y coronado de móviles serpientes

    Las palabras son sueños de las que el canto exilia
    Una gracilidad se dibuja en el cielo
    Mientras desaparezco y en ti vuelvo
    La verdad no es eterna. También la noche muere

    ¡Si cupiera una duda! ¡Si hubiera una rendija!
    No cantabas el mundo. El mundo en ti era canto

    Restregad al poeta, que bien muerto reluzca
    Pues ni iba ni venía el temblor quieto
    ¡Oh libertad, corriente que ríes entre quejas!
    ¡Ay poeta, en el torrente, tu cabeza perdida!

    Renegad del poeta y de su investidura
    En donde está mi centro de giratorio espejo
    ¡Desmembrad al poeta! Romped lo que articula
    El mundo se decía en su mentira

    Tempestades de flores y de olores silvestres
    ¡Ay, el mundo debiera mostrarnos su alegría!

    Y todo vuelve a ser, viejo, un comienzo
    Nos descubrimos uno porque el cielo es un cero
    El rostro sin mirada y esa sonrisa ausente
    Se escapa sin pensar por una espira

    Buscamos lo que somos -ya fuimos, sin saberlo
    No preguntéis que pienso. Me he perdido en mi canto
    Detrás de lo visible, ¿qué existe, luz vacía?
    Si los dioses escuchan también callo

    ¡Oh el momento en que vivo! ¡Qué destructivo incendio!
    Si muerdo las palabras masco el canto

    Escupid al poeta que tanto se empluma
    El principio es un germen; lo total, sólo muerte
    No me expulseis, bacantes. Sed algo que me impulsa
    El mundo aunque parece no ha acabado

    Un total luminoso de pronto se derrumba
    ¿Es posible decir en esta luz aún algo?
    Es la historia perdida, soñada entre asfodelos
    ¡Ay tú que dudas, débil, no afirmas, sólo gritas!

    Poderes no damados, leyes en que me pierdo
    Sabed qué es un poeta. ¡Que muera si promulga!

    La corriente me arrastra. Son las furias
    Poco importa el deseo. Quiero al que me consuma
    Los árboles no sólo crecen hacia arriba
    El vuelo no es el canto. Me exalto en lo parado

    ¡Ay, te alabo, insalvable! ¡Qué secreto pecado!
    Tiembla la lira. Detrás nada se mueve
    ¡Oh sí, tú eres perversa, serpiente, melodía!
    Pues en la transparencia, ¿qué oculta el transparente?

    Mirar hacia delante da más miedo
    ¿No remontan los versos contra-corriente el tiempo?

    ¡Oh el sí sin consecuencias ni premisas!
    Callar tan sólo es curvar una sonrisa
    Parece una locura sólo porque deslumbra
    Olvidamos que no somos números enteros

    Bacantes, todas juntas, sois ninguna
    Descubrimos que es magia la distancia
    En el bosque se ocultan los ensalmos
    Sólo escucho el silencio de este canto

    Entre el todos y el nadie mi 'interminablemente'
    ¡Ay, ay!, si lo remoto fuera sólo ironía

    La belleza se muestra y el delirio se enciende
    No hay más realidad que la del canto
    Colgad vivo al poeta. ¡Que todo el mundo escupa!
    ¡Oh sucesos en la nada, y en la fija, el espanto!

    Estrujad al poeta. Negadle toda altura
    La vida sin perdones reina de tumba en tumba
    Mientras se canta y centra la luz en lo que inquiere
    ¡Ay, prolonga el encuentro sin llamarlo un hallazgo!

    Oro ver de los tilos, delicia del momento
    Desrrizo el laberinto sin hallar la salida

    Mientras vas a lo muerto sin pensar mayormente
    Maldecid al poeta, muchedumbres oscuras
    Bellas, terribles, las Ménades no escuchan
    Perseguid al poeta y a su sombra insepulta

    Apariencias que exalta la alegría
    Estás siempre existiendo, poesía
    La vida no se va. Siempre es algo que vuelve
    Siempre es lo desigual lo que nos mueve

    No es esperanza lo que alegra el canto
    Cantar nunca fue hablar, ¡oh cero abierto!

    Llegará el que te afirme despensándote siempre
    Todo es un resplandor. Todo es cierto. Da miedo
    La mañana sin ojos me da los buenos días
    Cualquier brote, ¿no es cierto que da siempre a luz algo?

    La vida sin perdones reina de tumba en tumba
    Ciertas insinuaciones son más que suficientes
    Quien debiera venir es el que nunca viene
    Pues adelante no hay nada. Sólo, abierto, el espacio

    ¡Tan bello es lo que existe! Mas ¿qué traición envuelve?
    Entre el oro y el rosa cierta luz indecisa

    Y al alabar, ¿qué anuncio? ¿será mi propia muerte?
    ¡Oh, los lirios se ponen de pronto en pie y dan vivas!
    Sigamos por si acaso, serpentinos, dudando
    ¿Y si al hombre no fuera más que un entreacto?

    Y en lo anterior al hombre, ¡ay, la música crece!
    La locura que disipa las dudas
    Si parece que empieza lo que nunca diremos
    El etcétera es un río que desemboca en cero

    Siempre es lo desigual lo que nos mueve
    La tromba nos arrastra y arrebuja

    Anterior a los hombres ya, la música crece
    Arrastradme en el barro. Consumidme en la bulla
    Rapidez intangible, beso sin labios, viento
    El feroz resplandor de las luces nocturnas

    Siempre cabe pensar una nueva mentira
    Condenad al poeta. No dejéis que os asuma
    Y otra vez pensaré pues en profundo el día
    Destrozad al poeta, ¡y al viento sus basuras!

    No importan los dolores. Queda el canto
    Cuando es de noche y rompe la mar en nuestros versos

    Esa sonrisa ausente es un presente
    ¡Tan joven, pese a todo, es la sabiduría!
    El mundo ante el espejo se compone ya se riza
    Cuando la brisa irisa su flotante cabello

    ¿Qué fuente no quisiera detener su lamento?
    ¡Ay, tanto más culto cuanto más fue pensado!
    ¡Oh, sí, joven y antiguo! ¡Oh tú, simple y extraño!
    ¡Y oh los cuernos del toro y de la lira!

    ¡Oh siempre tú, secreto, mi mundo susurrado!
    Esta palpitación no es todavía el canto
  • Fuente: Página web de Gabriel Celaya

 

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