- Texto:
[La protagonista, la presentadora de televisión Kim Lange, se ha reencanado, tras pasar antes por una hormiga, en un conejillo de indias...]
Bajé los ojos, mis muslos de conejillo también eran gruesos. Y además, peludos; aquello habría sido una combinación mortal para una mujer.
Me enderecé y apoyé las patas en el parabrisas para ver mejor. Vi que Daniel Kohn no estaba solo. Nada solo. A su lado iba una rubia. Tenía un cuerpo de 90-60-90, de los que no suelen verse si no es en los reportajes sobre la vida nocturna en Saint-Tropez. Tendría unos veinticinco años, y su coeficiente intelectual no parecía ser mucho más elevado. Soltaba risitas a todo lo que Daniel decía. Seguro que incluso habría soltado risitas si él hubiera dicho "En todo triángulo rectángulo, el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados de los catetos". O si le hubiera susurrado al oído "Acabo de exhumar a tu abuela".
Vi que Daniel Kohn sonreía con encanto a aquella mujer que no paraba de cacarear, igual que antes me había sonreído a mí, y mi corazón dejó de hacer pum-pum e hizo pfff.
- Fuente: Maldito Karma (Seix Barral, 2010).
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