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Cultura y matemáticas

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Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
El encuentro de Descartes con Pascal joven por Jean-Claude Brisville René Descartes (1596-1650) fue un filósofo, matemático y científico francés. Considerado como el padre de la filosofía moderna, sin duda, su obra cumbre es su Discurso del método. Blaise Pascal (1623-1662) fue un matemático, físico, filósofo y teólogo francés. Su trabajo científico abarca desde la construcción de una máquina de sumar hasta el estudio sobre el vacío, pasando por numerosos temas de índole matemática y física. De salud delicada, en cierto momento de su vida abrazó con fervor el jansenismo y poco a poco fue abandonando la ciencia por la religión. Estos dos filósofos se encontraron durante varias horas en el convento des Minimes en París, el 24 de septiembre de 1647. René Descartes tenía entonces 51 años y Blaise Pascal tan sólo 24, y se encontraba ya enfermo. No ha quedado ninguna huella histórica de lo que allí sucedió: Jean-Claude Brisville imagina así un diálogo figurado entre un Descartes racionalista, pragmático y mundano, y un Pascal atormentado por su delicada salud y sus ideas religiosas opuestas frontalmente a la Iglesia católica. René Descartes, óleo sobre lienzo de Frans Hals, 1649, Museo del Louvre Pintura anónima de Blaise Pascal, siglo XVII Descartes había aceptado la oferta de mecenazgo de la Reina Cristina de Suecia y se preparaba para realizar el que sería el último viaje de una atareada vida; de hecho,  murió de una neumonía en Estocolmo en febrero de 1650. Pascal estaba sumido en una profunda crisis existencial, y Brisville acentúa deliberadamente su “fundamentalismo jansenista", antagonista de la racionalidad de la ciencia, presentando a un personaje intransigente y atormentado. En la obra de teatro, Pascal solicita a Descartes que éste le reciba, aunque el segundo conoce y admira el trabajo científico de Pascal y deseaba reunirse con él. El escenario es austero, los personajes conversan sentados ante una mesa iluminada por unas velas, sin apenas acción. Lo importante es el duelo dialéctico, no el movimiento. Descartes habla del placer de no hacer nada, de su pereza... mientras que Pascal comenta sus escasas y malas horas de sueño y su falta de interés por la ciencia, con su afirmación “he dado ya demasiado de mi mismo a la ciencia”. Comienza un diálogo en el que Descartes defiende el inmenso poder de la ciencia, mientras que Pascal insiste en que “no dice nada acerca de Dios”, se obstina en sus peligros “porque nos enseña cosas insignificantes, mientras nos inclina al orgullo y al mal camino”. Pascal habla de dos personas, cercanas al abad de Saint-Cyran, que le han conducido a una nueva visión de Dios: profesa la doctrina jansenista, rival de la jesuita que es la “oficial” dominante. Aparecen debajo algunos trozos del diálogo – sobre todo concernientes a la ciencia y las matemáticas - entre ambos filósofos: DESCARTES: Concluiré que las matemáticas son, para todos los que saben contar, una fuente de certidumbre. [...] DESCARTES: ¿Es Vd., Señor, quién habla de ignorancia? PASCAL: Todo lo que he aprendido me la revela. [...] DESCARTES: Le comprendo cuando Vd. me habla de sus problemas, pero no cuando cuándo acusa a las ciencias. PASCAL: ¿Qué le han enseñado entonces? [...] DESCARTES: Es cierto que nuestra ciencia es aún pequeña, y que cuando miramos al cielo... PASCAL: Su silencio eterno me aterroriza. [...] DESCARTES: No creo pecar intentando ir más lejos en las matemáticas que me hacen presentir una representación del universo. (Un tiempo.) El sistema del mundo es quizás un sistema de números. ¿Sería para Vd. un escándalo pensarlo? PASCAL: ¿Ambicionaría Vd. ser el constructor de un universo completamente sometido a la geometría? DESCARTES: Como existe la mecánica allí arriba, me encantaría intentar su cálculo. [...] DESCARTES: Creo que Vd. dramatiza. Se puede garantizar su salud sin hacer sufrir las ciencias. Y ser un buen cristiano e interesarse por la geometría. La visita de Pascal pretende buscar el apoyo de Descartes,  en la defensa de Antoine Arnauld. Arnauld ha escrito un tratado “Sobre la comunión frecuente”, que los jesuitas no aceptan. Además, su apología de Jansen, obispo  de Ypres, ha excitado su furor, de manera que está en el punto de ser excluido de la Facultad de Teología y censurado por La Sorbonne, y corre peligro de ser encarcelado. Descartes decide no firmar una carta de apoyo a alguien cuya filosofía no comparte y acusa a Pascal de la denuncia por hereje del hermano Saint-Ange, un capuchino honrado que en cierta ocasión había salvado la vida a Descartes. Precisamente aludiendo a las continuas denuncias por herejía, Descartes afirma: “Si Señor, soy prudente, y cuando digo prudente... ¿Sabe Vd. que he trabajado tres años en un tratado donde apoyaba la opinión de Copérnico sobre el movimiento de la tierra alrededor del Sol? Pero cuando me enteré de la condena de Galileo por haber sostenido la misma tesis, he renunciado a publicar mi libro. Y sin embargo, como él, estoy seguro de que la Tierra gira alrededor del Sol. Pero pudiendo esta verdad ser para mi una fuente de problemas, he preferido no decirla”. Finaliza la obra con la acentuación cada vez mayor del desencuentro entre los dos personajes, Descartes no consigue que Pascal sea el continuador de sus trabajos: DESCARTES: Nuestra inteligencia es nuestra. El Creador nos ha dado su gerencia. Por última vez, apelo al poder de su espíritu. Empléelo. Aplíquelo a la ciencia en vez de combatirlas. PASCAL: No ha hecho más que hacerme tocar el fondo de mi ignorancia. DESCARTES: Y sin embargo Vd. sabe que el universo es función de la medida y del número. Espacio y tiempo que están ligados... si, ligados en el movimiento. Y se puede calcular el movimiento. PASCAL: Se puede. DESCARTES: ¿Aceptaría Vd. trabajar a partir de esta certidumbre? PASCAL: ¿A qué llegaría? ¿A una ecuación? No me haga Vd. reír. DESCARTES: A una ecuación, en efecto. A una ecuación donde vendrían a aclararse fundiéndose todas las leyes del universo. ¿No es nada esto? PASCAL: Todo hacia lo que aspiro está más allá de la matemática. [...] Jean-Claude Brisville (1922- ) es un escritor francés, dramaturgo, novelista y autor para público joven. Ha obtenido el Grand Prix du théâtre de l’Académie française en 1987 por el conjunto de su obra. Jean-Claude Brisville, L’entretien de M. Descartes avec M. Pascal le Jeune, Actes Sud-Papiers, 1986.
Viernes, 01 de Mayo de 2009 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Miguel Ángel Mirás Calvo y Carmen Quinteiro Sandomingo (Universidad de Vigo)
Acabamos de finalizar nuestra gira teatral de la obra “Proof” que nos ha llevado por seis escenarios diferentes en cinco ciudades gallegas: Vigo, Pontevedra, O Porriño, Santiago de Compostela y  Ourense. Figura 1: Portada de "Proof" y anuncio de nuestra representación La aventura de  representar con estudiantes de Químicas y Relaciones Laborales, sin apenas experiencia escénica, la pieza del dramaturgo estadounidense David Auburn llegó a su fin. Atrás quedan dos años de intenso trabajo: traducción de la obra al gallego, selección y posterior preparación matemática de los actores, ensayos, puesta en escena, representaciones... Una experiencia fascinante y también  arriesgada, porque “Proof”, galardonada con el premio Pulitzer de teatro en 2001, es una obra compleja, especialmente para un grupo de voluntariosos aficionados. No obstante, su riqueza argumental contrasta con la austeridad de recursos humanos y materiales necesarios para representarla. La obra, dividida en 2 actos con 4 y 5 escenas respectivamente, cuenta con sólo cuatro personajes1, de los cuales tres son matemáticos, y transcurre íntegramente en el porche de una casa en Chicago. Resumen de la trama Catherine está dormida, agotada, cuando la sorprende su padre, Robert, un matemático de primer nivel, que quiere saber por qué Cathy no está celebrando su cumpleaños con los amigos. Descubrimos entonces que Catherine no tiene amigos y que su vida es un desastre. Figura 2: Cathy con el "fantasma" de Robert Robert la regaña y trata de animarla a trabajar en Matemáticas, pues cree que ella tiene un gran potencial y que todavía es joven. Pero Cathy está aterrorizada, Robert tenía su edad cuando se le manifestó una grave enfermedad mental, y teme que el problema sea hereditario. Inesperadamente se nos revela que Robert murió hace una semana y que el funeral se celebrará al día siguiente. Hal, un antiguo doctorando de Robert, interrumpe la ensoñación de Catherine. Ha estado revisando los cuadernos manuscritos del profesor con la esperanza de encontrar un último vestigio de su genialidad. Hace cuatro años, durante un breve período de remisión de la enfermedad, Robert ayudó a Hal con su tesis. Cathy sospecha que Hal está intentando sustraer alguno de los cuadernos (en realidad teme que esté robando su propio trabajo, pues ella sabe que su padre no escribió nada de interés) y, en un ataque de ira, arrebata la mochila a Hal y la registra sin encontrar nada. Hal la tranquiliza, pero al marcharse un cuaderno cae de su chaqueta. Enfurecida, Catherine llama a la policía. Hal trata de explicarle que tan solo pretendía llevárselo para envolverlo y dárselo como regalo de cumpleaños, ya que su padre escribió allí unas cariñosas y conmovedoras reflexiones acerca de Cathy. Hal se va, Cathy rompe a llorar y de fondo escuchamos la sirena de la policía. Figura 3: Catherine tras registrar la mochila de Hal A la mañana siguiente, Claire, la hermana de Catherine, que se ha desplazado para asistir al funeral desde New York, donde trabaja como agente de cambio, intenta organizar una recepción en honor de Robert y, con mucha cautela, recomponer la vida de su hermana. Quiere que Catherine se marche a New York con ella. Cathy rechaza vehementemente la propuesta. Entonces, Claire interroga a Catherine acerca de Hal y su llamada a la policía la pasada noche. Las respuestas dubitativas de Cathy y su comportamiento grosero y violento con los agentes contribuyen a reforzar la opinión de Claire de que Catherine heredó la inestabilidad del padre. Figura 4: Las hermanas Catherine y Claire Esa noche se celebra la recepción tras el funeral. Catherine está en el porche cuando Hal, que ha estado tocando con su banda, se le acerca. Hablan de la idea de que los matemáticos comienzan el declive de sus carreras al pasar los veintitrés años. Hal se refiere a los matemáticos, en masculino, pero  Cathy lo sorprende relatándole las peripecias de Sophie Germain, una mujer francesa del siglo XVIII que realizó importantes trabajos con números primos. Hablan del trabajo de Hal, que él mismo considera de escasa relevancia, y de la elegancia de las matemáticas de Robert. Cathy se disculpa por su comportamiento de la pasada noche y se besan. Recuerdan cuando se conocieron, hace cuatro años, y se besan de nuevo. Catherine y Hal han pasado la noche juntos. Ella le entrega una llave para que mire en el último cajón del escritorio de su padre. Cuando Hal se va aparece Claire que, a pesar de sufrir una gran resaca, insiste en que Cathy se vaya a vivir a New York con ella y su prometido y, ante la resistencia de su hermana, le comunica que ha vendido la casa. Pelean. Catherine le reprocha que no haya ayudado a cuidar del padre  pero Claire responde que fue ella la que trabajó duro para pagar la hipoteca de la casa y que Robert hubiera estado mejor atendido en una institución. Las interrumpe Hal, totalmente fuera de sí. En el cajón encontró uno de los cuadernos de Robert, que parece contener la demostración de un increíble teorema acerca de números primos. Si, como Hal sospecha, la demostración es correcta, significaría que mientras todo el mundo creía que Robert estaba loco, en realidad estaba haciendo uno de los trabajos matemáticos más importantes del momento. Catherine cierra el primer acto con una inesperada y sorprendente afirmación: la demostración no es de Robert sino suya. Figura 5: Hal muestra el cuaderno con la demostración El segundo acto comienza reviviendo una escena ocurrida en el mes de septiembre de hace cuatro años, durante el período de remisión de la enfermedad de Robert. Cathy le dice a su padre que, dado que lleva siete meses con buena salud,  se ha matriculado en Matemáticas en la Universidad de Northwestern. A Robert le disgusta la decisión y el hecho de que Cathy no le consultara. Entra Hal que, en esa época, era un doctorando de Robert, con el borrador de su tesis doctoral. Robert le dice que la revisará cuando se percata de que es el cumpleaños de su hija y la invita a cenar. Tras despedirse de Hal, y mientras Cathy se cambia de ropa, Robert escribe en uno de sus cuadernos las palabras que escuchamos en la primera escena. De vuelta al presente, Catherine, Hal y Claire discuten acerca del cuaderno encontrado y de la autoría de la demostración. Cathy asegura haberla hecho durante años, mientras cuidaba de su padre. Claire y Hal no la creen. Claire piensa que la letra es la del padre y propone que Cathy les cuente la demostración sin recurrir al cuaderno. Hal  afirma que eso no probaría nada ya que Robert podría habérsela dictado o explicado. Cathy está entristecida, le dice a Hal que ella confió en él, que quería que él fuese la primera persona que viese la demostración. Hal sigue pensando que sólo Robert podría haber realizado un trabajo de ese nivel. Catherine estalla, menospreciando a Hal, que se va, e intenta luego arrebatar el cuaderno a Claire para romperlo. Figura 6: Robert recae en su enfermedad Al día siguiente, Claire acusa a Hal de haberse aprovechado de Catherine y no permite que hable con ella. Sin embargo le entrega el cuaderno para que Hal haga las consultas pertinentes a fin de  averiguar la valía del mismo. La acción vuelve al pasado, concretamente al invierno de hace cuatro años. Robert está en el porche, helándose de frío, escribiendo en uno de sus cuadernos. Entra Catherine un tanto angustiada. Ha decidido volver urgentemente desde Northwestern a casa porque Robert no contestaba al teléfono. Él le dice que está trabajando de nuevo, que ha recuperado sus facultades intelectuales, que está emocionado ante la perspectiva de volver a hacer matemáticas y que desea que trabajen juntos. Insiste en que Cathy lea  lo que ha estado escribiendo. Ella lee en voz alta y entonces comprendemos, con tremenda crudeza, la tragedia de Robert y la infinita tristeza y el sacrificio de su hija. De vuelta al presente, Claire y Catherine están listas para viajar a New York. Al entusiasmo de Claire responde Cathy con sarcasmo y, de nuevo, se pelean. Claire decide partir en solitario. Entra Hal emocionado. La demostración ha sido comprobada por varios expertos y es correcta. Hal ha cambiado de opinión y ahora cree que es obra de Catherine, porque hace uso de técnicas que Robert no podría haber conocido. Le ruega a Catherine que le hable del trabajo. Ella está enojada porque él no confió en ella. Hal le entrega el cuaderno y, poco a poco, la resistencia de Cathy se esfuma. Finalmente, comienza a compartir con él su demostración. Figura 7: Catherine y Hal repasan juntos la demostración Matemáticas en “Proof” Son muchas las referencias matemáticas explícitas en la obra. Las menciones a los números primos son continuas: en la primera escena se definen y se juega con el número de Hardy-Ramanujan, 1729; el número de cuadernos que escribió Robert, 103, también es un número primo; en la escena 3 se introducen los primos de Germain (aquellos números primos p tales que 2p+1 también es primo). Se nos dice que la demostración que escribe Catherine es un resultado sobre números primos: “algo que los matemáticos estuvieron tratando de probar desde... desde que son matemáticos, básicamente”. Pero en ningún momento se nos dan detalles concretos que nos permitan determinar con total certidumbre de qué resultado se trata, aunque sospechamos que Auburn se inspiró en la Hipótesis de Riemann. He aquí un magnífico ejemplo de lo que Alfred Hitchcock denominó el “asunto MacGuffin”: un hecho fundamental para los personajes y la trama argumental pero que en realidad es irrelevante para entender la obra. Una broma de Hal, también en la primera escena, sirve para introducir los números complejos. Catherine nos ilustra acerca de las vicisitudes de la matemática francesa Sophie Germain y de su relación con Carl Friedrich Gauss en la tercera escena. Abundantes juegos de lógica jalonan los diálogos, casi siempre con Catherine como protagonista. Así, al comienzo de la pieza, Robert asegura que “Si estás loco entonces no te preguntas si estás loco”, pero antes, como le recuerda su hija, había admitido que estaba loco. La conexión entre locura y genialidad, que atormenta a Catherine, gira en la obra alrededor del personaje de Robert, sin duda inspirado en la historia de John Forbes Nash, el matemático premio Nobel de Economía que sufrió una esquizofrenia de la que ha conseguido recuperarse parcialmente, mundialmente conocida a través de la biografía de Sylvia Nasar, “Una mente prodigiosa”, y la película ganadora de un Oscar dirigida por Ron Howard, “Una mente maravillosa”. La lógica rigurosa y precisa de Catherine choca frontalmente con el sentido pragmático de su hermana Claire. Sobre este contraste construye Auburn alguno de los momentos más divertidos de la obra: CLAIRE: Te gustará [el champú]. Tiene jojoba. CATHERINE: ¿Qué es “jojoba”? CLAIRE: Algo que le ponen para la salud del pelo. CATHERINE: El pelo está muerto. CLAIRE: ¿Qué? CATHERINE: Es tejido muerto. No lo puedes volver  “saludable”. CLAIRE: Lo que sea, es algo que es bueno para el cabello. CATHERINE: ¿Qué, un químico? CLAIRE: No, es orgánico. CATHERINE: Bien, puede ser orgánico y ser químico. CLAIRE: No sé que es. CATHERINE: ¿No oíste hablar de la química orgánica? CLAIRE: Hace que mi cabello luzca, brille y huela bien. Este es el alcance de mi información sobre esto. Podría gustarte si decides usarlo. CATHERINE: Gracias, lo probaré. “Proof” rebosa de  menciones, más o menos implícitas, a temas relacionados con las matemáticas y los matemáticos (chicos y chicas): Mujeres en las Matemáticas: Sin duda la sorpresa y el escepticismo cuando Catherine afirma que la prueba es suya, la firme convicción de Hal y Claire de que Cathy no puede haber heredado la genialidad de su progenitor (aunque sí su locura), el sacrificio de su vida personal y profesional para atender al padre, son mucho más creíbles al ser Catherine una mujer. HAL: No sé. Alguna gente sigue siendo prolífica. CATHERINE: No muchos. HAL: No, tienes razón. Trabajos realmente originales... son todo tíos jóvenes. CATHERINE: ¡Tíos jóvenes! HAL: Gente joven. CATHERINE: Pero hombres, la mayoría. HAL: Hay algunas mujeres. CATHERINE: ¿Quién? HAL: Hay una mujer en la Sorbona, no recuerdo su nombre. CATHERINE: Sophie Germain. HAL: ¡Sí! Probablemente la viese en algún congreso, no creo que la conozca. CATHERINE: Nació en París en 1776. HAL: Entonces seguro que nunca la conocí. Así, en Catherine se resumen muchas de las características típicas de las vidas de las mujeres matemáticas en la historia.  Sophie Germain es, obviamente, el personaje histórico escogido por Auburn para simbolizar la marginación de la mujer matemática. Thomasina Coverly, el personaje central de la pieza maestra de Tom Stoppard, “Arcadia”, es su modelo de ficción. Drogas, edad y creatividad: David Auburn reconoce haber introducido el asunto de las drogas en relación con los matemáticos tras leer el libro “El hombre que sólo amaba los números” de Paul Hoffman, una biografía del conocido matemático húngaro Paul Erdös. Por su parte, Geodfrey H. Hardy postulaba en su “Apología de un matemático”   que los matemáticos sólo podían realizar trabajo creativo del máximo nivel mientras son jóvenes. Este condicionante de la edad impregna toda la obra y obsesiona a los personajes. HAL: … Los matemáticos son unos dementes. Fui a un congreso en París el cuatrimestre pasado. Soy joven, ¿vale? Estoy en forma, pensé que podría estar a la altura de los tipos grandes. Equivocado. Nunca en mi vida estuve tan cansado. Cuarenta y ocho horas seguidas de fiesta, bebidas, drogas, artículos, charlas… CATHERINE: ¿Drogas? HAL: Si. Principalmente anfetaminas. Quiero decir, yo no. Algunos de los más viejos están realmente enganchados. CATHERINE: ¿De verdad? HAL: Si, creen que las precisan. CATHERINE: ¿Por qué? HAL: Creen que las Matemáticas son un juego de niños.El speed los mantiene compitiendo, hace que se sientan agudos. Existe ese miedo de que su creatividad culmine alrededor de los veintitrés y que todo sea cuesta abajo a partir de ahí. Una vez cumples los cincuenta estás acabado, sólo te queda enseñar en un instituto. Estereotipo del matemático: Comúnmente pensamos en un matemático como un tipo genial, pero antisocial, aislado, estrafalario y despistado para los asuntos mundanos. Hal se nos presenta como un joven matemático que es el contrapunto a esa imagen estereotipada del matemático brillante. HAL: Bien, llego tarde…  Unos amigos míos formaron un grupo. Tocan en un bar en el centro. Son los teloneros, tocarán a eso de las dos, dos y media. Les dije que iría por allí. CATHERINE: Fantástico. HAL: Están todos en el Departamento de Matemáticas. Son muy buenos. Tienen una canción genial -te gustaría- que se titula “i''--“i” minúscula. Simplemente están allí y no tocan nada durante tres minutos. CATHERINE: “Número imaginario” HAL: Es un chiste matemático. Ves por qué son los teloneros. CATHERINE: Es un largo camino para ver a unos chapones en una banda. HAL: Dios, odio cuando la gente dice eso. No es  un camino tan largo. CATHERINE: Entonces son unos chapones. HALL: ¡Oh! Son extremadamente tontos, pero sabes, son unos idiotas capaces de vestirse solos... trabajan en la Universidad... algunos cambiaron las gafas por lentillas. Hacen deporte, tocan en una banda, echan un polvo con sorprendente frecuencia, así que esto debería hacerte reflexionar acerca de los términos: chapón, tonto, rata de biblioteca, cerebrito, coquito... CATHERINE: Estás en esa banda, ¿verdad? HAL: Vale, si. Toco la batería. ¿Quieres venir? Nunca canto, lo juro por Dios. Talento y formación matemática: ¿Qué convierte a una persona en un matemático brillante? ¿Los rígidos sistemas educativos de nuestras sociedades potencian o coartan la creatividad? HAL: Sé lo difícil que sería llegar a algo como esto. Quiero decir, es imposible. Tendrías que ser… tendrías que ser tu padre, básicamente. Tu padre en la cúspide de sus capacidades. CATHERINE: Yo también soy matemática. HAL: No como tu padre. CATHERINE: ¡Oh!, ¿él es el único que podría haber hecho esto? HAL: El único que conozco. CATHERINE: ¿Estás seguro? HAL: Tu padre era el más--- CATHERINE: ¡Qué tú y el resto de los chaponcetes lo veneraseis no significa que él escribiese la demostración, Hal! HAL: Era el mejor. Mi generación no produjo nada como él. Revolucionó la disciplina dos veces antes de cumplir los veintidós. Disculpa, Catherine, pero tú tan sólo asististe a algunas clases en Northwestern durante unos meses. CATHERINE: Mi educación no fue en Northwestern. Viví en esta casa veinticinco años. HAL: Aún así, no importa. Esto es demasiado avanzado.Incluso yo no entiendo la mayor parte de él. CATHERINE: Piensas que es demasiado avanzado. HAL: Si. CATHERINE: Es demasiado avanzado para ti. HAL: No podrías haber hecho este trabajo. CATHERINE: ¿Y qué si lo hice? HAL: Bien, ¿y qué si lo hiciste? CATHERINE: Sería un verdadero desastre para ti, ¿verdad? Y para los otros “coquitos” que apenas acabaron sus tesis, que pasan el tiempo haciendo investigación barata, fanfarroneando de los congresos a los que van para-guau-tocar en una banda terrible, y lamentarse de que están intelectualmente acabados a los veintiocho, porque lo están. Ciertamente las Matemáticas en “Proof”, la certidumbre de la demostración matemática que puede ser inferida lógicamente y establecida de forma absoluta más allá de cualquier duda, sirven de marcado contraste, de contrapunto,  a la fragilidad e incertidumbre de las relaciones humanas. Al contrario que en las Matemáticas, en la vida la verdad es difícil de alcanzar y de entender, y las demostraciones absolutas han de dejar paso a la confianza, la lealtad y la sinceridad. Creemos que las ideas que hemos expuesto forman el núcleo central de esta magnífica obra. Fueron las que nos animaron, en primer lugar, a aventurarnos a poner “Proof” en escena, las que enseñamos y discutimos con nuestros alumnos-actores, las que tratamos de transmitir en nuestras representaciones, las que divulgamos entre el amable público que presenció nuestras funciones, las que queremos compartir ahora con los lectores de Teatro y Matemáticas. Figura 8: El elenco y los directores. De izquierda a derecha: Manuel Besada, Arantxa Atanes (Catherine), Pablo Lores (Hal), Miguel Quiroga (Robert), Xandra Lorenzo (apuntadora), Marta González (Claire), Miguel Mirás, Aroa García (Catherine), Carmen Quinteiro y Javier García. Nota: 1 Dado que el personaje de Catherine tiene un peso enorme en la obra, optamos por utilizar dos “actrices” para interpretarla, que se alternaron en las representaciones. Referencias: [1] David Auburn. Proof: A play. Faber & Faber, Londres, 2001. [2] Dave Bayer. Theater review: Proof. Notices of the American Mathematical Society, 47(9):1082–1084, 2000. [3] Rob Kirby. Conversations about Mathematics. Notices of the American Mathematical Society, 49(3):333–335, 2002. [4] John Madden. La verdad oculta (película), 2005. Actores: Gwyneth Pal-trow, Anthony Hopkins, Hope Davis y Jake Gyllenhaal. Guión: Rebecca Miller y David Auburn. [5] Andrea Paolucci. Proof: matematica e nuova drammaturgia. In Mirella Manaresi, editor, Matematica e cultura in Europa, pages 331–332. Springer-Verlag Italia, Milán, 2005. [6] Mark Saul. The mathematicians’s Proof. Notices of the American Math¬ematical Society, 48(6):596–597, 2001. [7] Angelo Vistoli. Un matematico legge Proof. In Mirella Manaresi, editor, Matematica e cultura in Europa, pages 333–336. Springer-Verlag Italia, Milán, 2005.
Lunes, 06 de Abril de 2009 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Alain Girodet
La cinta de Moebius de Alain Girodet Comedia en tres actos Personajes: MADO, CLAUDE, CLAIRE y JULES Hay un único decorado que representa una habitación, tipo salón, de casa burguesa, con columnas, molduras en el techo y dorados sobre las paredes, un mobiliario elegante que consta de un secreter, un televisor en una esquina, una mesa baja y un sillón. La cinta de Moebius realizada por Claude (foto del autor) PRIMER ACTO Escena primera Mado, Claude Claude Entonces, ¿es aqui? Mado ¿Le gusta? Claude Bueno, princesa, no está mal, resulta decadente, burgués pero decadente. Mado Le doy la razón. Es un hotelito particular construido durante el Directorio. Claude La buena época, ¡no! Pero habría que renovar la instalación eléctrica, no debe estar muy conforme a la normativa todo esto… Mado Es curioso lo que dice… Claude Ah ¿si? ¿Por qué? Mado Oh, por varias razones. Digamos que una de esas razones es que no resulta tan fácil tocar molduras dibujadas por Fontaine y Percier. Claude No conozco mucho a estos Dupond Dupond pero supongo que formaban parte de la flor y nata Mado Exacto. ¿Quiere beber algo? Claude Ah no, princesa. Ya he empinado bastante el codo en tu restaurante. Y además, ¿No sería el momento de que me enseñaras el dormitorio? Mado ¿El dormitorio? ¿Qué dormitorio? Claude ¡Pues el tuyo, princesa! No estamos aquI para hablar de molduras. O digamos que en cuestión de molduras prefiero las tuyas a las de tu cuarto, incluso si son las dibujadas por… ¡no sé qué tíos! Mado Fontaine y Percier… Me temo que se equivoca sobre mis intenciones. Claude ¿Ah? eso es otra cosa… ¿Nada de cama, entonces? Mado No, nada de cama. Claude Nada de cama… bueno, ¡una lástima! Mado Lo siento. Claude Motivos tienes. Entonces ¿Qué hacemos? ¿Admiramos el techo con la boca abierta? ¿A ver cuál de los dos se traga el primero una mosca? Mado Podemos… ¿Charlar por ejemplo? Claude ¿Charlar? Mado Si… charlar…. Claude Ah si…. Ya veo: te traes un mendigo una vez por semana a tu palacio, le pagas la cena, le largas un poco de dinero de bolsillo y, a cambio, te cuenta con todo detalle la  apasionante vida de la calle de Paris. Así tienes tema para alardear en los salones, delante de las cacatúas emperifolladas que  frecuentas. Supongo que habeís formado un club, para ver quién recibe al  más mugriento, al más miserable, al más cojo. ¿Cómo nos elegís? ¿Por el olor? ¿Por el color? Mado No, no, está completamente equivocado. Le aseguro que es la primera vez que recibo en mi casa a un s.d.f.[1] Claude ¡Un s.d.f.! ¡Buah! ¿Sólo eso? Mado Le pido disculpas, yo no…. Claude Es la palabra: ¡s.d.f.! ¡me dan ganas de potar! ¡ la palabra, bueno… las siglas! Se puede decir: un vagabundo, un mendigo, un muerto de hambre, un comemierda, todo, todo, pero eso no, s.d.f. tres letras para archivar entre r.a.t.p. y s.n.c.f.[2]. Estas tres letras son lo peor. Mado Mire… lamento de veras haberle ofendido. Creía, ingenuamente quizás, que un s.d.f. no es un mendigo y que algunos precisamente reivindican una diferencia entre estas dos categorías, y las siglas… Claude Si princesa, si, ¡no te embales! ¡No tienes razón pero no te equivocas! conozco la canción: el mendigo ha elegido su condición, el s.d.f. la padece. El mendigo es un marginal, el s.d.f. un marginado. Sin embargo…. Mado ¿Si? Sin embargo… Claude in embargo… Sin embargo: ¡nada de cama! Mado No: ¡nada de cama! Claude Mala suerte… cuando pienso que casi me descoyunto, en el restaurante, para ver si llevas braga debajo de tu falda ajustada Mado Te molestaste para nada: llevo braguita y soy una mujer casada y fiel. Claude Esto se cura facilmente… y además yo no soy una infidelidad, soy un s.d.f. Mado ¡Mira por dónde! Cuando le conviene ¿Eh? Claude Venga, sin rencor princesa. Y charlemos ya que es lo que quieres, y ya que… nada de cama. Mira: para empezar, ¿cuál es tu nombre? Mado Mado. Ya se lo he dicho en el restaurante. Claude Si, y yo Claude, o.k., pero ¿tu apellido? En el restaurante has pagado en efectivo como los ricos de verdad, y no he leído tu apellido en la puerta de la entrada. Mado Observador ¿He? ¡Observador y curioso! Claude Me gusta saber con quién trato, princesa, y a quién le debo tantas… ¡amabilidades! Mado Mi marido se apellida Voltereine… Claude ¿Voltereine? ¿el de las pilas? Mado Eso es. Claude ¡Vaya! ¡Señora Voltereine! “Voltereine, la reina de los voltios![3]” Mado ¡Qué cultura! Claude No hay que menospreciarla, princesa, ¡no hay que menospreciarla! ¿te imaginas a los arqueológos del año 7543 cuando estudien nuestras pequeñas manías? Los Egipcios dejaron las pirámides, los jeroglíficos, los Griegos, el Partenón, dioses cachondos, los Romanos han dejado un buen número de ruinas guays, ¿y nosotros? nosotros dejaremos eslóganes… Mado Habrá seguramente dos o tres monumentos que sobrevivirán. Claude ¿Cuáles? ¿Beaubourg: la hemorroíde de Pompidou? ¿la polla de Eiffel? ¿Las autopistas de Balladur? ¿El arco del triunfo de Miterrand? Mado ¡Pero si va a resultar cínico mi mendigo!¿Juegas a ser Diógenes? Claude Oye, por cierto, ahora caigo: te mondabas con mi idea de rehacer la electricidad. Claro ¡con un barón como el tuyo! Mado No le digo…. Claude A propósito, ¿Dónde está el barón? Mado De viaje de negocios. Claude ¿Ah si? Viaje de negocios ¿Eh? ya veo: el señor se pasea en la otra punta del mundo bajo los cocoteros, varias decenas de veces al año, y mientras tanto, la pobre princesa se aburre en su piso de cuatrocientos metros cuadrados de la avenida Malesherbes. Ya no sabe que hacer con su dinero y con su tiempo. No es por decir, no es por parecer… un poco preocupado por el asunto, pero deberías tener un amante. Mado Puede ahorrarse sus consejos. Por otra parte ya le he contestado a propósito de este tema y le ruego no volver sobre ello, si no… Claude Vale princesa, vale…¡suave! es verdad que me paso, pero tienes que entenderlo: una monada como tú, forrada, que invita a un desharapado como yo, primero en un gran restaurante, gran clase y todo, y luego directamente a su casa… ¡esto no pasa todos los días! mira, no estamos en Navidad y ni siquiera se puede decir que hace frío fuera. Entonces tienes que comprender que me vengan pensamientos ¡en el lugar equivocado! Pero bueno, me morderé la lengua y guardaré el resto, al calor en mis gayumbos, prometido, lo juro…. Y si no escupo en el suelo, es por la alfombra, pero moralmente, es fetén. Mado Me alegra ver que vuelve a ser razonable. Claude ¿Verdad? Bueno, entonces si no estoy aquí para una visita guiada de tus muslos, ¿Cuál es el programa? Mado Pero si se lo he dicho… Claude ¡Ah si! ¡Charlar! Bueno pues charlemos, pero… de verdad ¿Eh? ¿con las cartas sobre la mesa? Mado Es decir… ¿Qué significa esto? Claude Es decir que nos lo contamos todo, o si prefiere: ¡No escondemos nada! Mado Bueno… De acuerdo… « cartas sobre la mesa »… Claude Bien, pues empecemos por ti, princesa, ¿Quién eres en realidad? Mado Pues, ya se lo he dicho: Mado Voltereine. Claude No,no esa es la máscara, es tu traje de princesa. A las titis les gustan las máscaras. Para empezar, cambian el apellido al casarse. Y se pintan, se emperifollan, se adornan con joyas. Los hombres, somos más sencillos… más gilipollas, si, pero más sencillos. Mado No sé a dónde quiere llegar. No querrá que me desmaquille para que esté contento. Claude Moralmente, ¿Por qué no? Mira, para empezar … ¡no eres una verdadera princesa! Mado ¿Perdón? Claude ¿Me pides perdón? ¿Tan pronto? Mado No, mire, realmente, yo… Claude ¡Venga! ¡Escúpelo! Estás casada con un barón ¡Vale! Pero no eres una princesa de verdad, no una « pura sangre cien por cien» Mado Y… Se puede saber ¿Por qué dice esto? Claude ¡Instinto! Mado Pero, ¿qué más? Claude Las verdaderas princesas no pillan nada de argot, por lo menos no todo, tú, no me has preguntado nada, ni siquiera te has sorprendido. Te he observado. Mado ¡Enhorabuena, señor inspector! es cierto que no he nacido entre lujos. Mis padres eran pequeños comerciantes, en Tignes, en Alta Saboya. Se apellidaban Verne, y por si puede hacerle gracia, mi padre se llamaba Jules, él también. Claude ¿Como Jules Verne? Mado ¡Si! como Jules Verne, y también como mi marido! Claude Jules Verne, Jules Verne y Jules Voltereine. Oye tú estás predestinada, ¡sólo te faltaba un César! Mado A mi hermana y a mi nos hacía soñar que nuestro padre se llamara Jules Verne. Y luego, de adolescentes, nos hacía gracia. Claude Mado Verne…. Mado, ¿es Madeleine? Mado Oh, no, ¡Mucho peor! Marie Dorothée. ¿Se imagina las bromas de mal gusto en el colegio? Entonces decidí hacerme llamar Mado, hasta en los documentos de identidad. Claude La máscara… La máscara, ¡no hay duda! Mado Claro, la máscara. Y ¿Por qué no, después de todo? Mire, estoy segura que usted también lleva una máscara. ¿Quién sabe? ¡Quizás incluso la máscara del s.d.f., perdón, del mendigo! Claude Lo has olvidado, princesa, o quieres que me enfade de verdad. Lo de vagabundo es todo menos una máscara. Y lo de s.d.f., es de verdad, No nos escondemos, no nos lo podemos permitir. Mado Le ruego que me perdone, no quería violentarle… Claude ¡Violentarme! ¡Ah! ¡Violentarme! ¡Vaya palabras que usan estos burgueses, me cago en Dios! Violentarme… no te preocupes, princesa, estás perdonada, ¡palabra de Gilles! Mado ¿Palabra de? Claude ¡Gilles! ¡Es mi apellido! Claude Gilles. Ves, soy mucho más pobre que tú, mucho más, ni siquiera tengo un nombre entero, ni siquiera un verdadero apellido: sólo tengo dos nombres y con esto tengo que apañarme. Mado ¿Sigue sin querer beber nada? Claude No, princesa, nada. Pero tú puedes tomarte tu whisky. ¡ los ricos sí beben! Mado Es lo que iba a hacer. Voy a servirme, y también voy a cambiarme. ¿Puedo dejarle solo un minuto? Claude Haz como si estuvieras en tu casa, princesa y no te angusties: ¡no voy a largarme con la plata! (Ella sale) Escena segunda Claude solo, sonido de la televisión (recorre la habitación, observa los objetos, hojea un libro, y se instala en un sillón, frente a un televisor cuyas imágenes no puede ver el espectador. Coge el mando a distancia que está sobre la mesa delante de él, lo levanta en dirección al televisor y lo enciende.) Televisión … titulares de la jornada, pero en primer lugar, un trágico suceso ocurrido en Deauville, en la Manche: un joven estudiante de diecisiete años falleció, ayer por la noche. Fue apuñalado por uno de sus compañeros, de origen magrebí, a la salida de una discoteca. Según las primeras declaraciones, los dos jóvenes se pelearon violentamente por una camarera de la discoteca. Pero según la policía, el joven asesino pertenece a una banda… (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión …al norte de una línea que va de Nantes a Colmar, llueve abundantemente. Al sur de la línea de Perpiñán a Mónaco, hace bastante bueno. En todas las demás regiones, quedan algunos chubascos. Por desgracia el tiempo va a empeorar como se ve en nuestra animación por satélite. En efecto una borrasca amenaza Francia… (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión -       Vas a morir,¡ basura! -       No me das miedo, ¡gilipollas! Llevo chaleco antibalas! -       ¡Una bagatela para mi magnum 357! ¿has visto este bicho? Di, ¿lo has visto? voy a reventarte y luego robaré el dinero y me iré a vivir dónde hace sol con tu mujer! (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión … B V A Paris-Match, el Presidente de la República pierde dos puntos, con el 28,71% de apoyos mientras que el primer Ministro, gana un punto con el 27,81% de apoyos. Si se realizasen elecciones, el partido en el poder ganaría por escaso margen… (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión -       ¿Quieres subir, cariño? -       Oh gracias señor… Madre mía, qué hombre: tiene una Ford Espacio, cierre centralizado a distancia y por voz, techo deslizante, lunas tintadas, climatización automática, frenos  A.B.S. super plus, suspensión hidro-termo-eléctrica, retrovisores electrónicos, limpia lunas laterales y central de alarma… Es demasiado, ¡siento que me voy a desmayar! Ford espacio: todas sueñan con él, ¡usted es el que lo tiene! (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión …Explosivo! Será el partido de altos riesgos, el partido que no hay que perderse. Hemos preguntado al entrenador del P.S.G.[4] su opinión: « estamos bien preparados, tanto física como mentalmente, el aspecto mental es importante, ¿Eh? los chicos, bueno los chicos están listos, han comido bien a mediodía, pero bien ¿sabe? Bien y por encima de todo tienen la moral alta, es lo fundamental, lo digo a menudo. Vamos a jugar un buen partido y nuestro objetivo, es ganar, vamos a marcar un montón de goles, y cuanto antes mejor. Nosotros estamos bien de ànimos, y esto, ¿eh?... Vamos a darles una paliza, vamos a dinamitar su defensa…. (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión …. Si logras vencer al príncipe negro, esquivar las trampas maléficas del mago Malax y destruir al dragón Abelardo, entonces serás el dueño del mundo. Pero ten cuidado: ¡sólo puedes contar con tu fuerza y tu habilidad! en el universo en el que vas a penetrar, ¡la inteligencia no te servirá de nada! -       Lo sé y no tengo miedo. Tengo mucha fuerza y me acompaña mi fiel espada. -        (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión …que ha ganado el super bote de la bonoloto. Al recoger su cheque, declaró que iba a seguir jugando…. (Claude levanta el mando a distancia y hace zapping) Televisión …tendría tendencia a estabilizarse. En efecto, el número total de parados en Francia a uno de abril, sólo sería de tres millones ochocientos setenta y seis mil setecientos sesenta y dos. Durante el tradicional desayuno anual de Matignon, en presencia de tres parados anónimos, el primer ministro ha declarado: « nuestros esfuerzos tienen recompensa ». (desde hace unos momentos, Mado ha vuelto: se ha cambiado de ropa y tiene un vaso en la mano. Claude levanta el mando y apaga el televisor.) Escena tercera Mado, Claude Claude Ves princesa, lo bueno es que cada vez que tengo ocasión de ver la televisión, me alegro de no tener una. Mado Oh, yo la veo muy poco. Practicamente nunca en directo. Grabo películas, los clásicos del cine, y algunos programas… Claude Desde luego, uno se pregunta quién en este país ha contribuido al éxito de Bouygues y de todos los vendedores de mierdas televisivas,  ya que nadie las ve. Los críos son los únicos que se atreven a confesarlo. Se hacen lavar el cerebro por la Star Ac, se dejan transformar el encéfalo en papilla por las series americanas. Pero nosotros no, los adultos, ¡Vamos! nada de eso, nunca… Mado No todo es malo en la tele… Claude ¡No! es como en la iglesia: al bautismo, ¡se va por las grageas! una pequeña cura de mongolismo voluntario y gratuito de vez en cuando… Mado Es usted un personage curioso, Claude. ¿Puedo llamerle Claude? Claude Me puedes llamar como quieras princesa. Como quieras, como puedas… Mado Se diría… Claude Se diría ¿qué? Mado Exactamente no lo sé. Solo es una sensación, nada más. No habla usted exactamente como… Claude ¿Como un mendigo? ¡Venga, dilo! Mado Si… si quiere… Claude Oye, ¿te crees que es congénito o qué? Igual te imaginas que he nacido así, con una botella de vino tinto en el bolsillo al salir del vientre de mi vieja. Mado No me imagino absolutamente nada. Me gustaría oirle contar su historia: le toca ¿no? Entonces ¿Qué hizo antes? Claude ¿Antes? ¡Todo y nada! Primero estuve en el ejército, con dieciocho años me enrolé en la legión, en Marsella, cerca de mi casa, soy de Martigues. No era realmente por vocación, pero quería irme, ver otras cosas, en otra parte… Mado ¿No ha estudiado? Claude Digamos que no como todo el mundo. De crío, la escuela no era lo mío. Tengo un hermano gemelo, Antoine. Él, iba bien. Verdaderos mellizos, y sin embargo… Uno bueno del todo, yo malo del todo. Es un poco por eso también que me enrolé. No es siempre agradable, el papel del patito feo. Mado ¿Qué hace ahora su hermano? Claude ¿Antoine? No tengo ni la menor idea. Mado ¿No tiene noticias suyas? Claude Ninguna. No he vuelto a ver a mi familia desde hace casi veinte años: a nadie, ni a mis viejos, ni a mi hermano. Mado ¿Nada? ¿En absoluto? Claude ¡En absoluto! ¿Por qué? Mado No, por nada, así… usted… ¿No los quería? Claude Se puede decir así, princesa, se puede decir así. Mado ¿Y después? Claude ¿Después de qué? Mado ¿Después del ejército? Claude He ido de aquí para allá. He sido… mozo de mudanza en Marsella, luego en Rouen. Terminé el bachillerato a distancia. Mado ¿Tiene el bachillerato? Claude Pues claro, princesa, hasta soy licenciado en mates si quieres saberlo todo. Mado ¿Licenciado en matemáticas?... ¡Vaya! Claude Sorprendida ¿Eh, princesa? Mado Sí, ahí sí, lo reconozco… y …siendo licenciado en matemáticas, ¿No ha encontrado trabajo? Claude Si, ¡ de profesor! Mado ¿Ha sido profesor? ¿Profesor de qué? ¿De matemáticas? Claude Pues… ¡Claro! Mado Eso si que me hubiese gustado verlo. ¿Cómo era? Claude ¡Demasiado bueno para esta profesión! ¡Me echaron como a un mal alumno! ¡Despedido! Es cierto que no seguía el programa, o muy de lejos. Había dedicado un trimestre a la cinta de Moebius, Mado ¿Cómo? ¿El qué? Claude ¡La cinta de Moebius! es una cinta de papel a la que se da una vuelta sobre si misma y se pegan los dos extremos. Se hace coincidir el derecho y el revés digamos. Mado Y… ¿Para qué sirve? Claude Para un montón de cosas fascinantes. Esto tan simple tiene cantidades de propiedades matemáticas, hasta hay escritores que lo han utilizado: los de Oulipo, Queneau, Perec y todos estos. Jugaban a escribir en una cinta de Moebius poemas famosos que aparecían así sin principio ni fin, y que cambiaban de sentido. Mado Y es por esa…cinta de… Claude Moebius, cinta de Moebius, del nombre del que la inventó. Mado ¿Por culpa de esa cinta le despidieron? Claude En parte sí. Digamos que ese fue el motivo « pedagógico », pero la verdadera razón, fue una petición de los padres de alumnos porque mostré a mis alumnos mi colección de fotos eróticas. Mado ¿Qué? Pero ¡está loco! Claude ¡En absoluto! estos pobres crios se hacían pajas sobre fotos de coñitos que sacaban de revistas siniestras. Y encima se avergonzaban de ello. Les mostré fotos de verdad, de bellos sexos de mujeres, de conchas peludas, con buenos labios, de tías felices por mostrarse. Los crios estaban encantados. Mado Está claro, ¡se lo buscó! Claude Y ¿Qué? ¡No era para tanto! De todas maneras, ese curro no me interesaba. Prefería la carretera. Mado Entonces ¿Qué hizo? Claude Volví a ser repartidor durante un tiempo. También me dediqué a escupir fuego en la explanada de Beaubourg, recogedor de mierdas de perro en una brigada de la ciudad de Paris, empleado municipal en Montreuil. He sido T.U.C., he sido C.E.S., C.E.C., R.M…., y más que no nombro, y que no son buenas. ¿Captas por qué soy alérgico a las siglas? Mado Si, lo…capto. Claude Ahora, te toca, princesa….. ¡Marie- Dorothée! Mado Mado, ¡Por favor! Claude Mado… entonces ¿tus viejos eran comerciantes? ¿Qué vendían? Mado Skis. No es muy original en Tignes, pero les iba bien. Era la tienda más antigua de la estación. Claude Ya veo: el típico ricachón barrigón de provincias… Mado ¡Eso es! pero yo no reniego de nada, no era desagradable. Claude Tú, ¿Has estudiado? Mado Hasta terminar el bachillerato, en las monjas. Claude No es posible: ¿misa diaria? con uniforme, y todo ¿y todo? Mado ¡Todo, todo! las « hermanas de la visitación de Cristo » era el nombre del colegio. Claude ¡Perfecto para formar cabronas! Mado ¡No se lo consiento! eramos muy respetuosas, educadas en tolerancia… Claude Y ¡Una mierda! Mado ¿Tiene que ser tan grosero? Claude Yo ¿grosero? ¡Qué va, princesa! ¡Me corto! Mado En el peor de los casos, hicimos algunas bromas… eso sí. Claude Como ¿hacerse pajas dos juntas en el cagadero? Mado ¡En absoluto! hay que ver como puede ser… Claude ¿Cómo conociste a tu baron? Mado Fue en la temporada de invierno, en el 78, era azafata de atención al cliente…. Claude … y acababas de hacerte desvirgar por un monitor… Mado ¿Cómo lo sabe? Claude ¿Te parece acaso original? Mado Bueno, Jules se había fijado en mi, venía a verme todos los días, y… Claude …y te propuso ¡daros un revolcón! Mado ¡No! … bueno… si, ¡pero yo no quería! Claude ¡Toma! el chimpancé deportista todavía pase. Pero con el macaco forrado, primero hay que aprovecharse. ¡Hay que hacerle gastar la pasta! Mado ¡Es usted odioso! ¡literalmente odioso! yo… vi que iba en serio… Claude …. Yya que « va en serio », mas vale que el futuro tenga pasta, ¿no es verdad? Mado ¡Es usted de un cinismo repugnante! Claude Como quieras, pero tienes que reconocer que te has portado como una cabrona: tenías miedo de que te hubieran preñado, ¿No es así? y ¿Qué tenías? ¿veinte años? Mado Dieciocho… Claude Dieciocho años. El gordo deportista peludo había echado un polvo, le bastaba. Apostaría que hiciste la tontería de decirle que eras pucela. Mado Si… si, es verdad… Claude ¡Claro! Seguro que apostó con sus colegas que se tiraría a la hija de Verne. Como tu viejo era un personaje, eso debía excitarles a tope. Pero en la cama no debías ser un fenómeno, entonces el chimpancé se hizo el remolón… Mado No era un chimpancé. Se llamaba Claude también, pero él ¡era muy guapo! Claude … « olía a arena caliente… »… para, ¡que me va a dar algo! te dejaste ligar por el viejo Voltereine para dar celos a tu deportista. No funcionó como pensabas pero conseguiste casarte… Mado ¿Y qué? No es un crimen ¿no? Claude No… bueno, ¡no legalmente! y después de todo, tienes razón: sólo te concierne a ti. Tienes razón aunque yo no estoy equivocado. Mado Se cree usted probablemente intachable, ¿No? Claude En absoluto, …en absoluto… pero ¿quién pretendía, hace un rato, no ser una cabrona? ¿Tu o yo? Mado Creo que voy a acabar por odiarle… Claude Oh, es mejor que la indiferencia, ¡Es más vivificante! Bien, entonces tu Jules, ¿te propuso ponerte un anillo al dedo? ¿En seguida? Mado Sí: estaba enamorado. Le pidió mi mano a mi padre, como en los cuentos de hadas. Claude ¡Jules fue a ver a Jules! ¡parece un sainete! Mado Desde ese punto de vista, sí: lo confieso Claude Y… ¿Entonces? Mado ¿Entonces? entonces ¿Qué? Claude Desde entonces… ¿Va bien la cosa? ¿sobre ruedas? ¿follais? Mado Si… si…enfin… Claude Te aburres ¿no? Mado Me temo que empieza usted a ser indiscreto. Claude ¡Esto es nuevo!  ¿Lo dejamos entonces? Mado Digamos que no seguimos en ese terreno. Claude ¿Coto privado? ¿no man´s land? ¿prohibido el paso? Mado ¡Eso es! Claude Oh y además son tus asuntos, ¿Eh?¿ supongo que lo que tengo que hacer es volver a mi banco preferido, ese dónde estaba tan pancho cuando nos encontramos? bueno, se hace tarde ¿Dónde está la siguiente alcantarilla? Mado ¿Tanto le interesa? Claude No tanto, princesa, no tanto, pero tengo la impresión de que no pego aqui . El color de mi chambergo no va con la de los sillones. ¡No somos del mismo mundo! y además debes tener un montón de cosas que hacer: ver algunas marquesas, epatar algunas duquesas… Mado … ¡Y usted? Claude ¿Yo? ¿yo, qué? Mado ¿Tiene cosas que hacer? Claude ¿Yo? pues no… no tengo nada que hacer. Mado Entonces ¡Quédese!  yo tampoco tengo nada que hacer. Además, si le he hecho venir, no es para que se marche así. Claude ¿Ah? Mado Sí. Claude ¿Ah? … pues te escucho ¿Qué me propones? Mado Bueno… pues, me propongo ayudarle… Claude ¿Nada más?... vale, vale, díme: ¿De qué color va a ser el jersey? Mado ¿El jersey? Claude ¿Color meada o color caca de perro? ¿O mejor fluorescente? Mado Pero, ¿De qué jersey está hablando? Claude Del de pura lana que regalas a tus pobres. Supongo que siempre es del mismo color para que se pueda reconocer a tus protegidos en la iglesia, los domingos. Mira, hasta deberías ponerles tu nombre: sería publicidad gratis para el baron. Mado No, pero ¡ es usted imposible! y la cena del restaurante, ¿era publicidad acaso? Claude ¡Vete a saber! igual había un fotógrafo escondido detrás de una columna. « la señora Voltereine invita a su s.d.f. domesticado - Hay que ver cómo come, esta gente, declara ella a nuestro enviado especial. » Mado ¿Y si le encuentro un trabajo? Claude ¿Un trabajo? Mado Sí. Claude Un trabajo… Mado Sí, un empleo, y también alojamiento, es decir un trabajo con habitación, comida, lavado de ropa… Claude Un trabajo con habitación, comida, lavado de ropa ¿Eh? Mado Sí. Oh, no un trabajo penoso, quiero decir, no… Claude Lacayo, ¿No? Mado En absoluto, ¡lacayo, no! ¡hay que ver lo desagradable que puede llegar a ser! Claude ¡Lacayo, no!  Entonces ¿Qué? ¿Algo sucio? ¿matón? ¿gorila? Mado Chófer. ¡Nada más! necesito un chófer. No sólo un chófer, además: un hombre de confianza, alguién que se ocupe de… Claude ¿Un hombre para todo? ¿chófer y hombre para todo? Mado Sí, eso es. Un poco todo esto… Claude ¿Alguién que arregle averías electrícas, haga el mantenimiento de la caldera, cambie las bombillas, se ocupe del coche, perdón: ¡los coches! saque al perro, ayude en la cocina y se encargue de algunas compras? Mado Sí, sí, eso es, exactamente eso… Claude Sale más barato que con las agencias de colocación ¿Eh? y los esclavos ¡No se llevan! Mado ¡Oh no! Claude ¿Cuánto tiempo estuvo el anterior? Mado Escuche: le juro que no ha habido nadie antes. O mejor dicho, sí, ha habido un chófer anterior, un buen hombre que estaba con nosotros desde hacía tiempo, mucho antes de mi boda, y que se jubiló el año pasado. Ya está, eso es todo. Me ha venido a la idea ofrecerle este puesto cuando ha dicho que había sido chófer- repartidor. Le aseguro que no tenía intención de convertirle en esclavo… (silencio) Mado Oh ¡concho! ¿le he ofendido? ¿He puesto el dedo dónde no debía? Uno es pobre, de acuerdo, pero ¿tiene orgullo?bueno, no se hable más… Claude No es eso, princesa, no es eso… aunque… ¡es un poco eso también! Mado Uno acaba acostumbránose a su banco bajo las estrellas¿eh? siente nostalgia a veces, como el faquir instalado en su cama de plumas que echa de menos su cama de clavos, vuelva a su tabla de clavos ¡Se lo ruego! Claude Te vuelves cruel, princesa Mado Ahora me toca ¿no? ¿usted cree que hace un rato ha sido muy considerado, cuando hablábamos de mi encuentro con Jules y de mi primera experiencia sexual? Claude ¡Vale! No me guarde rencor… Mado Por supuesto, ¡Vamos!, dado que soy la que invita, debo soportar los accesos de mal humor del señor, las alusiones obscenas y las burlas de mal gusto. Encima, igual debo agradecerle que no me haya violado, ¿no? Claude Ahí te pasas, princesa, soy un gentleman, en mi estilo. Nunca he abusado de una mujer sin su consentimiento, cualquiera que sea por otra parte, lo abultado de su cuenta corriente: sí, ¡sí! Mado Un gentleman que me llama cabrona ¡Cuando le he invitado a la Tour d’Argent! Claude Bueno, escucha, seamos claros. Por una parte no he tenido una vida fácil. Por otra parte, ya  no tengo edad de creer en el papá Noel. No te estoy insultando por no fiarme de ti, sólo es que… Mado ¿La prueba ya ha terminado? ¿He superado las eliminatorias? Claude Sí, sí, princesa. Pero, cuando uno está en la indigencia, en general, de ahí no sale. Y los ofrecimientos generosos, son muchas veces otra manera  de ahogar a los desgraciados… Mado Entonces, ¿Hay que dejar que la palme? Claude No es eso, simplemente… la caridad… es un truco para los curas. Cuando San Martin, divide su abrigo, son dos mitades de abrigo, ¡no es un abrigo para cada uno! Mado Pero, ¡yo no te he ofrecido la mitad de un abrigo! Te he ofrecido un curro, un alojamiento, una oportunidad de salir de esto… Claude ¿Por qué? Mado Cómo ¿Por qué? Claude Sí. ¿Por qué propones esto, princesa? y además… ¿Por qué a mi? Mado Quería hacer algo, una pequeña cosa, desde mi rincón. No soy el abad Pierre, no puedo alojar a todos los sin techo de Paris, pero tengo ese puesto vacante. Cuando Pierre se jubiló… Claude ¿Pierre? Mado El chófer. Cuando se jubiló, pensé que quizás fuese posible encontrar a alguién sin pasar por los anuncios Claude … No veo qué problema hay por utilizar los anuncios… Mado En general, los que contestan son ex militares jubilados o taxistas reconvertidos o despedidos por abusar del alcohol. Enfin, nada muy atrayente o recomendable. Además, creo que hay seguramente personas más necesitadas. Entonces, he buscado por mi misma…. Claude Y ¿Cómo has hecho la selección? Mado ¡No he hecho ninguna selección! al menos…. Sólo he rehuido a los borrachos o la gente muy antipática. Mira, hasta se lo he propuesto a un tipo que acababa de salir de la cárcel… Pero ¡hacía veinte años que no se  había puesto al volante! ¡evidentemente! Claude ¡Evidentemente! Mado Entonces…. Escuche Claude, ¡deje de complicarlo todo sin motivo! Claude Chófer ¿Eh? Mado ¡Chófer! Claude ¿Cuántas horas a la semana? Mado ¿Cuántas horas? Pues…. No sé, pocas horas fijas: llevar a mi marido por la mañana, e ir a buscarle por la tarde, esto es una hora, apenas. Llevarle a veces al aeropuerto. Hacer uno o dos recados durante la semana. Alguna vez, acompañar a mi marido de viaje, pero en ese caso se le pagarían horas extraordinarias… Claude Es confuso todo esto… Mado Sí, lo reconozco, es un poco confuso… pero enfin, si yo confío en usted, usted puede confiar en mi ¿no? le juro que no somos esclavistas, y que tendrá una vida tranquila, sin exceso de trabajo, un día libre por semana, además del domingo, un salario digno, una habitación independiente con cuarto de baño y entrada individual… ¿qué más puedo decir? Claude Está bien, princesa, está bien. Chócala. Podemos al menos… (entrada en escena de Claire) Cuarta escena Mado, Claude, Claire Claire ¡Tengo la sensación de que molesto! Claude Oye princesa, ¿Quién es esta? Claire Bueno, Mado, le han hecho una pregunta. ¡Ahora tendrá que apañárselas para contestar! TELÓN SEGUNDO ACTO Primera escena Claude, Mado Claude ¡ No los aguanto a estos burgueses! ¿Has visto cómo me ha hablado? no, pero ¿Lo has visto? Mado ¡No te pongas nervioso, no sirve para nada! Claude ¿Cómo que no me ponga nervioso? has oido lo que me ha dicho ¿Sí o no? Mado Sí, claro que lo he oído. Claude ¿Y el tono? el tono que ha empleado ¿Lo has oído? Mado Sí, estoy de acuerdo, tienes razón, pero… Claude Pero « No te pongas nervioso »… es todo lo que sabes decir… Mado Y ¿Qué quieres que diga? Claude Y en primer lugar, no me pongo nervioso, constato ¡Es todo! Mado De acuerdo… Claude Pero ¿Quién se cree que es la gorda esa? Mado No hables tan alto, te va a oir… Claude Bueno, pues ¡que me oiga! Mado Más valdría que no, precisamente. Claude (imitando a Claire) « y nia nia, he dejado tierra sobre la alfombra persa del siglo XVI… » Mado ¡Siglo XV! Claude ¿Qué? Mado Siglo XV, la alfombra persa, es del siglo XV, no del XVI… Claude Está claro que eres la chacha, ¡toma! Mado No es más deshonroso que ser s.d.f. Claude ¡Mendigo! Mado Sí: mendigo, s.d.f.,… Claude ¡No! … ¿alfombra persa del XV?... entonces ¡mendigo!... ¡y no estoy seguro de que sea menos deshonroso ser una chacha! Mado Ah ¿sí? ya veo, me pagan, tengo un techo, una seguridad, y todo esto, Dios mío, comparado con el banco bajo las estrellas, ¿no es así? Claude Oye, ¿Conoces el lobo y el perro? Mado ¿Qué es eso, « el lobo y el perro »? Claude ¡La Fontaine! Oh, déjalo (silencio) Claude Bueno,… así que eres…. ¿La chacha? (Mado no contesta, se cruza de brazos y levanta los ojos al cielo con aire exasperado) Claude Así, que ¿sólo eres la chacha? Mado Y ¿Qué? Claude (pasándole la mano por las nalgas) Y esto, ¿Es un culo de chacha? Mado Nada de eso ¿Eh? ¡No soy una de esas zorras a la que te follas entre dos puertas! Claude ¡No! ¡eso sí que no! la señorita es una chacha pero no una zorra… eso, no hay que mezclar los trapos sucios con las servilletas que no están limpias… Mado ¡No veo en virtud de qué me insultas! Claude ¿Te has divertido, chacha? Mado ¿Divertido? Claude « Me temo que se ha equivocado sobre mis intenciones »…¡Qué va!... « en efecto, no he nacido en medio del lujo »… re: ¡Qué va!... Mado Bueno, bueno, vale ¡vale! Claude ¿Y lo haces a menudo eso de jugar a ser princesa? (silencio) Claude ¡Contesta, me cago en Dios! ¿Lo haces a menudo? Mado Oui, non, ça m’arrive, voilà! Sí, no, a veces Claude ¿Cada vez que sale la gorda? Mado No, cada vez no… Claude ¿Sale mucho? Mado Sí, bastante… Claude ¡Tenías que estar al loro! Mado ¿De qué? Claude De cuando vuelve, ¡claro! Mado No tenía que haber vuelto hoy. Claude A pesar de todo, ¡eres una gilipollas! Mado Pero bueno… Claude Te lo aseguro: ¡eres una gilipollas! no hay que jugar a eso. O entonces, hay que tomar precauciones. Mado ¿Qué quieres decir? Claude El hecho de que ella sepa lo que haces cuando no está: eso le da un medio de presión sobre ti. Mado ¡No te preocupes por ella! de cualquier manera, no le faltan los medios de presión Claude Ese es uno más. ¡Por eso está tan engreída! ¡Está que revienta!, no hay que darles ideas falsas a estos burgueses, no hay que hacerles créer que les tenemos envidia. Mado ¡Qué gracia me haces! ¿acaso no los envidias, tú? Claude ¿Yo? No… Mado Claro, ¡tú eres perfecto! el mendigo filósofo, contento con su suerte y que guarda su cólera para el cielo, ¡Vamos! No, te lo juro: ¡me das ganas de vomitar! Claude Pues tú, ¡me das ganas de llorar! Mado ¡Para!, ya te veo venir, ¡me vas a decir que reniego de mi clase social! Claude Pues, es un poco eso… Mado San Marx, ¡rece por nosotros! Claude De hecho, yo diría incluso que tú reniegas, tú… Mado Y dale, y ¡San Freud  también con nosotros! Claude Pero en fin de cuentas ¿Quién eres? Mado ¿Cómo que « quién soy »? Claude Sí, me has embaucado desde el principio: ¡ni siquiera estoy seguro de tu nombre! Mado Te he dicho la verdad, o casi. Claude ¡Casi! ¡Qué bonito! ¡ Todo está en el adverbio: casi! Mado Sólo… me he inventado la boda. Claude ¿Te llamas de verdad Mado Verne? Mado Sí. Y mis padres eran comerciantes de verdad. Y conocí al viejo Voltereine en Tignes. Claude ¿Y de verdad te acababan de dejar plantada? Mado Sí. Después de la primera noche. Me sentía mal. El viejo se mostró simpático. Muy dulce, muy amable. Yo lloraba en mi ventanilla. Me invitó a una copa y luego me propuso darme un empleo en Paris. Lo acepté en seguida, sin pensar… Claude ¿Te acostaste? Mado Pero ¿Qué te importa esto? Claude Entonces: ¡Te acostaste! Mado ¡No!... enfin, un poco sí, al principio, pero sin ganas, no sabía muy bien… Claude No tan dulce y amable como parece, el viejo Voltereine. Mado Sí. ¿Por qué dices eso? Claude Ha utilizado tu culo. Mado Si se quiere, sí. Claude ¿Hay papel aqui? Mado ¿Papel? Claude Sí, papel, una hoja, blanca, limpia, nítida… Mado ¿Para hacer qué? Claude ¡Mi testamento! Mado ¡Qué gracioso! ahí, en el secreter, debe haber algo para escribir. Claude  (se va a abrir el secreter y rebusca) Papel, un bolígrafo,… ah, tijeras… perfecto…y…sí, celo, muy bien… (coge todo este material y va a sentarse frente a la tele, delante de la mesita baja) Mado ¿Puedes explicarme qué pasa, al fin? Claude Te lo enseñaré cuando esté terminado, es mejor. (Se pone a escribir, coge las tijeras y trabaja mientras sigue charlando) Claude Dime, Mado, en el fondo ¿Qué esperabas? Mado ¿Cómo? Claude Al traerme aqui, ¿Qué esperabas? Mado Nada de particular… Claude Pero sí que me has hecho venir por algo concreto. Mado Sabía que se necesitaba otro chófer para sustituir a Pierre. Entonces quise tomar la delantera. Pensaba montar un tinglado contigo. Decir que eras mi primo del pueblo, que te habías venido a Paris y que justamente eras chófer… Claude ¿Y si me hubiese negado? Mado Te habría despedido, ¡Sin más! Claude ¿Por qué un mendigo? Mado Ya te lo he dicho. Claude La caridad ¿es por eso? Mado Más bien la solidadridad, y mejor con alguien simpático. Prefería elegir a la persona con la que iba a trabajar. Claude Y la gorda ¿hubiese aceptado? Mado ¿Claire? No sé. (Claude ha terminado su obra, ha recortado una cinta y pegado los dos extremos dando la vuelta a uno de ellos) Claude Mira, esto es una cinta de Moebius. ¿Ves? de un lado he escrito « princesa ». Y si hago girar la cinta, se lee el otro lado: « chacha ». Eres tú: princesa-chacha. Eres una moebusiana, sin saberlo. Mado Entonces, ¿Eso te gustaría? Claude Pero, ¡no te he dicho que no me gustara! Mado ¿De verdad? ¿No me guardas rencor? Claude Claro que no, no te guardo rencor. E incluso, te entiendo un poco… Mado Sabes,… iba a decírtelo todo, por supuesto…. No en seguida, pero… Claude Por cierto, ¿Y el restaurante? Mado ¿Qué pasa con el restaurante? Claude ¿Has pagado tú? Mado Claro… ¿Quién quieres que lo haya hecho? Claude Te lo devolveré Mado No, no quiero… Claude ¡Insisto! Nunca me he aprovechado de una mujer, no más de su dinero que de su culo, es una cuestión de orgullo. Mado No hablabas así hace un rato. Claude No, es verdad, pero hace un rato, era hace un rato. Ahora, es ahora. Estamos en el mismo barco,… más bien sobre la misma balsa. Mado ¿Firmamos la paz entonces? Claude ¿Habíamos declarado la guerra? Mado No, enfin no del todo… (un tiempo) Claude ¿Ya habías hecho esto antes? Mado ¿El qué? ¿Ayudar a un s.d.f.? Claude Sí. Mado Una vez, sí. Un tío que logré que emplearan. Claude ¿Lo hiciste de la misma manera? Mado No, se lo dije al viejo. Le dije que un amigo estaba en paro. Me hizo caso. Claude ¿Y funcionó? Mado Sí, funcionó. Claude ¿Y yo? ¿Crees que funcionará? Mado Eso espero, Claude, eso espero y cruzo los dedos. Claude Finalmente, ves, me parece que el mundo está mal hecho. Mado ¿Por qué? Claude Pues… digamos que ¡decididamente estarías mejor en el papel de  princesa que la gorda! Mado Eres amable. Claude ¡Creo que seguiré llamándote princesa! Mado ¡De acuerdo! (Entra Claire) Segunda escena Claude, Mado, Claire Claire Veo que todavía estais charlando. Claude Sí. Todavía no hay una ley que lo prohiba… Claire No es esa la cuestión. Quería verla… (se interrumpe al ver la cinta de Moebius sobre la mesa) ¿Qué son esos recortes? Claude Matemáticas, mi querida señora… Claire ¿Matemáticas? ¿Ven esto? con… papel, celo,… Claude Es igual de bueno que contar con los dedos, ¿sabe? Claire Sí, bueno, enfin… dejemoslo por ahora… Claude Dejemoslo… Claire Mado, querida, he estado hablando largamente por teléfono con el señor Voltereine. Mado ¿Ah? Claire Si… estaba en una conferencia pero se ha tomado el tiempo de reflexionar conmigo. Mado De reflexionar… Claire En efecto, ¡de reflexionar! Mado, nos ha colocado usted en una situación…embarazosa… usted, yo. El señor Voltereine, y también este señor… Mado Lo siento mucho… Claude Lo siente mucho… Claire Enfin, Mado, ¿dónde tiene usted la cabeza? ¡No se contrata a un chófer así! No se contrata… Claude … ¡A cualquiera! Claire Sí, bueno, quería decir… Claude Usted lo ha dicho… Claire …Mado, ¿Conoce usted a este señor… Mado Pues… sí, enfin, un poco… Claude Puedo presentarme solo, ¿sabe? Soy bastante adelantado para mi edad… Claire Le escucho… Claude Claude Gilles. Claude es el nombre y Gilles, es el apellido. Claire Claude… Gilles… y … ¿De dónde viene señor Gilles? Claude Vengo un poco de todas partes…. Claire ¿Un poco de todas partes y de ningun sitio? Claude Y hago un poco de todo… Claire Es decir: ¿nada? Claude ¡Es usted muy perspicaz! Claire ¡Así es! ¿Es usted…. Parado? Claude ¡Y más! Lo he sido pero… Claire Y vive en… Claude Huy… Claire ¿No… tiene vivienda? Claude Eso es Claire ¿Supongo que no tiene referencias? Claude Francamente, no, pero tengo carnet de conducir. Mado Ha sido repartidor… Claude ¡Sí! tengo muchos kilómetros a mis espaldas: repartos, mudanzas, transporte de señoras de edad delicadas y de niños de cuna… Claire Si… ¿Mado? Mado ¿señora? Claire ¿Supongo que avala usted a su…amigo? Mado Si señora Claire Espero que tiene usted buenas razones para avalarle y que no sólo es porque tiene un buen polvo. Claude Oiga, pero usted… Claire No se haga el ofendido, no es usted el primero, ni será el último en pasar por la cama de Mado. Mado Señora, se lo ruego… Claire ¿Me lo ruega, cariño? Mado No estamos aqui para hablar de eso señora… Claire Tiene usted razón. Entonces, volvamos a su caso, señor… Claude Gilles. Claire Señor Gilles… dígame a ver… ¿Cuáles son… las perspectivas que nuestra querida Mado le ha dejado entrever? Claude ¿Las perspectivas? Claire ¡Sí! Mado ha tomado la iniciativa de proponerle un empleo, y si no me equivoco, en el preciso momento en el que yo entraba en esta sala, ¿estaban a punto de llegar a un acuerdo? Claude Nos dimos la mano, mi querida señora, sin duda, nos dimos la mano. Claire Y ¿Cuáles eran los términos de ese « chócala »? Claude Pues… ni más ni menos que lo que usted me habría ofrecido en su lugar ¿supongo? Claire Eso habría que verlo, mi querido señor… ¿entonces? ¿diga? Claude Veamos… se trataba de un tanto fijo de 800 euros por tres horas al volante cada día, el mantenimiento de los coches y del material. Una habitación independiente con baño y entrada privados. Dos días de descanso a la semana. Cinco semanas de vacaciones pagadas. Una paga extra al año. Y la tarifa de los taxis fuera del límite urbano para los desplazamientos superiores a los cien kilómetros. Claire Pero bueno Mado, esto no va en serio: ¿Qué tiene usted en la cabeza? Mado Pero señora, le juro que… Claude Vamos, vamos, ¡No la tome con la pobre Mado! ¡soy el único responsable de haber añadido cosas! Claire ¡Ya veo! ¡Está usted un poco loco, señor! Claude Un poco, eso es verdad, ¡pero es usted la que me ha incitado a este pequeño juego! Me ha hecho usted lo del vendedor de alfombras: « ¿Cuánto quieres, amigo? ¿Cuánto quieres? » pues lo que quiero es mucho ya que sé que se me dará mucho menos. Claire El señor es muy listo… Claude El señor no ha nacido en la última lluvia de mierda, si la señora tiene la amabilidad de disculpar al señor esta libertad en el lenguaje. Claire Bueno, entonces, digamos: alojamiento y manutención en las condiciones prescritas. Cuatro semanas de vacaciones pagadas. Nada de paga extra pero un aguinaldo jugoso, el del personal de la casa. Un día de decanso por semana y… un fijo de setecientos euros. Claude ¡Setecientos cincuenta! Claire De acuerdo setecientos cincuenta pero con el mantenimiento de todo el material eléctrico: ¿Puede hacerlo? Claude ¡Puedo hacerlo! Claire ¡Eso espero! Claude ¿Y la tarifa fuera del límite urbano? Claire ¡Ni hablar! Claude ¡Bueno! Claire Voy a pedir que redacten un contrato, y voy a pedir confirmación a mi esposo por teléfono… (empieza a alejarse pero vuelve) Claire Ah, olvidaba un detalle: ¡nada de relaciones íntimas con el personal durante las horas de servicio! Claude Solo se folla por la noche: ¡o.k. patrona! Claire Nada de o.k.: ¡sí! y nada de patrona: ¡señora! Claude Sí… señora. Claire En cuanto a usted Mado, aún tenemos una pequeña cuenta pendiente: preséntese en mi habitación en media hora: ¿Está claro? Mado Sí, señora. (Claire sale) Tercera escena Claude, Mado Claude ¿Hace mucho tiempo que la aguantas? Mado Cinco años. Claude ¿Y antes? Mado ¿Qué antes? Claude ¿No estaba casado el viejo? Mado No… bueno, no realmente casado. Claude ¿Qué quiere decir: no realmente? Mado Quiere decir no realmente: mujeres de paso, eso es todo… Claude Y el viejo, ¿Es tan coñazo como ella? Mado Casi. Claude ¿Se cree también el ombligo del mundo y la pierna del Cid al tiempo? Mado Más o menos. Claude Oye, ¡no eres clara! quiero saber dónde meto los pies: si es en la mierda o en la  caca. Mado Son… ¡las dos cosas! ¿Estás contento? Claude Oye, por cierto… ¿Es cierto lo que contaba la gorda de ti? Mado ¿Por qué la llamas todo el rato « la gorda »? No está tan gorda… Claude Me importa un bledo, es por su careto esto… en el careto, ¡está hinchada, abotargada, enorme! Mado En este sentido, estoy de acuerdo contigo. Claude ¿Entonces? Mado ¿Entonces? ¿Entonces qué? Claude ¿Es verdad lo que decía de ti? Mado Ya te he contestado. Claude Sí, pero seguro que me has contado milongas. Mado Te he dicho la verdad. Claude Entonces ¿Por qué ha dicho eso? Mado Pues, yo no sé, para… para humillarme… Claude ¿No te gusto? Mado Pero… sí, no, enfin, no sé… Claude Puedes decírmelo, anda, no me mosquearé. Mado Pero ¿decirte qué? Claude Que eres una salida, pero que … ¡que no soy tu tipo, vamos! Mado ¡Te aseguro que no es así! he tenido aventuras, algunas, pero muy pocas. Y además, ¡no me va! sabes, ¡todavía soy un poco monjita! Claude Oye ¿Qué es eso de una cuenta pendiente con la gorda? Mado No sé Claude ¿Cómo que no sabes? antes cuando te lo ha dicho, parecía que sabías… Mado No, te lo prometo… Claude Pero sé que me escondes algo. Mado No, nada, sólo quiere… hacerme pagar… Claude ¿Hacerte pagar? quieres decir: ¿una retención sobre tu salario para compensar la diferencia entre lo que ella me habría ofrecido y lo que me ofreciste tú, bueno lo que yo he dicho que me habías ofrecido? ¿Es eso? Mado Sí, sí, debe ser eso, sí… Claude Hay… algo más? Mado No, no. Claude ¿Hay otras formas de hacerte pagar? Mado No… Claude Sí, intuyo que hay algo más… Mado No… Claude ¿Te…castiga? Mado Bueno,… sí… a veces, sí. Claude Pero ¿Qué tipo de castigos? Mado No sé… Claude Espera, espera, acabas de decirme que a veces te ha castigado… Mado Sí, bueno, no… Claude ¿No qué? ¿Te ha castigado o no? Mado Sí…sí… Claude Y en esos casos ¿Qué castigos eran? Mado No tengo muchas ganas de hablar de ello, Claude. Claude ¿Ah? Es… ¿tan difícil? Mado Sí. Claude Es… ¿algo físico? Mado Te lo ruego, Claude, para… Claude ¿Te ha pegado? Mado No, no, no es eso… Claude ¿Es algo sexual? Mado Claude, ¡déjame tranquila! te lo ruego: ¡déjame tranquila! Claude ¿Te ha hecho cosas? ¿Es eso, eh? ¡estoy seguro que es eso! Mado ¡Para, Claude! Te lo suplico: ¡para! Claude Pero bueno, coño, ¡despierta! ¡estamos en el siglo XXI! ¡Ya no estamos en la Edad Media! tu patrona ¡no tiene derecho de pernada! Mado Claude, ¡me incumbe a mi! ¡es mi problema! Claude ¡Ah no, eso si que no! también es mi problema porque yo ¡también estoy empleado en este tugurio! Mado Tú, ¡no tienes nada que temer! Claude ¡Menos mal!... oye, por cierto,… ¡Empiezo a entender las alusiones guarras! Mado ¿Sí, eh? Claude ¡No voy a dejar pasar! Mado Pero no puedes hacer nada, Claude… Claude Sí, y para empezar ¡soy el responsable! Mado ¿Cómo es eso? Claude Sí. Por una parte, considero que eres tú la que me ha contratado, y no esa vaca gorda… Mado Sabes muy bien que no es verdad… Claude ¡Pero sí! ¡tú has sido la que ha venido a sacarme de mi banco! ¿Verdad o mentira? Mado Sí, es cierto, pero… Claude ¡No hay peros que valgan! Tú viniste a buscarme, ella, nunca se habría molestado. Mado Bueno, bueno… y… ¿de otra parte? Claude ¿De otra parte? Mado Sí, has dicho: « de una parte, tú me has contratado »… Claude Sí, y de otra parte… y muy de otra parte, es por mi culpa que corres el riesgo de no sé qué, es porque he hecho el tonto pidiendo condiciones de trabajo… Mado Pero no sabías, Claude, no podías saber… Claude ¿Y qué? ¡tú tampoco sabías cuando viniste a buscarme! ¿no sabías que las cosas iban a liarse así! Mado De cualquier forma, no puedes hacer nada. Claude Es lo que veremos. Mado Si le hablas de esto, te va a echar, y a mi también. Claude Bueno ¿Y qué? irenos a los tribunales, todavía hay leyes en este país, todavía hacemos como si estuviésemos en democracia… te lo aseguro: le meteremos un paquete a la gorda si nos da la patada. Mado No, no tengo ganas. Claude No tengo ganas, no tengo ganas… ¿Prefieres dejarte violar? Mado Pero no he sido violada en realidad. Claude Sí, ya veo la cosa: más o menos consientes….Y por eso ¡esta cabrona no soporta que un macho te huela la almeja! Mado Sí, no… enfin, déjalo ¿quieres? te doy las gracias por tu generosidad caballeresca pero vas a traerme problemas y eso no quiero… Claude Ah, porque ahí, problemas ¿no tienes? Mado Sé que eso te es totalmente indiferente pero tengo un curro, un techo, una seguridad, y quiero conservarlos. ¿Te enteras? ¡Quiero conservarlos! Claude ¡Para, me da asco! Mado Sí ya sé,prefieres tu libertad…. Pero aún no has firmado nada, ¡Sabes! Todavía puedes irte…. Claude No. Mado ¿Por qué no? Claude Por ti… Mado ¿Por mi? ¿Cómo por mi? Claude Por ti: no quiero dejarte en esta… Mado ¿Situación? Claude ….¡Mierda! Mado Pues ves… lo que tú… enfin, resumiendo, esto me conmueve. Claude Quita, quita, es lo normal, nada más. Mado Sí, sí, es conmovedor, y además es la prueba de que no me equivoqué. Claude ¿Cómo es eso? Mado Presentí al verte que eras un tío legal. No me he equivocado. Claude No soy un tío legal, Mado, sólo soy un pobre imbécil, pero… Mado ¿Pero? Claude Pero tú también eres una pobre imbécil, entonces, entre imbéciles, hay que echarse una mano. Mado ¡Gracias por el cumplido! Claude Imbecillus, en latin, significa débil, no es un insulto. Eres débil, yo soy débil, y menos menos, en matemáticas, es más. Mado Gracias señor profesor, pero déjalo, no puedes hacer nada por mi y mi debilidad. Claude Nada porque ¿te gustan tu correa, tu caseta y el hueso que tienes para roer? Mado ¡Debe ser algo así! Claude ¿No quieres probar nada? ¿no intentar nada? Mado Nada, Claude. Claude ¿No tienes ganas de nada? Mado De nada en absoluto, nada… salvo… Claude ¿Salvo? Mado No: nada. Claude ¡Ah no! ¿Salvo qué? ¿Entonces? ¿Salvo qué? Mado No puedo decírtelo. Claude Y ¿Por qué no puedes decírmelo? ¡Venga! ¿Qué es? Pero, ¡Dímelo! Mado ¡Todo! ¡Lo es todo! Claude ¿Todo? ¿Cómo que es todo? Nada, todo… ¿Quieres explicarte? Mado De verdad ¿Quieres saberlo? Claude Sí, quiero. No paro de preguntartelo. Mado Claire tiene una caja fuerte en el banco… Claude Tiene una caja fuerte en el banco… ¿Sí? y… ¿Entonces? Mado Entonces: conozco la combinación, me la ha dicho. Claude Y… ¿En la caja fuerte? Mado Todas sus joyas. El valor es de varios cientos de millones… Claude ¿De euros? Mado ¡De euros! Claude Sí pero… sabrá que has sido tú, ¡mandará ir tras de ti! Mado Salvo si… Claude ¿Salvo si? Mado Pues, ¿No lo ves?, salvo si… Claude Si nos aprovecháramos de una larga ausencia del viejo Voltereine, ¿Me acerco? Mado Caliente, caliente. Claude Y nos la cargamos, ella…¡Eso es! Mado ¡Te estás quemando! Claude Bueno, sí, me cago en Dios.. es cierto que… Mado ¿Qué? Claude ¡Que lo quieres todo! Mado ¡Ya  te lo dije! Claude ¿Hace tiempo que piensas en ello? Mado Sí, mucho tiempo. Claude Y… nunca te habías planteado… Mado ¿Pasar a la acción?... si… Claude ¿Por qué no lo has hecho? Mado No sé, un poco por canguelo, y además… la falta de ideas… Claude ¿Cómo hacerlo, no es eso? Mado Sí, eso es. Claude ¿No es fácil, eh, cargarse a alguien? Mado No, no lo es… tú… tú ¿Ya lo has hecho? Claude Sí, una vez en Africa. Pero, francamente no es un buen recuerdo. Mado Lo imagino. Claude Pues precisamente, más vale no hacerlo: ¡es todavía peor de lo que uno se imagina! Mado Entonces, digamos que no he dicho nada y hablemos de otra cosa, o no hablemos más… (Silencio) Claude De la caja fuerte… ¿estás segura? Mado ¿Segura de qué? Claude ¿Tienes la combinación, y todo? Mado Segura sí, segura, ya he ido sola dos veces. Claude Y ¿Te han dejado pasar sin vigilancia ni nada? Mado Sin ninguna desconfianza. Claude y… ¿La cifra? Mado ¿La cifra? Claude Sí, la pasta. Has dicho: ¿varios cientos de millones? ¿Cuántos? ¿Dos? ¿Diez? Mado Por lo menos quinientos. La mitad de las joyas fue peritada el año pasado: la estimación era de quinientos millones y pico. Y hay el doble, en peso. Claude Hay que reconocer que es tentador… ¿Y Claire? Mado ¿Claire? ¿Sí? ¿Y qué? Claude ¿Tiene problemas de salud? ¿El corazón? ¿La cabeza? ¿Toma pastillas? Mado No, nada de eso, no, nada concreto. Claude ¿Nada que se pueda agravar facilmente? Mado No, no, creo que no. Claude ¿No tiene sida, cáncer, no sé, algo que la deje K.O. rápidamente? Mado No. Claude ¿Hay que matarla, entonces? Mado Pues…sí. Claude ¿Qué podemos hacer? ¿Desangrarla? ¿Colgarla? ¿Cortarla en pedazos? Mado No, no, claro que no. Claude ¿Habías pensado ya en algo? Mado No del todo… Claude ¿Qué quiere decir: no del todo? Mado Había pensado en la electricidad… Claude ¿La electricidad? Mado Sí, la electricidad, no sé, un corto-circuito, un enchufe mal hecho… Claude Sí…en una choza como esta, debe haber un montón de enchufes jodidos… Mado Bastaría que fuese en el sitio adecuado y en el buen momento… Claude Bien pensado, bien pensado,,, la señora se electrocuta solita en su casa… Mientras se dan cuenta de que la chacha no estaba de vacaciones… ¡Estamos lejos de aqui y forrados! Me gustas Mado, decididamente me gustas, y… mira si no fueras tan reticente, te besaría encantado… Mado ¡Cada cosa a su tiempo! Claude ¿Ah? ¿Puedo tener esperanzas? Mado Supongo que vamos a tener que estar escondidos juntos durante algún tiempo, tendré que hacerme a tí. Claude ¡Pero si es una verdadera declaración de amor! Mado Digamos que con este grado de complicidad, ¡No tengo elección posible! Claude Perfecto, perfecto, entonces veamos, pensemos… Mado ¿En qué? Claude En el mejor lugar para preparar nuestra pequeña « escenificación »… Díme, esta choza, es de la época del Directorio, ¿Es eso? Mado Sí, eso es. Claude Entonces, ¿No había cuarto de baño? ¿Se hizo despues? Mado Pues sí, seguramente Claude Y por supuesto, ¿la instalación eléctrica no ha sido rehecha según las nuevas normativas? Mado No sé muy bien. Claude ¡Apuesto que incluso hay una lámpara encima de la bañera! Mado Sí, pero ¿Cómo lo sabes? Claude ¡Intuición!, querida ¡intuición! Es perfecto: basta encontrar la trampilla de acceso a la bañera, de pelar el cable que va a la lámpara , dejarlo en contacto con la bañera y ¡listo! Mado ¿Quieres decir que al tomar su baño? Claude Al tomar su baño, también tomará una buena descarga en el culo y ya no podrá salir del agua. Bastarán unos diez minutos para que la palme. Mado Estás seguro de que… Claude ¿De que se quede allí? ¡Ninguna posibilidad de escaparse! Gritará un poco y saltarán bastantes chispas, pero no tienes por qué asistir a la ejecución. Mado Se sabrá que ha sido… ¿provocado? Claude Claro, ¡Encima! ¡No sueñes, Mado! ¿No querrás que además la policía se crea que ha sido un accidente? De todas maneras ¿Qué importa? Tendremos las joyas y viva… ¿Viva qué, por cierto? ¿América del Sur? ¿La África negra? ¿Las Antillas? Mado Espera, espera, ¡Ya veremos despues! Claude Ahora mismo, Mado, ahora mismo. ¡Hay que  reservar los billetes de avión! Mado ¿Quieres decir que…? Claude Que la ejecución será esta noche, sí, ¿Por qué no? ¿Va a estar fuera  mucho tiempo el viejo? Mado Vuelve mañana. Claude Pues, más vale aprovechar la ocasión. Mado ¿Esta noche? Claude Esta noche. Mado ¡Me cuesta creerlo,  Claude! Claude Tienes que creerlo, Mado. ¡Mañana serás libre, Mado! ¡Mañana! ¡libre! ¡Libre! ¡Mañana! TELÓN TERCER ACTO Escena primera Jules (Jules entra, el móvil pegado a la oreja) El hotel: ¡bien! Sí, el mismo. El recibimiento, siempre igual, sí. La chica, potable…no, apenas potable, una buena zorra pero no…. Pero sobre todo, te digo, ¡sobre todo los chinos! ¡Unos matones! ¿Los americanos? ¡Nada!, nada, te digo, ¡parece que les conviene! El otro de ojos rasgados, ese, anunciaba tan tranquilo que la pila tradicional se ha acabado. Los americanos, ¡ni rechistaban! Sabes, me pregunto cada vez más si no habría que deslocalizarlo todo, pero todo, ¿Sabes? ¡modelo Ciudad Juarez!, incluso si todo el mundo es… (Mientras tanto, Mado ha entrado discretamente, sin hacerse notar ni que se le oiga y se ha situado detrás de Jules para taparle los ojos con las manos) Escena segunda Jules, Mado Jules …. Pero ¿Qué es esto? (Mado retira las manos y le besa en la boca) Mado ¡Soy yo, lobo mío! Jules Ah sí, bueno, espera, Bernard, te vuelvo a llamar ¿Eh? si, ¡eso es! (cuelga) Mado, ¿Cuántas veces tendré que decirte que seas discreta? ¡Coño! Llegas, me besas… Mado … ¡No te enfades, lobo mío! ¡Ya no hay problema! Jules ¿Claire no está? Mado ¡Mejor que eso! Jules ¿Mejor que eso? No sé, yo… Mado ¡Está muerta! Jules ¿Cómo muerta? Mado ¡Muerta! ¡Difunta! ¡finada! Jules Pero ¿Qué ha pasado? Mado He encontrado a un imbécil que se la ha cargado. Jules ¿Quién? Mado Un tío que he conocido por casualidad… Jules Mado ¡Qué imprudencia! Mado ¡Es un mendigo! Un mendigo imbécil, ¡te digo! Le he llevado arrastrado por la nariz, ese tío, le he hecho creer que iba a fugarme con él llevándonos las joyas de tu mujer… Jules … Y ¿se lo ha creído? Mado ¿Creido? ¡A pies juntillas!, sabes, lobo mío, cuando quiero, puedo ser muy convincente… Jules … Sí, eso, ¡Ya lo sé! y entonces ¿Qué ha hecho? Mado ¡La ha electrocutado cuando se bañaba! Jules ¿Ah? ¿rotundamente? Mado .. A esta hora (consulta su reloj) debe estar completamente achicharrada: bonito final para la mujer del rey de las pilas, ¿No? Jules …Sí, sí, pero díme, tu mendigo ¿Quién nos garantiza su silencio? Mado ¿Qué quieres que diga? Jules No sé… ¡La verdad! Mado ¿La verdad?, pero vamos, ¡ningún jurado en el mundo podría tragarse esa barbaridad! Desde el momento en que yo no corroboro su versión de los hechos, ¡Está perdido el s.d.f.! Jules ¿Pero si de todas maneras, él insiste? Mado ¡Pero bueno, Jules! ¡Tiene que cargar con un crimen!, aparecerá como un peligroso psicópata, ¡Haga lo que haga para que tengan en cuenta circunstancias atenuantes! De todas maneras, por nuestro lado será fácil conseguir que se admita la otra versión: ese tío está loco, Madame Voltereine le ha contratado y la ha asesinado por codicia… (llaman a la puerta) … ¡Es él! Deprisa: ¡Escóndete! Ya verás: ¡es un imbécil maduro a punto, ya verás! Escena tercera Claude, Mado, Jules (escondido) (Claude entra) Claude ¿Mado? ¡Ya está, ya está hecho! Mado ¿Está muerta? Claude ¡Del todo! ¡Está lista! ¡Si la vieras! ¡Como un cangrejo! Mado ¡Perfecto! Claude Eres libre, Mado, somos libres, los dos, ¡libres y ricos! Mado ¡Perfecto! Claude ¿No pareces estar contenta? Mado ¡Si! sí, ¡Claro! Claude No sé, me contestas como si estuvieras pensando en otra cosa Mado No, no es eso… sólo que… hay que ser prudentes ahora… Claude ¿Prudentes? Mado Sí. Vas a ir a esperarme en un hotel. Claude ¿En un hotel? Pero, ¿Por qué? Mado Ya te lo he dicho: hay que ser prudentes. Voy a recoger las joyas y me reuno contigo. Claude Bueno… Bueno, ¡De acuerdo!... ¿Conoces algún hotel? Mado Sí: el hotel de la Marina, está en la orilla del canal del Ourcq. Claude Con este nombre, y por el sitio donde está, ¡No debe ser el Ritz! Mado No, pero precisamente, es mejor así. Claude Y ¿Cuándo vendrás tú? Mado Voy a buscar las joyas y me reuno contigo. Dos o tres horas como mucho. Claude Y… ¿pasaremos la noche juntos? Mado Quizás… ¡El descanso del guerrero! Claude ¿Puedes darme un anticipo? Mado No, no, ahora no: el tiempo apremia… Claude ¡Entonces!, si el tiempo apremia ¡más vale hacer lo mismo!, hasta ahora, ¡princesa! (sale) Escena cuarta Mado, Jules (Jules sale de su escondite) Jules Tenías razón: ¡un imbécil, maduro a punto! Mado ¡Te lo dije! Jules Aunque…. Lo más duro está por hacer: hay que descubrir el cadáver, llamar a la policía y sobre todo, preparar nuestras coartadas… Mado Yo voy primero a buscar las joyas. Jules ¿Buscar las joyas? pero, no vas a … Mado ¿Dárselas? ¡Sí, claro! Pero bueno Jules: ¡Piensa! ¿qué mejor móvil podríamos adjudicar a  este cretino que el cebo del beneficio? En cuanto él tenga las joyas, bastará indicar a la policía el hotel en el que se encuentra: « ¿Claude Gilles? ¿El nuevo chófer? se aloja en el hotel de la Marina, en algún sitio al borde del canal del Ourcq. En fin, al menos es lo que me dijo… Siempre me ha parecido poco claro, ese tipo, desde el principio. Pero ¡la señora insistió en contratarle! La señora era muy buena con la chusma!, demasiado buena, señor comisario, si quiere saber mi opinión, ¡demasiado buena! se lo decía a menudo… » Jules ¡Eres una verdadera diablesa, Mado!, ¡realmente diabolica! Mado ¡Bésame, amor mío!, ¡me lo he ganado! Jules (señala con el dedo y recoge la cinta de Moebius) ¿Qué es este chisme? Mado Lo ha hecho él… Jules ¿El imbécil? Mado Sí. Es un chisme… una cinta de no-sé-qué… Por lo visto son matemáticas. Lo ha hecho para mi: mira, si lo haces girar se lee « princesa » y luego « chacha »… Jules De nuevo « princesa ». ¿Por qué « princesa »? Mado Me llama así. ¿No te has dado cuenta antes? Le parece que tengo un aire aristocrático. Me ha dicho que tenía más clase que tu mujer, o algo así.  A tí, ¿Qué te parece? Jules Princesa y chacha… ¡ha olvidado alguna cosa en la lista! Mado ¿Qué cosa? Jules ¿Has olvidado lo que hacías antes? Mado Te lo ruego amor mío: ¡Me ganaba la vida! Jules Es una manera de ver las cosas… bueno, venga, ¡Sal pitando ahora! Mado Y yo, ¡llevo cinco años esperando!, ¡cinco años esperando el momento de poder amarte a la luz del día! Jules Habrá que tener un poco de paciencia ¿lo sabes? Mado Sí, lo sé: la investigación, la vigilancia, el juicio y tiempo para que se olvide, tiempo para que se acepte que te vuelves a casar, el tiempo del duelo… pero… luego, ¿Te casarás conmigo? Jules Te lo he prometido, Mado. Mado ¡Hasta ahora, mi amor! Jules Eso es: ¡Hasta ahora! (ella sale) Escena quinta Jules solo (Jules saca su móvil y marca un número) ¿Bernard? Soy yo de nuevo. Escucha, necesito que me hagas un favor. Se trata de cubrirme. Seras mi coartada. No, no es mi mujer, es… ¡te lo explicaré! ¿Dónde estás ahora? ¿En las Seychelles? Bueno, pues me reuno contigo y oficialmente estoy contigo desde…veamos…ayer por la mañana, diremos. ¿De acuerdo? Como si me hubiese ido directamente despues de… (Claire entra) Escena sexta Jules, Claire Claire ¿Buenos días, Jules! Jules Pero..tú…yo…oye, Bernard, te vuelvo a llamar (cuelga)… ¿Claire? Claire ¿Sí? Jules ¿Estás aquí? Claire Pues sí, ¡estoy aquí! parece que eso te extraña… Jules No, en fin… no sabía que… Claire Estás muy pálido, ¡Ni que hubieras visto un fantasma! Jules ¿Un fantasma?... un fantasma… ah, pues no. Claire ¡Te lo aseguro! ¡No tienes buena cara! ¿Ha sido tan difícil en Ibiza? Jules ¿Ibiza? Claire Sí… ¿No estabas en un congreso en Ibiza? Jules ¡Sí! ¡Sí, sí! ¡Estaba en un congreso en ibiza! Claire Y ¿Entonces? Jules Entonces ¿Qué? Claire ¿Ha sido duro? Jules Oh… un poco… Claire ¿Era Bernard con el que hablabas por teléfono? Jules Si. ¡Con Bernard! Claire ¿Está bien, Bernard? Jules Oh sí, está…bien… Claire ¿Sigue engañando a Sophie en cada uno de sus viajes? Jules Ah, tú… ¿Tú lo sabías? Claire Sí, lo sabía, ¡pero si lo sabe todo el mundo! Jules ¿Ah sí? Claire Sí, ¡Lo sabe hasta Sophie! Jules Ah, ¿De verdad? (Llaman a la puerta) Claire ¡Puede pasar! (Mado y Claude entran) Escena séptima Claire, Jules, Mado, Claude Mado ¿Señora? Claire Querida… Mado Pero cómo… Claire ¡Vaya! ¡Todo el mundo parece sorprenderse de verme! (a Claude) ¿Tiene las joyas señor inspector? Mado et Jules (al tiempo) ¿Señor inspector? Claude Aqui están, señora Voltereine (le da el bolso) Mado ¿Pero, no eres? Claude ¿Qué cosa? ¿s.d.f.? no, Mado, no soy y nunca he sido, s.d.f., ni  parado sin recursos. Nunca he sido tampoco transportista, ni repartidor, ni legionario. La biografía que te he contado es la de mi hermano gemelo: Antoine. Con una sola excepción: sí he sido profe de matemáticas. Pero pasé directamente de ser profe de matracas a poli: inspector Claude Gilles de la policía judicial. Mado Claude… y Antoine…s.d.f. y poli… Claude Eso es, es exactamente eso… ¿ves?, yo también soy… moebiusiano… Mado Pero no es posible… es una pesadilla… Claude Debe ser un poco difícil, lo entiendo. Mado Pero, ¿por qué?, ¿por qué todo esto? Claire ¿Y usted lo pregunta, hijita? Estaba decidida a que me asesinaran y ¿pregunta por qué? Mado (dirigiéndose a Jules, un poco implorando) Jules… Claire Vamos, querida, un poco de dignidad ¡Se lo ruego! Jules Lo siento mucho, Mado. Mado (a Claire) ¿Lo sabía? Claire ¿Que se había acostado con mi marido? si, claro. Y también sabía que a diferencia de la mayoría de las putas que se folla mi marido, usted parecía agarrarse. Y eso, ve usted, me molestaba. El pequeño experimento que he llevado a cabo demuestra que tenía razones para sentirme molesta. Mado (a Claude) Pero, ¿cómo podías estar seguro de que iba a dirigirme a tí y no a otro s.d.f.? Claude ¿A otro s.d.f.? ¿Qué otro? sólo podías dirigirte a uno de los siete inspectores que se iban turnando en tu recorrido habitual. No había peligro de que te encontraras con un verdadero s.d.f.: nos tomamos bastantes molestias para dejar el terreno limpio. Claire Para que lo sepa, querida, le diré que mi marido estaba a punto de dejarla tirada despues de este asunto. Le he sorprendido arreglando una coartada con Bernard, su «compañero de orgías»: si usted hubiese conseguido matarme, hubiese ido directamente a la cárcel para el resto de sus días. Jules ¿alguna pregunta? Jules Ninguna, querida. Todo está perfectamente claro. Salvo, quizás… ¿Tus exigencias? Claire Podría pedir el divorcio, claro. Jules Claro. Claire Pero, podemos sin duda arreglarlo, evidentemente. Jules Evidentemente. Mado ¿Y yo? Claire La puerta está abierta, querida. (a Claude) Señor inspector, puede dejar ir a esta joven, no habrá denuncia alguna… Claude Pero, señora Voltereine, la investigación… Claire ¿La investigación? ¿Está usted de broma señor? sus superiores ¿no le han avisado? La investigación, yo paso de ella, señor inspector. (A Mado) Y usted, querida, puede salir. Nadie la retiene. Puede volver a la calle de la que mi marido creyó bueno sacarla. Mado Es horrible… me siento…totalmente… Claude ¿Manipulada, quizás? No sueñas, Mado, lo has sido…manipulada por los que te contratan, te gobiernan, te dirigen. Todos lo estamos, Mado, todos lo estamos, incluso si para ti, es un pobre consuelo: sabes, no se borran las tradiciones, las costumbres, el poder con un milagro, haría falta… más, mucho más que eso… Mado Tengo la sensación de que me han ensuciado… Claude Todavía estas libre, Mado, y en tu lugar lo aprovecharía… ¡vete, Mado, vete lejos, mientras puedes hacerlo! Mado ¿Irme? ¿Irme dónde? Claude Irte, simplemente irte, seguro que alguién te espera en algún lugar, tienes que creerlo, Mado, sólo tienes que creertelo… TELÓN 1994-2004 Esta obra se representó el 5 de julio 2007 en el teatro Tallia, Paris 13ème, con una puesta en escena de  Bertrand Destrignéville con Coralie Bonnemaiso, Fredérick Sigrist, Indira Lacour y  Hervé Terrisse. [1] S.d.f.: sin domicilio fijo (Nota del traductor) [2] R.a.t.p. : siglas de « réseau autonome des transports parisiens », s.n.c.f. : siglas de « service national des chemins de fer » [3] Juego de palabras : Voltreine está compuesto de volt (voltio) y reine (reina) [4] P.S.G.: equipo de fútbol Paris Saint Germain
Domingo, 01 de Marzo de 2009 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
Desde 1998, Joe Cacchione forma parte del equipo directivo de la escuela secundaria Anjou (Montreal), después de enseñar matemáticas durante 6 años. Hasta aquí, todo normal… pero además Joe es creador y miembro de la compañía teatral “Scherzi a parte” (“Bromas aparte”). Según sus propias palabras: “La risa es como una receta: es buena para la salud. Nuestros espectáculos les proponen una terapia que pueden regalarse ¡tantas veces como quieran!” Estudiante de contabilidad y apasionado por la enseñanza, Joe Cacchione descubrió a los 18 años sus habilidades cómicas en una fiesta de navidad… y allí fue donde comenzó a “engancharse” al mundo del teatro. Joe Cacchione comenzó a enseñar matemáticas en las afueras de Montreal (Canadá) en 1992, concretamente en la escuela de secundaria Antoine-de-Saint-Exupéry de Saint-Léonard, donde acudían estudiantes de 56 orígenes étnicos diferentes. Joe habla italiano (su lengua materna), francés, inglés y castellano,… y algunos otros idiomas y dialectos, así que el reto de enseñar a jóvenes de procedencia tan variada no lo era tanto para él. Un día de 1993, en que Joe debía enseñar trigonometría a un grupo de secundaria, decidió hacer su entrada en clase disfrazado de japonés. Por supuesto, la treintena de alumnos estalló en risas, y antes de que éstas cesaran, el profesor saludó a la clase con un: ¡¡¡SOH CAH TOA!!! Lo escribió en la pizarra, y animó a los estudiantes a repetirlo varias veces... ¡SOH CAH TOA!, ¡SOH CAH TOA!, ¡SOH CAH TOA!… Y después llegó la explicación; Joe estaba utilizando una regla mnemotécnica para recordar las fórmulas del seno, coseno y tangente de un ángulo: SOH = Seno Opuesto Hipotenusa (el seno de un ángulo es igual al lado opuesto partido por la hipotenusa) CAH = Coseno Adyacente Hipotenusa (el coseno de un ángulo es igual al lado adyacente partido por la hipotenusa) TOA = Tangente Opuesto Adyacente (la tangente del ángulo es igual al lado opuesto partido por lado adyacente) En el dibujo, para el ángulo α: Parece que algún tiempo más tarde, a la hora de corregir un examen de trigonometría, Joe comprobó que sus alumnos habían anotado SOH CAH TOA en su hoja de ejercicios. Aquel año, el profesor tenía a su cargo dos grupos de secundaria, uno de los cuales correspondía a niños repetidores. En el grupo “normal”, aprobaron un 93% de los estudiantes, mientras que en el grupo de repetidores aprobaron el 91%... todo un éxito, pues normalmente la diferencia de éxito entre ambos grupos suele ser mucho mayor. Poco a poco, se dio cuenta de los efectos sobre sus alumnos al integrar el arte del teatro en sus clases. El crítico teatral Michel Vaïs asistió a una de las clases de Cacchione en febrero de 1998 para “verle en acción”... En el artículo [1] explica: “Fui a observarle el 24 de febrero de 1998, cuando en una clase de secundaria debía disertar sobre la traslación, la simetría, la rotación y la homotecia. A las 12h56, el señor Cacchione comienza a pasar lista con voz fina […]. Si la respuesta no llega – o no se escucha bien -, repite el nombre dos veces, tres veces, cuatro veces, como un disco rayado, sin elevar la voz. Mejor dicho, utiliza acentos extranjeros de su registro vocal […]. […] De repente, se levanta y con voz de bajo anuncia que: ‘Ahora, vamos a hacer una revisión total de la rotación.’ Plantea constantemente preguntas para mantener el diálogo con el grupo. ‘Señor Gentile, sea gentil, respóndame.’ Se dirige a un alumno de la primera fila hablando muy suavemente, Cacchione toma su lápiz como su fuera un micrófono. Y todo el mundo aguza entonces el oido. Creo que nunca he visto una clase completa seguir y comprender de manera tan evidente –¡y con tanto placer! – un curso de matemáticas, impartido sin embargo a gran velocidad. Cacchione lo comprueba a menudo con ‘No question? Nessuna demanda? No pregunta? Aouigangnagnagna? […] Si no entendéis esto, previene Joe, vais a hacer como el Titanic en el examen: ¡hundiros! Pero si “capiscais”, ¿cuánto tendréis sobre diez? ¡Diez! Replican en coro las jóvenes gargantas infladas de orgullo.[…] Durante la clase y junto a la mesa del profesor, se coloca un pupitre frente a los estudiantes. Es la mesa del asistente de Joe, elegido por sus buenas habilidades en matemáticas. De vez en cuando, Cacchione se gira hacia él para obtener inmediatamente la respuesta precisa. De los deberes de su asistente, lee las soluciones correctas a los problemas planteados, sobreentendiendo que no puede haber errores, porque es el “asistente del profesor” el que los ha resuelto. ©Michel Vaïs El comportamiento tan imprevisible del profesor obliga a los alumnos a estar continuamente alerta: si alguien no le contesta deprisa, finge desplomarse, o promete desatar su cabello atado en cola de caballo si alguien encuentra la respuesta, con el lógico regocijo de sus alumnos. Cuenta Michel Vaïs en [1] que, en cierta ocasión, Cacchione prometió afeitarse la mitad de la barba (de un solo lado de la cara) si la clase obtenía más del 80% de media en los exámenes finales... y así lo hizo en junio de 1997. Curiosamente, para los alumnos, la perspectiva de ver a su profesor así afeitado les animó a obtener una buena media de clase,… más que aún que el incentivo de conseguir una elevada calificación individual. Por ello, el sistema de Joe tiene además el magnífico efecto de desarrollar la colaboración entre los débiles y los fuertes. A pesar de sus constantes bromas, Joe Cacchione nunca pierde el control de su clase. Los alumnos le llaman Joe o Señor, le tutean o le tratan de usted, le ofrecen tanto respeto como amistad. Su sistema nunca ha recibido quejas de los padres – que seguramente oyen mucho hablar de él – y sabe que los niños le adoran: sus enseñanzas sobrepasan, sin duda, las matemáticas. En una entrevista (ver [2]) realizada en octubre de 2007 para la revista Avenir de l’Est, Joe decía: ‘Cuando hablo del teorema de Pitágoras, no hablo sólo para explicarlo. YO SOY Pitágoras y cuento como he hecho mis investigaciones. […] Tienes delante de ti un público. Quieres que te escuche. Debes ser entonces vivo y dinámico’. Joe Caccione no descansa: estrena los días 27, 28 y 29 de diciembre un espectáculo en italiano que lleva por título Evviva la suocera (¡Viva la suegra!). El 14 de diciembre inauguró una guardería con unos amigos, local que abrirá sus puertas el 5 de enero de 2009. En respuesta a un correo electrónico en que le preguntaba sobre si prefería enseñar o actuar, Joe Caccione me contestaba: “La vida de director (ya que no enseño desde que soy director de la escuela) y de comediante se complementan. Como director, estoy siempre en desarrollo, en progresión con mi equipo y los estudiantes, pero no vivo emociones fuertes. Como humorista, la adrenalina está siempre al máximo, los sentimientos son incomparables, la sensación es única... pero en cuanto los reflectores se apagan, se hace el vacío. Ésta es también la razón por la que nunca podría abandonar ninguna de estas pasiones. Para terminar: estoy plenamente satisfecho, pues hoy en día tengo la suerte de coordinar, animar, dirigir un equipo de docentes y profesionales extraordinario, mientras sigo viviendo experiencias teatrales únicas con mi partenaire preferido: mi público”. Ojalá muchos docentes trasmitieran esta formidable pasión por su trabajo… sin duda, nuestro alumnado terminaría irremediablemente cautivado por la belleza de las matemáticas. Referencias: [1] Michel Vaïs, SOH CAH TOA ou Le théâtre au secours des maths!, Cahiers de théâtre JEU 86, 158-160, 1998. [2] Marie-Josée Chouinard, Un «drôle» de directeur, Avenir de l’Est, 31 de octubre de 2007.
Jueves, 01 de Enero de 2009 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
L’augmentation (El aumento de sueldo) por Georges Perec Esta obra de teatro tiene un subtítulo peculiar, que ya por sí solo es una historia: ¿Cómo, sean las que sean las condiciones sanitarias, sicológicas, climáticas, económicas u otras, puede tener las máximas posibilidades de éxito a la hora de solicitar a su Jefe de Servicio un reajuste de su salario? Esta obra fue estrenada el 26 de febrero de 1970 en el teatro de la Gaîté-Montparnasse, con una puesta en escena de Marcel Cuvelier. Fue publicada (Georges Perec, Théâtre I. La Poche Parmentier précédé de l’Augmentation, Hachette Littératures, 1981) un año antes de la muerte de Georges Perec. Se trata de una pieza teatral sin personajes (pero con 7 actores) ni acción dramática, con apenas un escenario, que debe imaginar el espectador. Los 7 actores son: la proposición, la alternativa, la hipótesis positiva, la hipótesis negativa, la elección, la conclusión, y la rubéola. La última actriz aparece en cursiva y sin numerar: en su estreno en 1970, al contrario que el resto de los actores, sólo aparecía su voz en off. Esta obra es una anti-arborescencia según el lenguaje oulipiano: en un relato arborescente se construye el texto basándose en la teoría de grafos, es decir, todo se bifurca, se realizan elecciones que generan consecuencias positivas o negativas. Sin embargo, aquí no hay ni decisiones ni progresión: Perec concibe un texto en donde se colocan, una detrás de otra, todas las posibles situaciones. El genial autor oulipiano reconstruye el penoso recorrido de un empleado en busca de un aumento de sueldo, enumerando, a lo largo de su itinerario en el organigrama de la obra, todas las posibles soluciones… incluida la cuarentena sufrida por su Jefe de Servicio por culpa de la rubéola. ©JB. Guinot Organigrama de la obra La obra comienza de esta manera (y todas las situaciones son una copia de ésta): “1 Ha reflexionado maduramente, ha tomado su decisión y va a ir a ver a su Jefe de Servicio para pedirle un aumento de sueldo. 2 O bien su Jefe de Servicio está en su despacho, o bien su Jefe de Servicio no está en su despacho. 3 Si su Jefe de Servicio estuviera en su despacho, tocaría a la puerta y esperaría su respuesta. 4 Si su Jefe de Servicio no estuviera en su despacho, esperaría su regreso en el pasillo. 5 Supongamos que su Jefe de Servicio no está en su despacho. 6 En este caso, espera su regreso en el pasillo.” La obra sugiere al público que imagine lo que podría acontecer si ocurriese un suceso determinado. Y esta propuesta se repite persistentemente, con pequeñas variaciones que dirigen la situación figurada en una dirección u otra, pero desembocando ineludiblemente en el mismo resultado: un baile perpetuo de hipótesis y alternativas hacen imposible un tal aumento. Perec juega con la noción de “aumento” en el sentido financiero (el del sueldo), retórico (apilar una serie de argumentos para llegar a una consecuencia) o matemático. La obra es una pesadilla sin fin, donde hay que tener todo previsto – si el jefe de Servicio está, si la secretaria Mme. Yolande está de buen o de mal humor, etc. – construyendo un obsesionante texto combinatorio. Representación de “Le Festin” Representación en el Théâtre du Funambule La conférence de Cintegabelle ©Marc Daniau Representación en el Théâtre de la Commune Representación en versión de Carlos Mathus Representación en versión de Legaleón
Lunes, 01 de Diciembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
Fermat’s last tango (El último tango de Fermat) Musical de Joshua Rosenblum y Joanne Sydney Lessner El matrimonio de compositores Joshua Rosenblum y Joanne Sydney Lessner montaron a finales del año 2000 el espectáculo musical titulado “Fermat’s last tango”, con mezcla de variados estilos - rock'n roll, jazz, tango (por supuesto), etc., siempre semi-operísticos. La historia transcurre en la época en que se ha descubierto un error en la demostración realizada por Andrew Wiles del “Último Teorema de Fermat”, y éste está intentando resolver el fallo encontrado. En 1993, Andrew Wiles asombró a la comunidad matemática al anunciar que había encontrado una demostración del  “Último Teorema de Fermat”, el famoso problema matemático enunciado por el matemático francés Pierre de Fermat. En 1637, Fermat  escribió en el margen de su copia del libro Aritmética de Diofanto, en el problema que trata sobre la división de un cuadrado como suma de dos cuadrados (x2 + y2= z2): “Cubum autem in duos cubos, aut quadrato-quadratum in duos quadrato-quadratos, et generaliter nullam in infinitum ultra quadratum potestatem in duos eiusdem nominis fas est dividere cuius rei demonstrationem mirabilem sane detexi. Hanc marginis exigitas non caperet.”. (Es imposible dividir un cubo en suma de dos cubos, o un bicuadrado en suma de dos bicuadrados, o en general, cualquier potencia superior a dos en dos potencias del mismo grado; he descubierto una demostración maravillosa de esta afirmación. Pero este margen es demasiado angosto para contenerla.) Durante siglos, se intentó encontrar la prueba de esta afirmación, sin éxito. En 1993, durante unos cursos de verano en la Universidad de Cambridge, el matemático británico y profesor en la Princeton University Andrew Wiles, anunció que había encontrado una prueba de la conjetura: después de siete años de esforzada dedicación había demostrado la conjetura de Taniyama-Shimura, que implicaba en particular la confirmación del Último Teorema de Fermat (según un trabajo previo del matemático Kenneth A. Ribet). A finales de verano de 1993, uno de los especialistas que estaban comprobando el manuscrito con la prueba de Wiles encontró un error en una parte de la argumentación: Wiles lo reconoció, y repasó la demostración con la ayuda de su entonces alumno Richard Taylor, hasta encontrar la prueba definitiva en otoño de 1994. El musical recrea precisamente el momento del descubrimiento del error en la demostración. Andrew Wiles está encarnado por un personaje ficticio, el profesor Daniel Keane. Comienza la obra con el anuncio de la demostración del Teorema de Fermat (Prologue, Press Conference I, You're a Hero Now), con balada de amor incluida (The Beauty of Numbers). Sin embargo, aparece pronto el fantasma de Fermat afirmando que él había demostrado ya su famoso teorema y burlándose de la complicada supuesta demostración de Keane (Tell Me Your Secret). Aparecen como aliados de Fermat los matemáticos Pitágoras, Euclides, Carl Friedrich Gauss e Isaac Newton (The Aftermath), que le visitan desde el “Aftermath”, el lugar donde viven tras la muerte los matemáticos inmortales. Menosprecian al joven matemático, que usa métodos oscuros y complicados. Fermat anuncia a Keane que su prueba contiene un error, en una sarcástica canción: “But your proof contains a flaw, Profesor Keane. It destroys the whole fundation of your finely tunned machine. I hate to be a spoilsport. I know it was your Goal. But your proof contains a big fat hole.” Keane, horrorizado, comprueba que el error existe efectivamente (I Dreamed, Press Conference II) y comienza obsesionado a repasar su prueba (My Name). Se origina un complicado triángulo amoroso entre Anna, la esposa de Keane, que desea que su marido deje de obsesionarse (All I Want for My Birthday) y haga una vida familiar con ella y sus hijos, el propio Keane y Fermat, que sigue mofándose del joven matemático. El resto de la obra es un duelo matemático entre lo viejo y lo nuevo… Fermat desea mantener a toda costa su fama y desanima a Keane en cada uno de sus progresos. En un divertido concurso televisivo en el que se nombra a muchos famosos matemáticos   (Game Show Part I, Young Man's Game, Game Show Part II), Fermat y los habitantes del “Aftermath” presionan burlones a Keane para que intente encontrar la demostración. Anna sigue intentando sin cesar que Daniel, que se pasa la vida encerrado en el ático trabajando,  reaccione (Math Widow): ella consigue que Keane se de cuenta de que su familia es realmente importante, que se pueden cometer errores, ... Fermat sigue obsesionando a Daniel Keane, en un dramático tango (I'll Always Be There, Fermat's Last Tango) en el que el matemático francés y Anna se disputan a Keane como pareja de baile. Los “Aftermath” se dan cuenta del valor y la dificultad del trabajo de Keane, de la brillantez de los métodos modernos utilizados por él (Relay Race) y terminan apoyándole y dándole la bienvenida a su selecto grupo… a ritmo de rock'n roll. Tras un arduo trabajo (I'm Stumbling, Oh, It's You), Keane encuentra finalmente la demostración del teorema (The Beauty of Numbers, Press Conference III), y recibe el beneplácito de su admirado Fermat. Más información: [1] R. Osserman, Fermat’s Last Tango, Notices of the AMS, vol. 48, núm. 11, 1330-1332, 2001. [2] www.fermatslasttango.com/ [3] Para comprar el DVD, http://www.claymath.org/publications/Fermats_Last_Tango/ (*) Las fotos y carteles corresponden a la representación que tuvo lugar el 29 de diciembre de 2000 en el York Theatre Company (Nueva York, EE.UU.).
Sábado, 01 de Noviembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
ÉQUATION POUR UN HOMME ACTUEL (ECUACIÓN PARA UN HOMBRE ACTUAL) de Pierre Moretti El ingeniero electrónico Jean A. Baudot (1930-2001), uno de los precursores de la llamada “literatura asistida por ordenador”, publicó en 1964 su emblemática obra “La machine à écrire”, selección de versos libres programados en ordenador a partir del programa combinatorio “Phrase”. Rebautizado como “Rephrase” en su segunda versión, este generador de textos fue utilizado en 1967 para componer algunas de las partes de  la primera obra de teatro creada con ayuda de ordenador “Équation pour un homme actuel” de Pierre Moretti. En esta pieza  Jean A. Baudot interviene sólo como asistente técnico en el momento de la escritura; el texto final se debe a Pierre Moretti. En el marco de las actividades paralelas de la Exposición Universal de 1967 en Montreal, se organizó un Festival de Teatro en el que participaron compañías afiliadas al ACTA (Association Canadienne du Théâtre Amateur). Este Festival de las Jóvenes Compañías de Quebec puso en cartel seis espectáculos originales, que presentaron un nuevo teatro quebequés, marcado por una dramaturgia más auténtica, más orientada hacia las preocupaciones de los artesanos del teatro no profesional. Entre estas obras, el grupo Les Saltimbanques representó el 4 de septiembre de 1967 la obra “Équation pour un homme actuel” de Pierre Moretti. Aros girando en escena,  actores semi-desnudos sumergiendo el cuerpo en baños líquidos de maquillaje plateado, movimientos sensuales,… todos estos ingredientes produjeron la interrupción de las representaciones a cargo de una “cuadrilla de la moralidad” encargada de poner fin a un espectáculo juzgado de obsceno, finalizando con parte de los actores encarcelados. La puesta en escena se debió Rodrig Mathieu, que fundó en 1968 el Théâtre d'Aujourd'hui creado en Montréal al reagruparse tres compañías de teatro semi-profesionales: Le Mouvement contemporain, Les Saltimbanques (1962-1968) y Les Apprentis-Sorciers. En el Pavillon de la Jeunesse, se creó un espectáculo sobre todo visual y sonoro, con la participación del ordenador electrónico CDC3400 del Centro de Cálculo de la Université de Montréal, creado en 1964 por Jean A. Baudot. Jean Baudot y Jacques St-Pierre con el CDC3400 © Université de Montréal ¿Cómo se generó el texto? Se seleccionaron unas 8.000 palabras atendiendo a su consonancia, su sonoridad y su relación con el universo en formación, el nacimiento de la vida, la lucha de fuerzas positivas y negativas que condicionan el progreso de la Humanidad, la tecnología, el erotismo, el absurdo, la violencia, la guerra, el sueño, el tiempo, el espacio, el futuro, etc. A partir de una sintaxis elemental se consiguieron frases del tipo: “El beso televisado se obsequia estrechamente en las ironías renombradas”. “Las extravagancias abstractas no mueren nunca”. “Frases que brotan maquillan el monstruo alfabético”. Según las palabras de un periodista canadiense de la época, Jacques Lamoureux, que fue testigo de esta primera representación:  « Ce spectacle est vraiment la “somme” de tous les éléments audio-visuels possibles. Qu’on en juge: un texte fabriqué (…) par un ordinateur électronique CDC-3400; des comédiens sur scène [maquillage argenté intégral pour recevoir les projections], des costumes futuristes, un décor d’avant-garde, des éclairages savants, une chorégraphie avancée, des sculptures mobiles sur lesquelles on projette des diapositives (5 projecteurs), utilisation de cinéma (scènes d’actualités et dessins non figuratifs), bande sonore comportant des voix et de la musique concrète et électronique et enfin accompagnement de timbales. Et le plus formidable de tout cela, c’est que cet assemblage ne fait pas du tout hétéroclite, mais respire l’homogénéité ». [Este espectáculo es realmente la “suma” de todos los posibles elementos audiovisuales. Júzguenlo: un texto fabricado (…) por un ordenador electrónico CDC-3400; los actores en escena [maquillaje plateado integral para recibir las proyecciones], ropa futurista, decoración vanguardista, iluminación inteligente, una coreografía avanzada, esculturas móviles sobre las que se proyectan diapositivas (5 proyectores), utilización de cine (escenas de actualidad y dibujos no figurativos), banda sonora compuesta de voces y música concreta y electrónica, y por último acompañamiento de timbales. Y lo más formidable de todo, es que esta combinación no es  para nada heteróclita, sino que respira homogeneidad]. La obra se presentó en abril de 1968 en el Festival International du Jeune Théâtre de Nancy, en plena revolución cultural en Francia. Poco después la compañía se disolvió. Bibliografía: [1] Louis Bélanger, Présence du théâtre amateur dans la dramaturgie québequoise [2] Marie-France D. Bouchard, Les manifestations théâtrales de la contre-culture au Québec, Université de Montréal, mayo 2008.
Miércoles, 01 de Octubre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
Compañía “Uno su epsilon alla settima” Idea y texto: Gianluca Bande, Renzo Caddeo, Giancarlo Demontis, Stefano Montaldo, Monica Musio e Paola Piu Actores: Gianluca Bande (Fernand), Stefano Montaldo (profesor) y Monica Musio (habitante de la cuarta dimensión) Realización y montaje del video: Fabrizio Aroni Grabación del video de la lección: Ennio Madau Dirección: Giancarlo Demontis La compañía teatral Uno su epsilon alla settima se creó en otoño de 2007, a partir de un encuentro realizado por algunos investigadores del Departamento de Matemáticas e Informática de la Universidad de Cagliari y un operador teatral, con el propósito de realizar un espectáculo teatral con contenido científico. Los matemáticos que forman parte de esta compañía se dedican desde hace años a actividades de difusión de la cultura matemática. Frigoriferi dell’altro mondo es el primer experimento de la compañía para llevar a escena una breve obra teatral que habla de matemáticas. Se entrenó en diciembre de 2007, en el marco del concurso “Sardegna teatro in.corto 2007” y posteriormente se ha representado, entre otros,  en abril de 2008 como parte de las actividades de la semana Do you play mathematics? celebrada en la Cittadella dei Musei en Cagliari (Italia). Como los propios creadores escriben en el anuncio de la obra: “El espectáculo tiene como idea central la matemática en uno de sus aspectos más intrigantes: la dimensión del espacio ambiente  y su implicación en nuestra percepción de la realidad. Vivimos en la tercera dimensión, pero ¿llegamos a percibir “sólo” la tercera dimensión? Este es el dilema que el protagonista deberá afrontar”. Nuestra percepción de la realidad se limita a las tres dimensiones en las que vivimos. ¿Podríamos detectar un objeto de la cuarta dimensión que entrara en nuestro mundo? ¿Asistiríamos ineludiblemente a fenómenos insólitos? El protagonista de esta historia presencia precisamente un incidente de este tipo, y no entiende lo que sus sentidos le transmiten… ¿qué sucede cuando abre la puerta del frigorífico para coger un trozo de pastel? Comienza la obra con la aparición en escena del profesor y Fernand que le está ayudando a prepararse para dar su clase. En el escenario, de fondo blanco, aparecen tan sólo una lámpara y un objeto tapado con una cortina (a la izquierda) y una silla con diversos objetos (la chaqueta del profesor, etc.), algunas cajas en el suelo y detrás de ellos una nevera (a la derecha). El profesor está leyendo un libro, enciende la lámpara y comienza a leer en alto: se trata de “El mito de la caverna” de Platón. El docente enfoca la lámpara sobre el fondo del escenario. Fernand le pregunta si está leyendo algo de Shakespeare: el profesor, irónico, responde que está leyendo a Platón  para preparar su clase. El profesor desaparece de escena y Fernand comienza a hacer sombras sobre la pared al ritmo de la música, con sus manos y su cuerpo. Se acerca a la nevera que está a la derecha del escenario, la abre, coge un trozo de pastel y continúa con sus sombras chinescas. La música se detiene, abre de nuevo la nevera para coger algo que comer y oye la voy del profesor que está impartiendo su lección… Fernand se acerca al monitor tapado que hay en escena, y allí ve al profesor que está comentando como la mayoría de la gente cree que el mundo que ve es el único posible, porque de este modo se cree protegida y segura. El docente pide a sus alumnos que imaginen un mundo de cuatro dimensiones... se ve a los estudiantes en sus pupitres, y entre ellos,… Fernand divisa a una bella y enigmática mujer vestida de rojo. Comienza de nuevo a sonar la música, una mujer canta. El profesor continúa explicando su lección, comentando como se vería un cubo de la tercera dimensión en un mundo plano (habla de “Flatland”, en alusión al libro de Edwin A. Abbott): el sol de la dimensión 3 proyectaría la sombra del cubo sobre Flatland, que es lo único que verían los “flatlanders”. Fernand, mientras se sigue viendo la lección en el monitor, pasea por la escena una superficie de Dini y una banda de Möbius, que cuelga y deja en movimiento cerca de este monitor. El profesor continúa razonando como el sol del mundo 4-dimensional, invisible para nosotros los habitantes de un mundo de dimensión 3, al iluminar un hipercubo, nos permitiría apreciar tan sólo su sombra, su proyección sobre nuestro universo de tres dimensiones. Y el docente insiste: un habitante de la dimensión 3 podría robar un diamante metido en una caja fuerte de Flatland, porque no le haría falta abrir la caja para acceder a él. Del mismo modo, un habitante de la cuarta dimensión podría entrar en nuestra casa, enredar en nuestras cosas y… robar algo metido en el frigorífico. En ese momento, Fernand ve a la enigmática mujer en el monitor, sentada en el aula, con un trozo de comida en la mano. El joven corre hacia el frigorífico, y dentro está la mujer de rojo con un trozo de pastel, que cede a Fernand. Éste cierra la puerta de la nevera, sobresaltado, sin entender que es lo que sucede, y al volver a abrirla, sólo queda el vestido rojo en el frigorífico. De repente, una voz de mujer comienza a hablar sobre Flatland. Comienzan a proyectarse imágenes sobre el fondo del escenario, imitando a esas proyecciones de objetos de la cuarta dimensión de las que hablaba el profesor; la música aumenta su intensidad, las imágenes se suceden cada vez a mayor velocidad: el conjunto de Mandelbrot, imágenes del aula, luces, fractales, de nuevo la clase, un aparente viaje estelar,... La velocidad de proyección empieza a disminuir, la música se suaviza... Fernand desaparece del escenario, y reaparece al cabo de un rato, en una última y sorprendente escena, dentro del frigorífico y vestido de rojo…
Lunes, 01 de Septiembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
Gilles Jobin es uno de los coreógrafos más innovadores de la escena suiza. Puede encontrarse una breve biografía en este enlace. Comenzó su andadura profesional como bailarín y más adelante emprendió su labor de coreógrafo, adquiriendo fama internacional con obras como A+B= X (1997), Braindance (1999), Two-Thousand-And-Three (2003), Delicado (2004), Steak House (2005), Double Deux (2006) o Text to Speach (2008). Sus coreografías sorprenden porque su lenguaje escénico no es convencional: cambia en muchas ocasiones la verticalidad por la horizontalidad, los cuerpos de los bailarines se curvan con una plasticidad inusual,  evolucionan con gestos sencillos, a veces desnudos, acompañados por juegos de luz austeros y música electrónica sobria. La  fascinación por la banda de Moebius en el mundo artístico ha pasado también al mundo de la danza, en donde Gilles Jobin utiliza esta figura como símbolo del infinito, de la continuidad del movimiento, de la elasticidad: su obra The Moebius Strip (2001) es una coreografía para 5 bailarines (3 mujeres y 2 hombres), con música de Franz Treichler (vocalista de la banda suiza de música industrial The Young Gods) e iluminación de Daniel Demont. © Manuel Vason Aunque, lamentablemente, no he podido ver en vivo esta obra, he disfrutado de un DVD en el que aparecen: la adaptación cinematográfica de la coreografía The Moebius Strip, realizada por Vicent Pluss y filmada en diciembre de 2001 en Lausana, y el documental El viaje de Moebius, realizado por Luc Peter, que describe el proceso de creación de la obra en 2001. El escenario de la obra consiste en una cuadrícula, donde los bailarines deben evolucionar: este  enrejado impone una enorme restricción geométrica a los bailarines, que seguirán las líneas de manera pausada y repetitiva. La obra comienza con la entrada sosegada de los bailarines, por turnos, que van caminando en silencio, cada vez a un ritmo más rápido, sólo se oyen sus pisadas. Comienza a sonar una suave música, los actores comienzan a reptar, trepan a lo largo de los cuerpos de sus compañeros, y se van colocando perpendicularmente los unos respecto a los otros. Se descalzan y van quitándose la ropa, y colocándola de manera ordenada sobre el cuadrilátero hasta quedar en ropa interior… permanecen tumbados un momento. © Manuel Vason Se incorporan y caminan siguiendo las líneas del enrejado marcado en el suelo, se sientan, se tumban, caminan a cuatro patas sobre el escenario, se acarician, sus cuerpos se contorsionan y tocan el piso con manos, brazos, piernas y tórax. © Manuel Vason Caminan unos sobre los cuerpos tumbados de los otros, utilizan los zapatos o las manos como sendero y mientras unos los van colocando, los demás pasean de pie o a cuatro patas sobre ellos. Los cinco, como una unidad, evolucionan unos respecto a los otros… unos hacen de esqueleto por la que los otros serpentean, cambiando continuamente los papeles, en un “movimiento orgánicamente organizado”, como lo califica el propio Jobin. Los cuerpos se entrelazan, se deslizan, escalan, manteniendo la continuidad global del movimiento: se circula de manera infinita, sin pausa… la actividad surge del suelo. La obra finaliza con los bailarines colocando papeles de manera geométrica en el suelo, la luz va bajando, y el blanco de las hojas imprime sensación de profundidad… los actores caminan a gatas sobre esta escena con luz cada vez más tenue… © Manuel Vason En una entrevista realizada por la periodista Silvina Friera con motivo del estreno de la obra en Buenos Aires en 2003, el coreógrafo afirma: “Mi padre era un pintor geométrico y, gracias a su influencia, me di cuenta de que la geometría era una cuestión puramente orgánica, que tengo un sentido innato de la organización espacial. Esto es un pequeño homenaje al trabajo de mi padre. […] En The Moebius... trato de plasmar lo etéreo, lo universal.” Precisamente, tras esta representación, el coreógrafo Edgardo Mercado (Divulgamat, Cultura y Teatro, mayo 2008) reconoce en una entrevista realizada por Laura Papa, “como una influencia importante en el desarrollo de su estética” ha sido precisamente la obra The Moebius Strip de Gilles Jobin. Gilles Jobin estrenó en 2007 la obra Moebius Kids, coreografía basada en The Moebius Strip, para 15 niños, de la que se muestran unas fotos debajo. © Dorothée Thébert © Dorothée Thébert Referencias: [1] Información completa sobre la obra en la página web de la Cie. Gilles Jobin. [2] Algunos fragmentos de la obra: http://es.youtube.com/watch?v=T7u2Q4qr4B8 y http://es.youtube.com/watch?v=CkPrNLDLZoc [3] Información sobre el DVD que recoje la coreografía The Moebius Strip y el documental El viaje de Moebius. [4] Entrevista a Gilles Jobin en el diario Página 12, con motivo de la representación de la obra en Buenos Aires en 2003.
Martes, 01 de Julio de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Cultura y matemáticas/Teatro y matemáticas
Autor:Marta Macho Stadler (Universidad del País Vasco)
El dramaturgo y novelista inglés Michael Frayn (1933- ) es el autor de esta obra de teatro, estrenada en Londres en 1998. Se trata de una obra en dos actos y con tres personajes: el físico danés Niels Bohr (1885-1962),  el matemático y físico alemán Werner Heisenberg (1901-1976) y la esposa del físico danés Margrethe Bohr (1890-1984). La obra de Frayn intenta esclarecer lo que sucedió durante un encuentro entre Bohr y Heisenberg en Copenhague en septiembre de 1941: el físico alemán viajó a Copenhague con su colega Carl Friedrich von Weizsäcker (1912-2007) para participar en un acto organizado por la Embajada Alemana en la Dinamarca ocupada por las tropas nazis. Heisenberg aprovechó esta ocasión para hacer una visita a su maestro Bohr, de cuyo motivo se ha especulado desde entonces. Existen dos versiones discrepantes de lo que ocurrió en aquella reunión entre estos dos premios Nobel de Física (Bohr en 1922 y Heisenberg en 1932): La versión de Heisenberg  es la que publicó el periodista científico judío Robert Jungk (1913-1994) en su libro Brighter than a Thousand Suns: A Personal History of the Atomic Scientists (Harcourt Brace, 1958). Basándose en sus experimentos con uranio y agua pesada, Heisenberg y su equipo habían concluido que era posible construir un reactor con estos materiales para crear energía. Su visita a Copenhague pretendía garantizar a Bohr que el equipo por él liderado en Alemania haría lo posible por evitar la construcción de una bomba atómica, siempre que el grupo especialista en energía nuclear aliado hiciera lo propio.  Debido a que espías nazis vigilaban a Bohr, Heisenberg intentó enviar este mensaje a su maestro de manera implícita, cuestionando la  conveniencia de que los físicos se ocupasen del problema del uranio en tiempo de guerra… y parece que Bohr no lo interpretó de este modo. Al leer el libro de Jungk en 1957 (en su edición danesa), Bohr rechazó la versión de Heisenberg, al que escribió una serie de cartas, nunca enviadas, que posteriormente fueron difundidas por los descendientes del físico danés (ver http://nba.nbi.dk/release.html). En una de ellas, fechada el 26 de marzo de 1962, dice (traducción tomada de [2]): “Hace ya tiempo que quería escribirle acerca de un asunto sobre el que me preguntan constantemente desde distintos ámbitos. Se refiere a la visita que usted y Weizsäcker hicieron a Copenhague en el otoño de 1941. Como usted bien sabe por nuestras conversaciones de los primeros años posteriores a la guerra, la opinión que aquí tenemos de lo que ocurrió durante aquella visita difiere bastante de la expresada por usted en el libro de Jungk. […] Aunque advertíamos que el trasfondo de su visita era el deseo de ver cómo nos iba en Copenhague en las peligrosas circunstancias de la ocupación, y el interés por ayudarnos, tenía usted que haber entendido que para nosotros —que sólo vivíamos con la esperanza de derrotar al nazismo alemán— era complicado reunirnos y hablar con alguien que expresaba, con tanta firmeza como usted y Weizsäcker, su convicción en la victoria alemana y su confianza en lo que supondría […] Tuvo que causarme una fuerte impresión que desde el principio usted afirmase su certeza de que, si la guerra se prolongaba lo suficiente, se decidiría mediante el uso de armas atómicas. En ese momento, yo no tenía ningún conocimiento de los preparativos en curso en Inglaterra y América. Usted añadió, al verme titubear, que tenía que entender que en los últimos años usted se había dedicado casi exclusivamente a este tema, y no le cabía duda de que se podía hacer. Por tanto, me resulta bastante incomprensible que pretenda haberme insinuado que los físicos alemanes harían todo lo que estuviera en sus manos para evitar semejante aplicación de la investigación atómica. Durante la conversación, que fue muy breve, desde luego que yo fui muy cauto, pero pensé mucho acerca de su contenido, y mi alarma no disminuyó al oír decir a los otros que Weizsäcker había dicho lo bueno que sería para la posición de la Ciencia en Alemania tras la victoria que usted pudiera contribuir tan significativamente a alcanzar ese fin... Cuando tuve que escapar a Suecia en el otoño de 1943 para evitar mi inminente arresto, y desde allí pasar a Inglaterra, supe por primera vez lo avanzado que se encontraba el proyecto atómico anglo-americano. La cuestión de hasta dónde había llegado Alemania ocupaba no sólo a los físicos, sino a los gobiernos y servicios de inteligencia, y me vi involucrado en el debate al respecto. […]”. La versión mayoritariamente aceptada es que Heisenberg colaboraba con el régimen nazi y su visita a Copenhague se interpretó como un intento de sonsacar a Bohr sobre los avances en la fabricación de la bomba atómica entre las filas aliadas o como una invitación a participar en el programa nuclear alemán. ¿Es quizás la explicación que interesaba dar a los “vencedores” en la segunda guerra mundial? Frayn opta por una versión más cercana a lo declarado por Heisenberg que, con su conducta durante la guerra, pretendía hacer fracasar el programa nuclear alemán, intentando retrasar lo más posible la fabricación de una bomba atómica por parte de los nazis. En su obra, los tres personajes, ya fallecidos, conversan sobre este episodio de su vida con absoluta franqueza, poniéndose en evidencia los malentendidos y dudas que en esa reunión surgieron. El matrimonio Bohr acepta la visita de Heisenberg, a pesar de los temores de Margrethe (“Sería terrible para ellos si tan solo pensaran que estás colaborando”), no mayores que los de Heisenberg (“¿Qué siento? Miedo, seguro; el miedo que a uno siempre le produce, un maestro, el jefe, un padre. Mucho más miedo por lo que tengo que decir. Y más miedo aún por lo que puede pasar si fracaso”). La conversación entre los tres versa a veces sobre física, en algunos momentos sobre política, en otros sobre el pasado añorado, en alguna ocasión sobre el duro presente de la guerra… los conflictos y las pasiones afloran tanto a nivel profesional como a nivel humano. En este trío, Margrethe simboliza la imparcialidad, es franca e implacable frente a dos hombres atormentados por las consecuencias de sus actos (Bohr contribuyó en alguna medida a fabricar la bomba que cayó sobre Hiroshima), altamente competitivos y que, a pesar de todo, siempre se han querido y admirado (“¿Quién fue Bohr? Fue el primero, el padre de todos nosotros. Todo lo que hicimos se fundó sobre su gran intuición”). Heisenberg, de profunda formación matemática y con deseos de trabajar en Física Teórica va a formarse a Dinamarca en los años veinte, porque según palabras de Bohr “[…] los alemanes sistemáticamente se opusieron a la física teórica. ¿Por qué? Porque la mayoría de los que trabajaban en ese campo eran judíos. ¿Y por qué tantos eran judíos? Porque la física teórica, la física que le interesaba a Einstein, a Schrödinger, a Pauli y a nosotros dos, siempre fue considerada en Alemania inferior a la física experimental, y las cátedras teóricas eran las únicas a las que podían acceder los judíos”. Los dos personajes recuerdan como se conocieron en Gotinga, en 1922, en un congreso en honor a Bohr: “Era un hermoso día de verano. Hileras de físicos y matemáticos eminentes, todos dando su aprobación a mi sabiduría. De repente salta un cachorro atrevido y me dice que mis cálculos matemáticos están equivocados”. Conversan sobre la fisión nuclear, sobre la imposibilidad de generar una reacción en cadena explosiva con uranio natural y la dificultad de hacerlo con uranio 235 puro, al requerir enormes dosis de uranio y excesiva cantidad de tiempo para conseguirlo. Heisenberg comenta en cierto momento: “No tiene misterio. Nunca hubo misterio. Lo recuerdo perfectamente porque mi vida estaba en juego, y elegí mis palabras con mucho cuidado. Simplemente te pregunté si, como físico, uno tenía el derecho moral de trabajar en la explotación de la energía atómica. ¿Sí?”. Sin embargo, Bohr deduce horrorizado de las palabras de Heisenberg  de 1941, que su ex-alumno está trabajando para proveer de armas nucleares a Hitler. En la obra, un Heisenberg desesperado intenta explicar a su maestro que su intención era que ninguna de las partes llegara a fabricar una bomba atómica, y que su participación en el programa nuclear alemán pretendía evitar que los nazis encargaran a militares entusiastas la elaboración de la destructiva bomba. De hecho, hablando de los gobiernos y su interés por fabricar bombas, Heisenberg dice: “Tendrán que venir a usted y a mí. Nosotros somos los que tendremos que aconsejarles si vale la pena seguir adelante o no. Al final de cuentas la decisión estará en nuestras manos, nos guste o no”. Sale a relucir la parte humana, con la terrible competitividad entre Bohr y Heisenberg a lo largo de los años en cualquiera de sus actividades compartidas (incluso las de ocio), el modo de trabajo extenuante que el maestro imponía a sus pupilos, etc. Los dos físicos conversan sobre su época de trabajo en común, cuando chocaban en su forma de trabajar, discutían sin llegar a ningún punto, y de cómo finalmente sus dos grandes teorías (el principio de incertidumbre de Heisenberg y el principio de la complementariedad de Bohr) fraguaron estando alejados… Heisenberg afirma: “Pero recuerdo la noche cuando las matemáticas empezaron por primera vez a armonizar con el principio de incertidumbre. […] Sí. Fue terriblemente agotador. Pero a eso de las tres de la mañana logro resolverlo. Parece como si mirara a través de la superficie del fenómeno atómico y veo un extraño y bello mundo interior. Un mundo de estructuras puramente matemáticas. Y sí —estaba feliz—“. Magrethe insiste: “¡Y resolviste la complementariedad, en Noruega, por tu cuenta! Ustedes dos funcionan mucho mejor por separado […] ¡Por que todo es personal! ¡Acabas de darnos una conferencia al respecto! […] ¡Pero yo estaba ahí! ¡Y cuando recuerdo cómo era todo y miro a mi alrededor, lo que veo no es un cuento! Es confusión y rabia y celos y lágrimas y que nadie sabe lo que significan las cosas ni qué camino van a seguir”. Ante la argumentación de Heisenberg, en la que sigue afirmando que retrasó el programa nuclear alemán porque ocultó información a los nazis, Magrethe argumenta: “¿No, y por qué? También te lo voy a decir. Es la razón más sencilla de todas. Por que no pudiste. No entendías nada de física”. Y Bohr aduce: “Pero Heisenberg, ¡tus matemáticas, tus matemáticas! ¿Cómo podían estar tan alejadas?”. Ante la sorpresa de su maestro, Heisenberg responde que la realidad es que nunca hizo los cálculos necesarios para avanzar: “No lo estaban. En cuanto calculé la difusión obtuve el resultado correcto”. Termina la obra con estas palabras de esperanza pronunciadas por el espectro de Heisenberg: “Pero mientras tanto, en éste muy preciado mientras tanto ahí está. Los árboles del parque. Los lugares amados. Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos. Preservados, posiblemente, por aquel momento tan breve en Copenhague. Por algún acontecimiento que nunca va a ser localizado o definido del todo. Por ese último núcleo de incertidumbre que subyace en el corazón de todo lo que existe”. Referencias: [1] Libreto de la obra, traducido a castellano por Mary Sue Bruce, Teatro General San Martín, Buenos Aires, 2002. [2] Karl von Meyenn, Heisenberg, el nacionalsocialismo y el mito de la bomba atómica alemana,Revista de libros 71, pág. 3-10, 2002. [3] Sobre la creación de Copenhague, traducción del artículo aparecido en la revista The Dramatist en el número de noviembre/diciembre 2000 (debate entre Michael Frayn y el director Michael Blakemore sobre la obra). [4] Michael’s Frayn Copenhagen in debate: Historical essays and documents, http://ohst.berkeley.edu/publications/copenhagen/
Domingo, 01 de Junio de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico

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