DivulgaMAT
Inicio - DivulgaMAT Facebook - DivulgaMAT Twitter - DivulgaMAT

La fórmula del botijo
PDF Imprimir Correo electrónico
El Correo, 16 de Febrero de 2004
DE CUANDO EN CUANDO
CIUDADANOS
OLMO Decíamos ayer (a mí esta frase me sigue recordando algo) que algunos cerebros privilegiados y expertos en termodinámica, aritmética y trigonometría esférica han conseguido encontrar y desarrollar la complicada fórmula del botijo o ‘arte del agua fría’, con la que se explica por qué este recipiente mantiene el agua fresca.

No se trata del material cerámico como se creía de forma popular, sino de un diseño que obedece a complicados condicionamientos y a operaciones tan enrevesadas que su fórmula está compuesta por cerca de dos docenas de términos repartidos en varios binomios.

Lamento que dicha fórmula no pueda ser incluida en este comentario, porque es más larga que una semana sin fútbol y posee términos imposibles de reproducir. Pero les puedo ofrecer a ustedes una idea de su complejidad, citando uno por uno los términos que intervienen en la fórmula que viene precedida del siguiente preámbulo. Copio: «El modelo seguido que se encontró válido para explicar los resultados experimentales, supone una geometría esférica para el botijo y se basa en procesos de transferencias de calor y masa bien conocidos. Dos ecuaciones diferenciales describen el proceso que tiene lugar».

A continuación, el estudio ofrece las dos ecuaciones diferenciales en las que intervienen los siguientes datos. Oído al parche: Volumen del agua evaporada; capacidad calorífica y temperatura del agua; tiempo; coeficiente de corrección; superficie externa del agua; temperatura del aire; coeficiente de radiación del calor; superficie total del botijo; superficie del agua que está en contacto con el aire; coeficiente de transmisión del calor del agua; calor de vaporización del agua; coeficiente de transferencia de masa para el agua; humedad de saturación y humedad del aire.

Con estos dieciséis elementos (si es que no he olvidado contar alguno de ellos, que todo pudiera ser), los sabios científicos han obtenido las dos ecuaciones que a mí me parecieron las fórmulas de la bomba atómica y que después resultó que era, de forma sencilla y sorprendente, la fórmula del botijo. La ciencia tiene a veces sus caprichos y sus sorpresas. ¿No creen ustedes?

 

© Real Sociedad Matemática Española. Aviso legal. Desarrollo web