La pintura en 3 D |
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El Correo, 3 de Marzo de 2004 - ARTES PLÁSTICAS GERARDO ELORRIAGA No suele exhibirse en la Documenta de Kassel ni en la Bienal de Venecia, pero creo que desde la pintura se pueden establecer tensiones y propuestas novedosas en el contexto internacional de la plástica actual». Ismael Iglesias (Durango, 1974) apuesta por la disciplina más tradicional como una opción perfectamente contemporánea. «Si bien para ello hay que transgredir ciertos conceptos habituales, renovarse y buscar a través de referentes ajenos como el vídeo, el cine, el ordenador o el diseño gráfico». Sin embargo, no aspira al mero trasvase de las soluciones provenientes de la experimentación más avanzada. «No recurro a la mera traslación, sino que me valgo, sobre todo, de esa estética de lo digital como un camino abierto para la investigación». En Hypermedia dreams, su última exposición recién inaugurada en la Galería Bilkin, ejemplifica esta conexión entre lo clásico y la vanguardia, entre las convenciones de una muestra comercial y la propuesta más innovadora de una instalación. Mediante la disposición de sus obras, la fotografía de su anterior montaje en Espacio Abisal, lienzos de gran formato y combinaciones de piezas menores, la inserción de murales y el enmoquetado del suelo, el creador, que ha contado con la colaboración de Javier Soto, genera un espacio envolvente para el espectador. «Intento apresar su atención en todos los planos posibles, que se sienta rodeado por mi ofrecimiento, por los sueños tecnológicos», explica. «Que le atrape la idea de la obsesión, recurrente en mi labor». El proceso de trabajo de Iglesias parte de instrumentos sencillos como la recta, el círculo o el óvalo, y establece series con un método que define como pseudocientífico. «Aplico al arte recursos matemáticos como las variaciones o las permutaciones», indica, aunque también asegura que, además de los hallazgos producto de la experimentación matemática, siempre queda un margen para la intuición o el mero azar. «No me interesa la mímesis de un hallazgo. Repito formas, pero no confecciono el mismo cuadro». El artista manifiesta su interés por la expresión plástica de las imágenes en movimiento y la construcción de la construcción de la tercera dimensión mediante un código abstracto. Ejemplo de esa ambición es la obra de mayor formato, un tríptico dispuesto en torno a una elemento geométrico central que separa dos escenas aparentemente simétricas, simulación del progreso producido en una arbitraria interrelación de formas y colores ácidos, agresivos. «Establece una falsa simetría, una falsa secuencia de movimiento que emula el 3D». Resulta un ejemplo evidente de esa particular inspiración en los nuevos medios. «Parece la reproducción de cierto instante en una dinámica propia», señala. La pared opuesta ofrece sus últimas creaciones, evidencia de una elección cromática más moderada y la influencia confesa de Juan Uslé o Darío Urzay. «A pesar de que cada una mantiene su propia identidad, necesitaba presentar el conjunto porque en la combinación de las piezas se establece un peculiar diálogo», indica. «Alude a mi deseo de conjugar lo orgánico con lo racional, el espacio con el movimiento, la elección de la pintura como lenguaje y la fidelidad a mi tiempo». |
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