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El terapeuta teatral
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La Vanguardia, 17 de Noviembre de 2004
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DAVID BARBA Javier Daulte
El dramaturgo argentino mantiene un fructífero, y bastante insólito, intercambio con las salas de teatro y festivales catalanes
Su gran aportación a la escena catalana consiste en recordarnos nuestros orígenes: las salas alternativas


Noviembre de 2003. Una señora de mediana edad sale del Teatre Lliure con una sonrisa perpleja dibujada en el rostro. Se detiene al lado de un grupo de periodistas y exclama: "¡Jesús, qué obra tan rara!" Los chicos de la prensa se miran de reojo como diciendo: "Mira por dónde, la abuela me ha dado un titular". Acabamos de asistir al estreno de 4D Òptic. Durante el espectáculo, un grupo de científicos incompetentes abre por accidente una puerta espaciotemporal por la que se cuelan todo tipo de paradojas. "Me encanta mezclar teatro y ciencia", advierte el autor, cuya pasión infantil por las matemáticas ha cuajado en esta especie de culto a la entropía teatral donde las buenas intenciones de sus personajes causan desastres mayúsculos. Como en la vida misma.

Hablamos del Javier Daulte (Buenos Aires, 1963). Un tipo peligroso. ¡Es argentino y psicólogo! Pero los adictos a los tópicos pueden respirar tranquilos: sólo ejerce como dramaturgo y director teatral. Y dicen que es el mejor de su generación. Tampoco piensa que los catalanes seamos un pueblo aburrido, ensimismado y tacaño. "Sois, eso sí, muy difíciles de conquistar". ¡Pero, oiga, si hemos caído como moscas!: desde hace cinco años, no pasa una temporada sin que acuda a Sitges, el Grec, el Lliure, la Sala Beckett o el Festival Temporada Alta, donde podrá verse un texto suyo para dos actores y un hombre invisible que tiene el esotérico título de: ¿Estás ahí?. Estos días lo ensaya con Clara Segura y Joel Joan para estrenarlo en enero en el Romea. ¡Y en catalán!

¿Se acuerdan de la señora de antes? Ha pasado un año y los chicos de la prensa la ven de nuevo, esta vez saliendo del Antic Teatre. Acaba de ver 4D Òptic por segunda vez. Ya no se le escucha decir que es una obra rara. Ahora lo raro es que se reponga... ¡y en un teatro alternativo! ¿Es que nadie se acordó de cerrar la puerta espaciotemporal abierta el año pasado en el Lliure? Pues ya ven: 4D Òptic se ha colado de dimensión y de teatro, como si esto fuera el teletransportador de materia de la nave Enterprise. "En Buenos Aires -aclara Daulte- es absolutamente natural estrenar en una sala oficial y pasar más tarde a otra alternativa. Para ello, la concepción del espectáculo debe ser independiente desde el principio. Yo mismo me paso la vida de un teatro a otro". Pues nada, en la variedad está el gusto. Por eso, cuando encuentra tiempo, este señor que de lejos guarda cierto parecido con Leonard Nimoy toma clases de filosofía. Luego bebe mate, coge el avión y se planta en Barcelona. Lo hace cada año. Y aquí cada vez le quieren más. Su papel de puente entre la cultura catalana y argentina se ha consolidado especialmente en los últimos meses: tras Gaudí y Dalí, esto empieza a parecer un año temático Daulte. En el Lliure lo adoran. En la Beckett lo idolatran. Sus cursos teatrales se llenan a rebosar: "Yo ya me siento comprometido con la problemática del teatro local. El del actor es el arte fundamental del teatro, no el del creador o el director. Y la actuación, por desgracia, ya no es protagonista". Pues hala, ya hemos descubierto porqué este señor nos es tan necesario.

Pero su gran aportación a la escena catalana es otra: consiste en ponernos en contacto con nuestros orígenes teatrales. "En Argentina existen docenas de salas no subvencionadas. Las condiciones para que surjan nuevos autores son muy grandes. Y su espacio natural son los teatros alternativos". Sin embargo, más allá del Antic Teatre, en Barcelona apenas existen salas independientes. "Una buena manera de apoyarlas puede consistir en que un director consolidado dedique parte de su tiempo a trabajar en estos lugares. El espacio alternativo ganaría prestigio y el profesional saldría renovado".

Ya ven que el hombre tiene ideas peligrosas. Y lo curioso es que gustan: "Esta ciudad valora enormemente la autogestión del teatro argentino". Salas como el Lliure nacieron de esa misma militancia, aunque el tiempo y las subvenciones las hayan alejado de la lucha armada. Sin embargo, a pesar de la concienzuda labor de los mejores exorcistas de las tablas, el fantasma de Fabià Puigserver se resiste a ser expulsado de la Ciutat del Teatre. Así que cuando el desaparecido Pep Montanyés decidió contratar 4D Òptic en 2003, los resultados no pudieron ser mejores: la limpia espiritual dio resultado y la hermandad entre Barcelona y el autor quedó sellada para siempre. El verano anterior, 2002, Gabriela Izcovich y Javier Daulte aterrizaron en la ciudad para llevar a escena Intimidad, un texto de Hanif Kureishi acerca de la humana necesidad de odiar. Juntos también, habían traído Faros de color un año antes, la primera obra que presentaron en la ciudad. Poco después, Daulte regresó a Argentina llevándose a las actrices catalanas Nora Navas, Sandra Monclús y Nies Jaume para montar Fuera de cuadro, coproducción entre la Beckett y el bonaerense Teatro Callejón. Pero el éxito definitivo le llegó al traernos Gore (2002) -donde unos extraterrestres despistados toman contacto con un grupo de yonquis, vagabundos y madres solteras- y Bésame mucho (2003) -que cuenta la muy políticamente incorrecta historia de una comisaría repleta de policías buenos.

Amigos para siempre
Tras ver las obras de Daulte, a muchos espectadores se les pone cara de estar necesitando una terapia: ojos saltones, sequedad de boca... En casos extremos -crítico o programador teatral- pueden producirse episodios violentos: más de uno se le ha echado al cuello con la clara intención de secuestrarlo. El talentoso Toni Casares, director de la Beckett, o Salvador Sunyer, responsable del excelente Temporada Alta, son algunos de estos cazadores cazados que han acabado por rendirse ante el talento y la amistad de este alquimista de las tablas. "El lugar que me han otorgado es muy generoso. No conozco un hecho a la inversa en Buenos Aires. Esta es una ciudad fundamentalmente abierta, al contrario que Madrid, donde la cultura no tiende a ser modificada por lo extranjero". Bueno, pues, ¿por qué no se queda a vivir con nosotros? "No, gracias. Amo Buenos Aires. Y seguir siendo un visitante que vive lejos hace la relación más fácil: yo vengo porque quiero, sin que me obligue la necesidad". Pues menos mal, señor Daulte, porque aquí, a la que se descuida le aplican a uno la ley de Extranjería. Claro que a usted lo necesitamos: como argentino y psicólogo, ¿qué otro dramaturgo podría oficiar mejor la terapia teatral que estábamos necesitando?

David Barba (Barcelona, 1973) es periodista y narrador, antologado en ‘Que la vida iba en serio’ (Martínez Roca, 2003)

 

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