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Biografías de matemáticos españoles

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Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:José M. Cobos Bueno (Universidad de Extremadura)
Al frente de su obra Hibbur ha-gadol y del capitulo XIX del mismo en los manuscritos de Lyon y Salamanca, aparece como Abraham bar Samuel bar Abraham Zacut, lo que zanja la discusión sobre su nombre. En el Séfer Yujasin (página 52a), escribe: “Rabi Abraham Zacut, hombre de Salamanca (salmantino)”, por lo que no hay que cuestionar su naturaleza. También en el manuscrito español del Tratado breve en las influencias del cielo, dice: “... a mí Rabi abraham Zacut de Salamanca astrólogo”. Sobre la fecha de nacimiento, todo son conjeturas y todas admisibles. Algunos autores, basándose en lo escrito por el propio autor, la sitúan en 1452. Zacut escribe en el capítulo II de su obra Hibbur ha-gadol, al tratar del manejo de la tabla para averiguar “la hora de la revolución de cualquier nacimiento”: “Ejemplo para esto, porque mejor lo entiendas: uno nació en el año 452, a 12 de agosto, tres horas después de mediodía, y han transcurrido para este nacimiento veinticinco años completos, y queremos saber la época de la revolución del año 26...” Aceptar esta fecha de nacimiento nos permitiría asegurar que cuando escribe su obra maestra tenía veinticinco años, debido a que esta obra está datada en 1477. A pesar de esta conjetura, comúnmente se señala el nacimiento “hacia 1450” a pesar de que aunque algún otro autor lo sitúa en “cerca del año 200 del milenio sexto”, o sea 1440. Es previsible que pasara su juventud en Salamanca y que al menos hasta 1477 viviera en esta ciudad por su propio testimonio que refleja en el capítulo IX del Hibbur ha-gadol. Aunque es probable que su estancia se sitúe hasta 1481 o 1482. Debido al ambiente familiar, su padre era hombre docto que había recibido la Cábala de beneméritos sabios, del cuál nuestro autor aprendió la Ley y otras enseñanzas, es verosímil que Zacut acudiera a la Universidad de Salamanca, entonces una de las más prestigiosas y famosas, donde aprendió Astrología y Matemáticas. Regentaba la Cátedra de Astrología Nicolás Polonio hasta 1464 en que declarada vacante, por ausencia de su titular, accedió a ella un amigo de Zacut, Juan Selaya o Salaya. Sobre su época de magisterio no se poseen documentos que demuestren rigurosamente las diversas conjeturas que se han formulado. Así, unos, sostienen que Zacut enseñó en Zaragoza; otros aseguran que lo hizo en Cartagena y casi todos coinciden que desempeñó la cátedra de Astrología en la Universidad de Salamanca, punto que tampoco se apoya en documentos fidedignos y sólo se podría demostrar si aparecieran las actas de los claustros de dicha Universidad entre los años 1481 a 1503, desaparecidas, pues en las actas con fecha anterior “ni figura como profesor ni entre los lectores y sustitutos”. Ahora bien, lo que si está documentado es que enseñó Astrología en la Academia renacentista del maestre, Alcántara, Fray Juan de Zúñiga y Pimentel. De su primera época nos interesa destacar su relación con el obispo de Salamanca D. Gonzalo de Vivero. Fue su protector y a tan alta consideración llegó esta relación que incluso en su testamento tuvo un recuerdo para nuestro astrólogo: “Item mandó que den al judío abraham, astrólogo, qujnjentos mrs. e diez fanegas de trigo e mandó que ciertos quadernos que ende están en romance escriptos que el dicho judío escriujo, que todo se ponga en vn volumen e este en la librería con los otros sus libros en la dicha su yglesia, porque es prouechoso para entender las ítablas del dicho judio”. En reciprocidad Zacut le dedica su obra más importante realizada por encargo del obispo y que Salaya poco después traducía del hebreo al castellano. Muerto su protector –Vivero, obispo de Salamanca–, 1480, Zacut debió quedar marginado y es previsible que no le fuera muy bien en Salamanca y, recala en Gata (Cáceres), donde residía a la sazón, D. Juan de Zúñiga y Pimentel, último maestre de la Orden de Alcántara. Dice Abraham Zacut en el Tratado breve en las influencias del cielo: “Y por esto el muy magnífico y de gran linaje ilustre mi señor el maestre de Alcántara don Juan de Zúñiga, amador de todas las ciencias y sabedor en ellas que a su fama todos los sabios y letrados dejan sus tierras y su nacimiento por buscar sosiego verdadero y perfección cumplida, que a su causa se esfuerzan las ciencias y sus letrados y en refrigerio y remuneración y pueden por acerto decir todos los sabios lo que dijo la reina de Saba por el rey Salomón: «aumentaste sobre tu fama, bienaventurados tus servidores los que están a oír tus palabras». Hubo por bien mandar a mi Rabi Abraham Zacut de Salamanca astrólogo, su criado, que compusiese un tratado breve en las influencias del cielo, para que con este, más se ayudasen los médicos de su señoría si fueren astrólogos; y esto porque estén todas las cosas acabadas en casa de su señoría y perfectas y porque a causa de estar en salud más perfectamente es servido... según dijo David y el Rey Ezequías. Y yo por hacer el mando de su señoría, puesto que libros los que eran menester necesarios para el dicho tratado en la su villa de Gata no tenía, confiando en el conservador de la memoria, nuestro señor Dios que me ayudara y porque el servidor que ha de servir a su señor porque parezca y luzca su servicio ha de serviren el oficio que más es nombrado por él y más dispuesto y aunque yo tal no me siento, fío en Dios que por los merecimientos de su señoría seré proveído de la gracia divina.”. De aquí se puede deducir que Zacut debió vivir algún tiempo en la villa cacereña. Ahora bien, sobre la fecha de llegada, que significará ponerse bajo la protección de Juan de Zúñiga, no tenemos documento y sólo podemos conjeturar. Así no es un despropósito suponer que fue fundamental la influencia de Nebrija, puesto que debieron conocerse y tratarse en Salamanca. La llegada de Nebrija al entorno del Maestre debió ser entre 1486 y 1487, por lo que Zacut, conjeturamos, llegará en las mismas fechas. La llegada de Zacut a Gata debió ser algo precipitada pues según su propio testimonio, ya referenciado, dejado en la introducción del Tratado breve en las influencias del cielo, tiene que confiar en su memoria para escribir la obra que le encarga el Maestre debido a que no ha llevado sus libros. Aunque algunos autores lo sitúan, posteriormente, en la Serena, debemos rechazarla puesto que la noticia del cronista la sitúa en 1493 y en esta fecha se encontraba a disposición del rey de Portugal Don Juan II. Por ahora no existe más documentos que los referenciados respecto a su estancia en tierras extremeñas por lo que ignoramos si vuelve a Salamanca y en que año lo hace. Algunos autores le suponen en ésta última ciudad cuando el viaje, que según se afirma, hizo Colón a fines de 1486 o principios de 1487, en busca de apoyos para su proyecto. Otro dato que nos reafirma en el error de la cita del cronista o bien la no estancia de Zacut en La Serena es que en 1492 serán expulsados los judíos de España. No podemos asegurar el lugar en que Zacut se encuentra cuando en 1492 aparece el decreto de expulsión de los judíos. Ahora bien, aunque algunos autores piensan que se encontraba en Zaragoza y algún otro que “llega a Lisboa desde el Norte de España”, los testimonios judíos nos dicen que los que en ese momento se encontraban en Zaragoza emigran en general al reino de Navarra, mientras que los judíos de Castilla comienzan a salir hacia Portugal en la primera semana de julio de 1492 con el consentimiento del rey Don Juan II. La salida la efectuaron por Benavente, Zamora, Ciudad Rodrigo, Valencia de Alcántara y Badajoz. La mayoría de éstos en el mes de marzo de 1493 partieron hacia África y sólo quedaron en Portugal seiscientas casas, sin lugar a dudas las más ricas. El hecho cierto es que poco después, Zacut, se encuentra al servicio de Don Juan II como su astrónomo y cronista. Gracias a su Hibbur ha-godol ejerce una influencia importante sobre la marina portuguesa, marina en la cual, por otra parte, sirve personalmente cuando se refugia en Portugal –en 1493, se encuentra en Lisboa–. Se puede incluso afirmar que los servicios de Zacut fueron inmediatamente utilizados por el Rey de Portugal, D. Juan II, desde el momento en que fija su residencia en la capital portuguesa; esto lo demuestra un documento datado el 9 de junio de 1493, en el cual, el monarca le asigna una cierta cantidad de dinero, el astrólogo firmará el recibo correspondiente en calidad de “Matemático del rey”. Otro dato a tener en cuenta es que después de la guerra declarada a España por D. Alfonso V, se refugia en Portugal D. Diego de Calçadilla, religioso que había dirigido la cátedra de Astrología en la Universidad de Salamanca entre 1467 y abril de 1476, por lo que es previsible conociera a Zacut y su obra, lo que podría significar que le sirvió de introductor ante D. Juan II. Con la llegada al trono de Portugal de Don Manuel, Zacut, alcanza su máximo esplendor en la corte portuguesa, y así conjuntamente con su discípulo Vicinho, va a estar presente en todos los proyectos de los navegantes portugueses. A pesar de las buenas relaciones y de los servicios prestados al rey Don Manuel, Zacut resulta víctima del edicto de expulsión decretado por este rey. Para algunos autores habría partido hacia el norte de África (Túnez) en 1497 y ante la intranquilidad por el peligro de invasión española resuelve trasladarse a Turquía donde reside hasta su muerte en 1515. Durante su estancia en África y hasta no llegar a Túnez donde existía una comunidad judía docta y próspera, Zacut debió pasarlo mal, como él mismo refleja en la Introducción de su Crónica: “Por mis pecados, a causa de la gravedad de las persecuciones, del cautiverio y de la penuria de alimentación, no tengo fuerzas ni ciencia, mi entendimiento ha desaparecido, hase embotado mi juicio”. Considerado como el último matemático hebreo-español, nace en un momento en el que es manifiesta la decadencia de la Astronomía castellana –primera mitad del siglo XV– debido fundamentalmente a la condena que de ella hace el cristianismo. En este contexto Abraham Zacut escribe su obra Hibbur ha-gadol (El gran Tratado), las tablas astronómicas que alcanzan mayor resonancia en el tránsito del siglo XV al XVI. Tal como se ha dicho esta obra, escrita en hebreo, la realiza por instancia de su protector el Obispo de Salamanca D. Gonzalo de Vivero a quien se la dedica. La termina en 1478 y algo más de un año después de la muerte de su protector –1480– la traduce al castellano Juan de Selaya o Salaya y corregida por el propio Zacut. También conocerá una edición traducida por el judío portugués, alumno de Zacut, José Vizinho en 1496 y publicada en Leiría. De toda la obra que se le asigna a nuestro sabio, sólo se le puede, documentalmente, atribuir las siguientes: Hasafot leséfer ha–‘Aruk (obra lexicográfica), Séfer Yugasin (histórica) y como obras astronómicas y astrológicas: Haajibbur hagadol, Almanach Perpetuum, Tratado de las influencias del cielo y Juicio de los eclipses, ‘O sar jayim y Mix paté ha-cisteganin. Tabla astronómica de Almanach Perpetuum Debido a la coyuntura política de la península ibérica se producen una serie de escritos judaicos de contenido mesiánico, cuya causa fundamental habría que atribuírsela a la obligación de apartarse de su Ley Vieja. Abraham Zacut también tiene su aportación a estos escritos mesiánicos. Estando ya en el exilio y teniendo en cuenta la astrología, calcula el acontecimiento para el año 1529. El comienzo tendría lugar por unas señales que aparecerían en 1518,año catastrófico para Europa y, en particular, para España y terminarían en 1522. En este año el pueblo judío reconocería sus culpas y se arrepentirían y todo esto como una prueba del Señor. El año mesiánico sería el de 1524,y teniendo en cuenta la conjunción de las estrellas, en 1529, se anunciaban las guerras entre Gog y Magog, el asesinato del Mesías, hijo de José, y la venida del Mesías redentor, oriundo de la casa de David. Su obra capital es el Haajibhur hagadol que a lo largo de la historia ha recibido diversos nombres: Hibbur ha-gadol, Almanach, Almagesto, Bi’ur lujot, Séfer tekunat Zacut, Séller tekufot wemezalot e incluso Los cánones de las Tablas. Son las tablas astronómicas que alcanzan mayor resonancia hasta la aparición de las copernicanas. Consta de un prólogo, 19 capítulos –en memoria del “áureo número”, mahzor o ciclo hebraico de diecinueve años–, y las tablas. A pesar de que existen diversos manuscritos de esta obra en hebreo es, en general, conocida por la versión latina de José Vizinho publicada bajo el título de Almanach perpetuum. En esta versión sólo se recoge una parte del Haajibbur hagadol: un breve sumario de 10 páginas, y las tablas correspondientes a las efemérides del Sol, la Luna, Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. La obra, Almanach, aparece en 1496 en Leiría. Destacar el hecho curioso de que existan del mismo lugar y fecha dos ediciones del Almanach: una con los cánones en latín y otra con ellos en castellano; las tablas son idénticas en ambas ediciones. De la edición con los cánones en castellano se conocen tres ejemplares: uno en la Biblioteca provincial de Evora, otro en la Biblioteca que perteneció al rey Don Manuel de Portugal y el tercero en la Biblioteca Colombina de Sevilla. Esta obra, Almananach Perpetuum, se traduce a diversas lenguas y fueron empleadas para el cálculo de efemérides por prácticamente todos los navegantes de este momento: Colón, Vasco de Gama, Behaim, etc. También es previsible que Colón utilizara algunos de los “regimientos” del discípulo de Zacut, el también judío José Vicinho. De su estancia en la Escuela renacentista del Maestre de Alcántara, dejará el manuscrito Tratado breve de las influencias del cielo, conservado en la Biblioteca Colombina de Sevilla y se acompaña, como apéndice, de un tratado titulado De los eclipses. Su lenguaje es sumamente descuidado y oscuro y a veces intenta emular el más puro culteranismo. Por algunas construcciones da la impresión que primero se escribe en hebreo. Ahora bien, un “tratado astrológico” de Zacut sería,pensamos, un complemento del Hajibbur y al mismo tiempo un mejor y más intimo testimonio de la posición intelectual del célebre rabino. La obra de Zacut es análoga a las que se escriben en su época y que se hacían a cargo de un mecenas. Así empieza y finaliza dedicándola a D. Juan de Zúñiga y Pimentel. La introducción de la obra de Zacut es esclarecedora del pensamiento científico de nuestro autor. La utilización indistinta de las expresiones Astronomía y Astrología nos reafirma en la opinión, de que era un hombre de su momento histórico además de recuperar el significado de Astrología que le había dado Alfonso X. Un primer análisis del contenido nos conduce a afirmar que aunque el Tratado se encuadra en la Astrología judiciaria, siguiendo a Ciruelo y Gaspar de Quiroga, la consideraríamos verdadera, lícita. La primera parte la ocupa la definición del modelo cosmológico en que se va a mover, aunque sólo dará las propiedades cualitativas: número de esferas, número de estrellas, etc. La segunda será la aplicación de la Astrología a la Medicina, destacando el capítulo que le dedica a la flebotomía. La tercera parte entraría dentro de la Astrología universal, aplicándola a la Agricultura, confección de almanaques, estudio de las casas lunares –necesario para realizar el Tema celeste u Horóscopo– y finaliza aplicándolo al nacimiento de los hombres. Su pensamiento religioso, se pone de manifiesto separando perfectamente lo que considera campo científico del campo teológico. Bibliografía sucinta: ALBURQUERQUE, L de (1977) Estudos de História. Coimbra: Por ordem da Universidade. CANTERA BURGOS, F. (1931) “Notas para la historia de la Astronomía en la España Medieval. El judío salmantino Abraham Zacut”. Revista de la Academia de Ciencias de Madrid, XVIII (12 de la 2ª serie), pp. 63–150. CANTERA BURGOS, F. (1931) El judío salmantino Abraham Zacut. Madrid: Bermejo. CANTERA BURGOS, F. (1935) Abraham Zacut. Siglo XV. Madrid: Aguilar. COBOS BUENO, José M. (2000) “La Medicina en un manuscrito de Astrología del siglo XV”. LLULL, 23(47), pp. 265–294. COBOS BUENO, JOSÉ M. (2001) Un astrónomo en la Academia Renacentistadel Maestre de Alcántara Fray Juan de Zúñiga y Pimentel: Abraham Zacut. Badajoz: FSPM. COBOS BUENO, JOSÉ M. (2006) La presencia del judío abasurto (Abraham Zacut) en la Academia de Zúñiga. En V Centenario D. Juan de Zúñiga 1504–2004. Badajoz: Asociación “D. Juan de Zúñiga”, pp. 45–116. COBOS BUENO, José M. (2006) Presencia de Extremadura en la Historia de la Ciencia hasta el siglo XVIII. Badajoz: @becedario. ESPERABÉ ARTEAGA, E. (1914) Historia pragmática e interna de la Universidad de Salamanca. Salamanca: Francisco Núñez Izquierdo. KAYSERLING, M (1890) Biblioteca española-potuguesa-judaica. Strasbourg: Charles J. Srubner (Reimpresión en Barcelona por Ollero&Ramos, 2000). RODRÍGUEZ CRUZ, A. M. (1990) Historia de la Universidad de Salamanca. Salamanca: Fundación Ramon Areces y Congregación de Santo Domingo.
Martes, 20 de Enero de 2009 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Elena Ausejo (Universidad de Zaragoza)
García de Galdeano se trasladó con su madre a Zaragoza en 1863, tras el fallecimiento de su padre –capitán del ejército fusilado por los insurrectos de la Isla de Santo Domingo– y de su abuelo materno –José Yanguas y Miranda, historiador de Navarra y Secretario de la Diputación de Pamplona–. Como quiera que su padre había previsto que siguiera la carrera militar, García de Galdeano no había sido matriculado en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pamplona, de modo que optó en Zaragoza por seguir la carrera de Perito Agrimensor tasador de tierras y, a continuación, la de Maestro de primera enseñanza, obteniendo en 1869 el título de Maestro superior. Habiéndosele colocado en el decimonoveno lugar en las oposiciones para escuelas elementales, determinó seguir el rumbo universitario y, proclamada la libertad de enseñanza en ese mismo año de 1869, obtuvo el Grado de Bachiller en septiembre examinándose por enseñanza libre. Acto seguido se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras y desde el año siguiente simultaneó estos estudios con los de la recién creada Facultad (Libre) de Ciencias, ejerciendo además como profesor particular de matemáticas para contribuir al sostenimiento económico de su madre. Obtenidas ambas licenciaturas en 1871, fue nombrado catedrático de Cálculo diferencial en ese mismo año y recibió su doctorado en Ciencias antes de que nuevas disposiciones legislativas terminaran por suprimir tanto la licenciatura como el doctorado en Ciencias de la Universidad de Zaragoza. En 1872 colaboró en la creación del Instituto Libre de Calahorra, desde donde se trasladó en 1875 primero al colegio de Nuestra Señora del Carmen de Logroño –agregado el Instituto– y posteriormente al Ministerio de la Gobernación; allí ejerció como escribiente hasta que con la llegada al gobierno de Sagasta fue declarado cesante. Empezó entonces, por una parte, su dedicación decidida a la que sería su principal actividad vital, a saber, el estudio y la enseñanza de las matemáticas; por otra, sus intentos para ingresar en el profesorado, que culminaron en 1881, cuando en sus terceras oposiciones obtuvo la Cátedra del Instituto de Ciudad Real. Tras un fugaz paso por el Instituto de Almería ejerció en el de Toledo desde 1883 hasta que, en 1889, comienzó a desempeñar la Cátedra de Geometría Analítica de la Facultad de Ciencias de Zaragoza, de la que pasó en 1896 a la de Cálculo Infinitesimal.
Lunes, 22 de Diciembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico | Leer más
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Mª Carmen Escribano Ródenas (Universidad CEU San Pablo)
Matemático, astrónomo, médico y gramático. Perteneció a la famosa escuela cordobesa del matemático y astrónomo Maslama el madrileño, entre finales del siglo X y principios del siglo XI. Se estableció como profesor en Granada creando su propia academia en la que enseñaba matemáticas y astronomía. Entre las obras que escribió, uno de sus libros más utilizados fue el “Libro de los planetarios”, que mandó traducir y arreglar el rey Alfonso X el Sabio, bajo el nombre de “Libro de los instrumentos de las láminas de los siete planetas”. Abu-l-Qasim Asbag Ibn Muhammad al-Garnati, también conocido por Ibn al-Samh al-Muhandis (el geómetra), nació hacia el año 979 o 980. Poco se sabe de su vida ya que las fuentes biográficas que lo citan se copian unos de otros y no añaden datos nuevos. Perteneció a una familia cultivada y de cierto prestigio originaria de la ciudad de Córdoba, por lo que algunos historiadores fijan su lugar de nacimiento en esta ciudad. Su familia se marchó a Granada, y se sabe que en el año 1018 él y su familia ya se encontraba en Granada, bajo la protección de Habus Ibn Maksan. Según el profesor José Augusto Sánchez Pérez, “fue un verdadero genio matemático, tanto en aritmética y geometría como en astronomía; poseía además muy profundos conocimientos en gramática y medicina”. Fue alumno de Maslama el Madrileño en Córdoba, de cuya escuela llegó a formar parte. La escuela matemática de Maslama, situada cronológicamente entre finales del siglo X y principios del XI, debe su prestigio principalmente a la introducción y adaptación en al-Andalus de las tablas astronómicas indias, de la mano del matemático persa al-Juwarizmi, y de la tradición astronómica ptolemaica mas evolucionada. Por ejemplo, Ibn al-Samh utilizó para su tratado sobre el ecuatorio parámetros numéricos derivados de los usados por Ptolomeo y también de al-Battani.
Miércoles, 14 de Enero de 2009 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico | Leer más
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Mª Carmen Escribano Ródenas (Universidad San Pablo-CEU)
Presidente de la Real Sociedad Matemática Española (R.S.M.E.) desde el 2 de Febrero de 1935 hasta el 18 de Julio de 1936 y desde el 23 de Mayo de 1939 hasta el 10 de Noviembre de 1954. Juan López Soler nace El Ferrol, provincia de La Coruña el día 16 de Marzo de 1871. Es hijo de D. Juan López Lázaro, y de Dª Carmen Soler de Díaz Noriega. El militar A los quince años, ingresa en la Academia General Militar. A los dos años y diez meses de su ingreso es ascendido a Alférez Provisional, siendo el mas joven del ejército español. Continúa en la Academia para seguir el curso de aplicación del Arma de Infantería, y al cabo de un año aproximadamente, es ascendido a Alférez de Infantería, siendo destinado al Batallón de Cazadores de Reus número 16 y desde el 1 de Septiembre de 1890 es nombrado abanderado del Batallón. Medía aproximadamente un metro y sesenta y cuatro centímetros de estatura, tenía mucha aplicación, capacidad y puntualidad en el servicio militar, y su salud y conducta eran buenas. Con respecto a su instrucción militar es “Mucha” en Ordenanzas y Táctica, y “Buena” en procedimientos militares, en Detall y Contabilidad, en Teoría y práctica del tiro y en Arte Militar. Sabemos también que traduce el idioma francés y el alemán. En 1892 es nombrado Primer Teniente, y a finales de Agosto de 1894 pasa a la Escuela Superior de Guerra. Es nombrado Capitán de Infantería en 1894, y Capitán de Estado Mayor en 1898, y en 1911 es ascendido a Comandante de Estado Mayor, siendo destinado a Madrid. En el año 1918 es ascendido a Teniente Coronel de Estado Mayor, y en 1926 a Coronel de Estado Mayor. El 31 de Julio de 1931 pasa a la situación de Retiro, siendo nombrado en este momento General de Brigada Honorífico. Muere el 10 de Noviembre de 1954.
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Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Javier Peralta (Universidad Autónoma de Madrid)
Ilustre ingeniero de Caminos que destacó como dramaturgo (Premio Nobel de Literatura), político (Ministro de Fomento y de Hacienda) y científico (Presidente de la Academia de Ciencias, de la Sociedad Matemática Española y de la Sociedad Española de Física y Química). Además de importantes aportaciones a la física-matemática, influyó considerablemente en la modernización y progreso de nuestra matemática. Introdujo en España la geometría de Chasles, la teoría de Galois, las funciones elípticas ... El esfuerzo de renovación científica existente en nuestro país a finales del siglo XVIII se interrumpe bruscamente durante la Guerra de la Independencia y a lo largo de todo el reinado de Fernando VII. Sin embargo, en el inicio del segundo tercio del siglo XIX empiezan a adoptarse algunas medidas con las que se trata de retomar de algún modo el espíritu de los últimos años de la Ilustración. Así, con el Plan general de Instrucción Pública (1834) del Duque de Rivas se emprenden las primeras innovaciones en la educación superior y comienza la creación de nuevos centros, como las Escuelas de Ingenieros de Caminos y de Montes –las restantes lo harán en los siguientes años-. También en 1834, de la separación de la Academia de Medicina y Ciencias Naturales de Madrid, nace la Academia de Ciencias Naturales, precursora de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, que se instituirá en 1847; en 1845 (Plan Pidal) se crean los Institutos Provinciales de Segunda Enseñanza; en 1857 (Plan Moyano), las Facultades de Ciencias; etc. En 1832, año casi coincidente con el de la muerte de Fernando VII, nace el 19 de abril, en Madrid, José Echegaray y Eizaguirre. Su padre, médico, no tenía una posición económica demasiado desahogada, por lo que se traslada con su familia a Murcia para complementar sus ingresos con la docencia en un centro de Secundaria. En esta ciudad estudia el bachillerato su hijo José, quien regresa posteriormente a Madrid para cursar la carrera de Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que finaliza a los 20 años. Comienza entonces su vida profesional, en la que se pueden distinguir tres facetas: científica, política y literaria.
Jueves, 18 de Diciembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico | Leer más
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Baldomero Rubio Segovia (Universidad Complutense de Madrid)
Nace en Cartagena (Murcia) el día 12 de Enero de 1936. Muere en Madrid el día 14 de Abril de 2004. Matemático, escritor, miembro de la Real Academia Española. Su padre, Enrique, era marino y murió en Julio de 1936 al principio de la Guerra Civil Española como consecuencia de una trágica circunstancia bélica. Su madre, María Luisa, por quien Miguel sentía una profunda veneración, murió en 1990. Miguel era el menor de los cinco hijos del matrimonio y su infancia se desarrolla en un ambiente difícil y con malas condiciones económicas para la familia. María Luisa era la hermana mayor y posiblemente estas malas condiciones familiares hicieron que muriera a temprana edad. Margarita es la otra hermana. Ya en la etapa escolar él y sus dos hermanos mayores Luis y Enrique son escolarizados internos en un colegio de huérfanos de Madrid. De allí Miguel tuvo que salir precipitadamente debido a una grave enfermedad. Su madre fue a buscarlo urgentemente al colegio y entonces pasó a vivir con ella en Bilbao. Terminado el bachillerato, prepara el examen de ingreso para la Escuela de Ingenieros Industriales de la ciudad vizcaína, lo que consigue de forma brillante. Pero no hace cursos de ingeniería, sino que entra en la Compañía de Jesús y estudia Literatura y Humanidades en Orduña (Vizcaya) y Filosofía en Azpeitia (Guipúzcoa). Sin embargo, ya en estos años muestra un gran interés por las matemáticas, y fueron los dos hermanos mayores, que son ingenieros ambos, sus primeros profesores en esta materia. En 1961 termina los estudios de Filosofía en Alemania. Entre 1961 y 1965 hace las licenciaturas de Matemáticas y de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Entonces ya tenía decidido que su dedicación absoluta sería a las matemáticas, y continuaba en la Compañía de Jesús. En la Facultad de Matemáticas de la Complutense había alcanzado ya un notable prestigio como estudiante, y el catedrático Alberto Dou, compañero suyo como jesuita, propició su marcha al Departamento de Matemáticas de la Universidad de Chicago. Allí estaban Antoni Zygmund y Alberto Calderón, dos de los más destacados especialistas del siglo XX en Análisis Matemático. El segundo de ellos, argentino, fue su director de tesis. Terminada ésta y después de prolongar algún tiempo su estancia en Estados Unidos, vuelve a la Facultad de Matemáticas de la Complutense con la convicción de ejercer una generosa labor de servicio a través de las matemáticas.
Miércoles, 14 de Enero de 2009 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico | Leer más
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Santiago Garma (Universidad Complutense de Madrid)
Juan Caramuel Lobkowitz1 (1606-1682), nació el 23 de mayo de 1606 en Madrid, en la calle de la Puebla, era hijo de ingeniero del ejercito de Felipe III, Lorenzo Caramuel Lobkowitz, de Luxemburgo, y de Catalina de Frisia de la ciudad de Amberes. El padre Lorenzo Caramuel comenzó siendo guardia de corps en el ejercito de Felipe II, había llegado a España en 1586 y se había casado en Madrid el mismo año 86. Caramuel fue educado por su padre, inventor de un cañón repetidor y que hacía observaciones astronómicas, con el adquirió su pasión por la astronomía y por la matemáticas. Pero sería su mismo padre el que intentase moderar sus aficiones científicas, temiendo que abandonase otros estudios. Como maestro de lenguas orientales tuvo a Juan Hefronita, arzobispo del Monte Líbano, y a los diez años hizo sus primeros estudios de gramática y composiciones literarias, llegando a componer como Ovidio cinco versos en una hora. En 1616 estudia en la escuela en Madrid después, posiblemente a los catorce años, pasó a estudiar en la Universidad de Alcalá de Henares. En la Universidad cursa Humanidades, Gramática, Retórica y Poética, y Filosofía. Adquiere una sólida y completa formación humanística, conoce perfectamente a Platón y Aristóteles, termina sus estudios de Filosofía y escribe su lección discutiendo problemas de la Lógica de Aristóteles. Estudia las obras de Ramón Llull que le despierta una gran admiración y le cita repetidamente en sus obras posteriores. En la Universidad coincidió con el P. Juan Eusebio Nieremberg, que fue profesor de Historia Natural en los Reales Estudios en Madrid, con trabó una gran amistad. Al cumplir los 17 años ingresar en el Císter y recibe el hábito de la orden en 1625, en el Monasterio de la Espina, de la diócesis de Palencia, en la provincia de Valladolid. Allí conoció a fray Pedro Ureña que era ciego de nacimiento, y se había especializado en Matemáticas, Astronomía y Música, con el tiene una buena relación que se refleja en las citas de Ureña en las obras de Caramuel. En relación con la Música, Ureña propuso una reforma armónica que influiría en Caramuel que publicó, en 1645 en Viena, su Nova Music por la que ha recibido menciones breves e inmerecidas en historias de la música. Sin embargo no se reconoce su contribución verdadera a las ciencias acústicas y que está oculta  en su tratado de logaritmos, donde propone una tabla llamada "escala musical, medida de las cuerdas aritmética y logaritmicamente", como ha demostrado Murray Barbour. En Astronomía Ureña inventó un método para medir la longitud en el mar según las posiciones de la luna que debió sugerir a Caramuel como plantear este problema. En el siglo XVI no se sabe como determinar la posición de un barco en alta mar y al mismo tiempo saber la derrota o dirección que llevaba el barco. Los procedimientos para determinar las coordenadas  eran: el de las singladuras, válido en mares pequeños, como el Mediterráneo; el de los ángulos de posición, consistente en saber la inclinación respecto del meridiano y del paralelo, aquí cometían el error de tomar por tercer lado de un triángulo la cuerda de un arco de la superficie terrestre y no el arco; el de los eclipses de sol y luna, muy preciso pero inútil la mayor parte de las veces; el de la nordestación y noroestación de la aguja, ideado por Felipe Guillen (1492-1561); el de la declinación del Sol, de poca exactitud por la falta de tablas precisas; el del transporte de la hora, ideado por Fernando Colón, pero impracticable con los relojes que se conocían entonces; el de las distancias de distintos astros a la Luna y , finalmente, el basado en el propio movimiento de la Luna, propuesto por Pedro Ruiz de Villegas. Ante esta situación, Felipe II convocó un concurso internacional en 1598, con un premio de 6.000 ducados a los que después añadió 2.000 de renta vitalicia. Al concurso acudieron muchos astrónomos entre los cuales estuvo Galileo que en 1612 propuso un método con los satélites de Júpiter, propuesta que repitió en 1616 y que renovó en 1629 con motivo de regalar un telescopio a Felipe IV. Caramuel también acudió a intentar resolver el problema pero darse cuenta que no había unas tablas que permitiesen calcular el movimiento de la Luna, acepta como método el propuesto por el matemático de Felipe IV Miguel Florencio Van Langren (1632). Caramuel había pasado por el monasterio de Monte Rama en Orense, donde continua estudiando filosofía y de allí pasa a Salamanca al monasterio de Santa María del Destierro donde estudia Teología. Finalizada su formación, explica teología en Alcalá en los colegios cistercienses y en Salamanca en la Universidad. De aquí se traslada a Portugal, donde además de leer matemáticas y aprende la escritura china, más delante escribió una gramática china que según dice Valverde se conserva manuscrita en Vigevano. En el momento que Caramuel viaja a Portugal era un reino de Felipe IV y en 1631 Suecia participa en la guerra de los treinta años y con un claro apoyo francés atacan al imperio, entonces se envía a Flandes al Cardenal Infante D. Fernando, hermano del Rey. Este mismo año Caramuel llega a Lovaina, donde se aloja en la abadía de Dunas, más adelante se convierte en profesor de Teología en el Colegio de la abadía de Aulne en Lovaina y en 1632 lo encontramos asistiendo a las clases de matemáticas en la Universidad del jesuita Ignacio Derkennis. En la rica biblioteca de Aulne encuentra un ejemplar de la Stegenographia del abad Juan Tritemio (1462-1516) que había sido condenada por el tribunal de la inquisición española, que exponía el arte de la escritura oculta o secreta, es decir el lenguaje cifrado. Como cuenta Boyer en su Historia de las Matemáticas, François Viète (1540-1603) consiguió descrifar los mensajes del enemigo cuando estaba al servicio de Enrique IV de Navarra, rey de Francia, que le premió haciéndole miembro del Consejo Real, mientras los españoles le acusaban de estar aliado con el diablo. Caramuel se entusiasmará con el texto de Tritemio y redactará su propia Steganografía y proseguirá con investigaciones sobre el lenguaje de la Cábala o Teología hebraica. A partir de ese momento empleará los anagramas en sus textos y le facilitará el estudio de la Combinatoria. Detalle de uno de los juegos de imagen y palabra de Caramuel Caramuel tardará poco tiempo en conocer e iniciar contactos epistolares con los geómetras y físicos flamencos como Van Langren, Van der Put, Wendelino, Van der Brandt o Van Helmont que estaban relacionados con los principales científicos europeos con los intercambiará correspondencia, como Gassendi, Rheita, Kircher, Mersenne o Descartes. Al poco de llegar a Lovaina visita el monasterio de San Salvador de Amberes donde conoce a Gaspar Jongelincx y a Cristóbal Butkens, quien le dará valiosa información científica y además le relata unos experimentos de natación submarina protagonizados por un ingeniero de Amberes. El Príncipe de Orange, con el apoyo de los franceses, al mando del ejercito de la Provincias Unidas pone sitio a Lovaina en 1635. Caramuel se convierte en ingeniero militar y dirige los trabajos de fortificación y organiza a los estudiantes y a los clérigos de la ciudad uniéndose a las tropas del Cardenal Infante D. Fernando en la defensa de la ciudad. Ante esta defensa y con la ayuda que reciben de Colonia y de Dunkerque obligan a retirarse al Príncipe. Como premio a su eficacia recibirá nombramientos y títulos honoríficos como los de Abad de Melrose en Escocia y Vicario General de los cistercienses en Inglaterra, Escocia e Irlanda. Este mismo año Caramuel se plantea hallar un método para medir la tierra y establece en torres de Brujas y Dunkerque observatorios. A las observaciones asistió Bernardo Bottijn que era matemático y más tarde sería abad de Dunas. El método ideado por Caramuel le hace descubrir que por efecto de la refracción los astros tienen una posición aparente. Años después al leer el Diálogo Cosmográfico de Francisco Maurolyco encuentra que este había diseñado un método similar al suyo para la medición de la tierra y que este método lo habían empleado Clavius y Snell. Todo esto lo revela Caramuel en su Mathesis Biceps y este comportamiento, tanto con este asunto como con otros de la misma indole, contando cuando descubre los problemas y la información que tiene sobre ellos, publicando y comparando conjuntamente sus resultados con los de otros científicos, le convierte en el modelo de sabio y científico moderno ante las actitudes de los que apegados a las formas antiguas hacían una investigación valiosa pero desconfiando y de los demás y ocultando partes de la misma por ambición de glorias personales. En 1638 , el mismo año que muere Jansenio, Caramuel presenta sus tesis para optar al grado de Doctor y a pesar de la resistencia de algunos profesores jansenistas, que mezclan los reparos religiosos con reparos políticos, recibe su título el 2 de septiembre. En 1640 al publicarse la obra póstuma de Jansenio Augustinus, Caramuel es uno de los primeros en señalar las desviaciones religiosas y los ataques a los jesuitas, aquello desencadenó un enfrentamiento con los jansenistas que años después llevarían a Caramuel a sufrir una dura marginación. En 1636 Caramuel inició una correspondencia con el jesuita Juan Marco Marci2 quien había propuesto una solución al problema del cálculo de la longitud en el mar. Marci fue uno de los sabios que estudia los problemas de la física que se estaban discutiendo entonces, estudia el movimiento del péndulo, la caída de los graves y está de acuerdo con las primeras propuestas de Galileo. Caramuel afirma que el experimento de Galileo por el que formula ley de la caída de los graves, se confirma para una altura de 100 pies deja de ser válida para una altura de 300. En un folleto publicado en Lovaina en 1643, Sublimium ingeniorum crux dice que Galileo se confundió al establecer que, en la caída de los graves, la aceleración era proporcional a los espacios recorridos sino que era proporcional a el tiempo. Galileo lo hará así en los Discorsi e dismostrazioni matematiche intorno à due nuouve science (1638). La posición de Caramuel en relación con los distintos problemas como la definición de la gravedad, determinación del centro de gravedad o el movimiento del péndulo estuvo con las posiciones de Kepler o que, a finales de siglo, tendría Newton. En relación con el estudio del movimiento del péndulo, cuando Caramuel llega a Lovaina gracias a Luis de Bolea, Marques de Torres, destinado en Amberes, conoce Godofroid Wendelino, maestro del Marqués, uno de los matemáticos flamencos más respetados. Wendelino, Caramuel, Van Langren y Gassendi se intercambian resultados, experimentos e instrumentos, Así es como Caramuel conoce Van Langren había aplicado las oscilaciones del péndulo a la medición del tiempo en 1627, antes que lo hiciese Galileo. Según Caramuel las oscilaciones del péndulo eran isócronas y prepara un experimento que realiza en 1643 con dos péndulos de hierro y de plomo comprobando que cuando el arco que describe es de 35º las oscilaciones son sensiblemente iguales. Entonces ya había publicado su Mathesis Audax (1642) en la que cita varias veces a Mersenne, este que no le tenía ningún aprecio le acusó de citarle mal. Wendelino negaba la isocronía del movimiento pendular y Mersenne, como muestra Caramuel, se contradice pues primero le acusa a el porque dice que las oscilaciones del péndulo son isócronas y seguidamente contradice a Wendelino porque niega que las oscilaciones sean isócronas. En otra de sus obras, en Solis et artis adulteria (1643), estudia la curva que describe el péndulo y dice que es elíptica y que a ello se debe que produzca una disocronía en la oscilaciones. Para corregir este problema inventa, entre otros, un procedimiento consistente en colgar  el péndulo de una esfera perfecta con lo que consigue que la curva descrita por el péndulo fuese circular y así logra un reloj perfecto. La discusión acerca del péndulo dio lugar a otra discusión más. Descartes había elaborado su teoría sobre el origen o causa primera del movimiento y leyes de la naturaleza en un texto titulado Le monde, que tuvo casi terminado en 1633. Pero la condena a Galileo le hizo retrasar su publicación y aparecería en 1664. Pero en el intervalo editó sus Principia philosophiae (1644) y en ellos incluye la teoría preparada anteriormente y que generalmente se cita como la teoría de los tourbillons -torbellinos- en castellano. Según Descartes, Dios es la primera causa y suponiendo que ha creado de nuevo todo lo que nos rodea, las reglas según las cuales podemos pensar que Dios hace funcionar la naturaleza de este nuevo mundo son , la primera, que cada parte de la naturaleza permanece en el mismo estado mientras no se encuentre con otras partes que la hagan cambiar; segunda, que cuando un cuerpo impulsa otro, no le da mas movimiento que el que el pierde, ni al quitarle, el suyo aumenta; y la tercera que cuando un cuerpo se mueve, aunque el movimiento generalmente sea siguiendo una línea curva y no pueda nunca hacer otro, que no sea de alguna forma circular, y sea como se acaba de decir, no obstante cada una de sus partes en particular tienden a continuar su movimiento en línea recta. Con estas reglas Descartes y la negación del vacío que ha hecho en un capítulo anterior, las partículas de los mundos posibles al encontrarse con otras forman torbellinos, el movimiento gira y es aumentado o disminuido  y si la tierra se mueve es un torbellino, las partes menos sólidas son impulsadas hacia su centro, y las otras más sólidas y masivas tendrían a alejarse del centro. En 1643 un ingeniero militar francés, de Grenoble, Alexandre Calignon de Peyrens dice haber demostrado experimentalmente que el péndulo no siempre señala el mismo punto, sino que e mueve como las mareas. Gassendi es quien tiene primero noticia de esta afirmación y le escribe a Gabriel Naudé y a Caramuel. Caramuel se opone a esto e inicia su propio experimento en una biblioteca de 16 pies de altura, perforando el techo deja caer un gran péndulo  y señala cuidadosamente la vertical. Realiza el experimento repetidas veces y cambiando las condiciones, con lo que demuestra que la experiencia de Calignon queda refutada. Un año después al leer los Principia philosophiae de Descartes se da cuenta que el experimento de Calignon no era tan inocente sino que pretendía confirmar la teoría de los torbellinos de Descartes, es decir que el péndulo unas veces apunta al centro gravedad que coincide con el centro de la tierra y otras  al centro de gravedad cuando está en el centro del torbellino en el que se encuentra la tierra. En una carta al Marqués de Maceda, Virrey en Méjico, Caramuel le expone la teoría de los torbellinos de Descartes y le señala las desastrosas consecuencias que la comprobación de dicha teoría, propuesta por Calignon, tendría para la Física y la Astronomía. La sospecha de Caramuel  de que el experimento y la teoría están relacionados se ve confirmada. El mismo Descartes en una carta a Mersenne el 30 de mayo de 1643 le dice que la experiencia le parece extraordinaria y que confirmaría sus especulaciones fundadas en las mareas. En su carta Caramuel le explica al Marqués que Descartes explica las mareas por el movimiento de rotación de la tierra que aumenta o disminuye la inclinación de las partes de la tierra hacia el centro del torbellino que sitúa en la Luna. Esta vez Mersenne a quien Caramuel le ha hecho llegar su crítica, se muestra cauto y rechaza el experimento de Calignon. Además el propio Descartes tuvo que aceptar el error del experimento de Calignon cuando el mismo lo repitió en Leyden en 1653 y comprobó que no era cierto. Caramuel aplicó sus experiencias con el péndulo a la astronomía y explica así el movimiento de los planetas: "Los planetas describen en su movimiento, no un circulo, sino más bien elipses imperfectas; distan más de la tierra o de su centro, en el apogeo que ene perigeo, y en los puntos medios no describen una linea circular, sino elíptica. esto mismo ocurre con el movimiento pendular, haciendo corresponder el apogeo al punto que señala la pesa, cuando pasa bajo la vertical de su centro oscilatorio y el perigeo al punto T". En sus Coelestes Metamorphoses (1639), reúne sus observaciones astronómicas  y sus teorías sobre el sistema solar. En 1643 un astrónomo capuchino de Colonia, Antonio María Schirlaeus de Rheita dice que, empleando un telescopio inventado por el, ha observado nuevos planetas situados entre Marte y Saturno de magnitud superior a la de la Tierra. También que ha observado cinco nuevos satélites de Júpiter, además de los cuatro mediceos descubiertos por Galileo en 1610. Gassendi al tener noticia del descubrimiento de Rheita escribe una larga carta a su amigo Naudé, en la que sin dudar de la buena fe del capuchino niega el descubrimiento. Caramuel con sus observaciones y con la información que tenía de las de Rheita compuso Novem stellae circa Iovem, en el texto defiende a Rheita pero tomando una postura intermedia, admitiendo la posibilidad de error. Otro de los temas de los que Caramuel se ocupó frecuentemente fue del magnetismo, trató de este tema con el P. Nieremberg. Caramuel sale de Lovaina en 1644 después de haber sido nombrado abad del monasterio cisterciense de Disemberg, en la diócesis de Maguncia, en el Bajo Palatinado. La abadía como resultado de la guerra de los treinta años estaba prácticamente destruida y la mayor parte de los monjes se habían pasado al protestantismo. Así Caramuel llega como un intruso que se tiene que instalar en Kreutznach, ciudad próxima a la abadía, pero según los resultados de la guerra tiene que cambiar de ciudad con frecuencia. Desde Kreutznach escribe a Gassendi y le cuenta que ha estado en Frankfurt para ver una feria de libros y allí ha visto las Objeciones de Gassendi y las Meditaciones de Descartes. Entonces se señala la opinión que se ha formado de Descartes, que en versión de Velarde, es : admira a Descartes por su gran ingenio, por sus aportaciones a algunas ramas de las Matemáticas y por algunas tesis audaces de Filosofía, propias de una mente "sublime" y por los buenos discípulos que ha conseguido; por lo que le vaticina un puesto de honor en la historia del pensamiento; desdeña en Descartes el estilo de escribir y la forma poco académica con que trata las cuestiones filosóficas, las cuales, por estar en un contexto histórico cultural han adquirido unas formas y están dadas en unas versiones que hay que respetar para que se pueda discutir; y crítica el método cartesiano, no por ser opuesto a la tradición, ni por abrir nuevas vía de pensamiento, sino por no ser riguroso; se puede ser antiperipatético; puede uno proclamarse  libre de toda servidumbre de escuela; pero las nuevas doctrinas o verdades hay que demostrarlas, y hay que defenderlas con argumentos sólidos. Dos métodos de demostración admite Caramuel como correctos: la Lógica y la experimentación, en tanto que el método cartesiano apela a la intuición. Próxima a Kreutznach esta la ciudad de Espira a la que Caramuel va con regularidad y desde donde envía su correspondencia a Marci, a Rheita, a Descartes, a Gassendi o a Kircher. En esta ciudad residía un tribunal donde se decidían en última instancia las causas civiles, por ello acude Caramuel reivindicando territorios de su abadía ocupados por los protestantes, hasta que la ciudad cayó en manos de los franceses. Entonces se refugió en la fortaleza de Frankenthal defendida por el conde Rebolledo, don de vuelve a hacer las funciones de ingeniero militar, pero sin dejar de escribir. Finalizado el sitio de Frankental Caramuel vuelve a su actividad habitual. Tiene que responder a una consulta de su obispo Anselmo Casimiro, interviene como delegado del arzobispo, ante el tribunal de Frankfurt, en un juicio contra cuatro religiosos que se convierten al luteranismo. El mismo año se producen otros acontecimientos que influirán en la vida de Caramuel, muere el Papa Urbano VIII y es elegido Inocencio X, y también muere Ambrosio Seybus obispo de Mysia. Los amigos de Caramuel le apoyan ante el arzobispo como sucesor de Ambrosio, que primero busca el visto bueno de los franceses, que habían conquistado Maguncia por lo que el arzobispo necesitaba su beneplácito, y con la recomendación de Gassendi y Chigi, que intercede ante Roma, es nombrado obispo. En el año 1645 Caramuel hace  funciones de vicario general de la diócesis y se dedica a reformar los monasterios de su orden en toda Alemania. A finales de 1645 las posiciones militares cambian, con la derrota de los franceses, y Juan Marco Marci que era entonces médico de cámara del emperador y el conde Bernardo Ignacio Martinitz, consejero del emperador, consiguen que Fernando III intervenga para que Caramuel se traslade a la corte. En 1647 se encuentra ya en Praga donde ha tomado posesión de su cargo de abad de Monserrat. Esta abadía tenía añadido la obligación de ser también abad del monasterio de Emaus o Slovan, en Praga, fundado por Carlos IV. La infanta María de Austria, hermana de Felipe IV, devota de la Virgen de Monserrat, había conseguido que Fernando II fundara este monasterio en Viena y aunque era de los benedictinos y eso planteaba conflictos jurisdiccionales Caramuel ejerció sus funciones. Felipe IV nombra agente suyo a Caramuel en la corte imperial, lo que le obligó a implicarse en la paz de Wesfalia. En el debate que provocaron la negociaciones para acabar con la guerra, Caramuel tomo parte por las posiciones mantenidas por el emperador frente a las defendidas por el Nuncio del Vaticano, su amigo Chigi, lo que sirvió para enfriar su amistad. En 1648 y con el visto bueno del Vaticano se publicó un opúsculo titulado Anti-Caramuel, sive examen et refutatio disputationis theologico-politicae quam de potestates imperatoris circa bona eclesiastica proposuit Ioannes Caramuel Lobkowitz rechazando la defensa mantenida por Caramuel de la potestad del emperador sobre los bienes eclesiásticos. En Praga estrecha sus lazos de amistad con Juan Marco Marci y mantiene su correspondencia con el jesuita Kircher, que a su vez era buen amigo de Marci. En 1644 Kircher había escrito a Marci que había encontrado un texto árabe, que daba la demostración de uno de los problemas clásicos de la geometría, la cuadratura del circulo. Kircher promete hacerles llegar la traducción latina, pero nunca les llegó y Caramuel se queja en 1666 del incumplimiento de Kircher. Marci publica en 1654 un estudio del problema, con censura de Caramuel en el que reconoce su dificultad. Caramuel dejó varios manuscritos sobre este problema. En 1649 Caramuel va a Viena, ya se ha firmado la paz, y renueva su correspondencia con Rheita, Kircher, Chigi y sus amigos de los Países Bajos. En 1650 vuelve a Praga donde permanece hasta 1654, este período fue uno de los más fértiles de su producción literaria dedicado a la Filosofía, a la Teología y a la Gramática. Esta actividad la compagina con una intensa actividad misionera recuperando para la religión católica Praga y Bohemia. Para ello, una de sus actuaciones fue modificar los calendarios, que estaban referidos al meridiano de Roma, y referirlos al meridiano de Praga. En 1654 los teólogos de los Países Bajos inicia un expediente contra una de las obras de Teología que había publicado Caramuel, y el arzobispo de Malinas incitado por los jansenistas da un decreto en 1655 prohibiendo leer sus textos con la acusación de probabilista. Aquel año es elegido Papa su amigo Chigi, con el nombre de Alejandro VII. El Papa nombra a Caramuel consultor de la Congregación de Ritos y censor del Santo Oficio, con lo que las críticas se atenuaron. En 1654 Caramuel se encuentra en Roma, donde se encuentra para defender su nombramiento como abad de Monserrat y el 28 de junio de 1655 está de vuelta en Bohemia para asistir a la coronación de Leopoldo I como rey de Hungría, en septiembre de ese año vuelve a Roma. Durante los años 55 a 57 permanece en Roma donde tiene varias actuaciones relacionadas con la Congregación de Ritos que afectaban a la racionalidad del reconocimiento de algunos milagros, y Caramuel propone que incorporen a la Congregación personas que sepan algo más que Teología, como medicina. En el 56 se declaró una peste en Nápoles que se extendió por Italia llegando a Roma. Caramuel permanece en la ciudad y colabora en atender a los enfermos hasta que la enfermedad remite a principios del 57. Entonces tiene un respiro y se dedica con el P. Martino Martini, jesuita, que acababa de llegar de China a reanudar sus estudios de la lengua china. La presión de los jansenistas y la falta de apoyo del Papa Alejandro VII hacen que su vida romana quede interrumpida con el nombramiento para un obispado perdido en las montañas de Nápoles que comprendía la diócesis de Campania y Satriano. En 1658 es invitado Caramuel a las ceremonias de coronación de Leopoldo I como emperador, en Frankfurt, tras lo cual viaja a Campania. Al viaje se incorporó el Conde de Peñaranda, nombrado Virrey de Nápoles. En enero de 1659 están en Venecia donde son huéspedes del Marqués de Mancera, hijo del Virrey de Méjico, que les cuenta los viajes de su padre por América. El conde y Caramuel llegan a Nápoles, y este continua hasta Campania. Allí se encuentra un lugar obscuro, hórrido e inculto entre ásperos montes, como el mismo Caramuel dice, "en todo el reyno de Nápoles los beneficios son pobrísimos, los privilegios cercenado, las iglesias expoliadas, las prebendas episcopales pobres, por no decir de hambre". La renta de que disponía era de 700 escudos que además repartía entre los habitantes con gran liberalidad. Caramuel se refugió en una localidad próxima a Satriano, en Santangel, donde monta una imprenta le que ayuda a escapar de la soledad en que se encuentra. Durante su obispado en Campania tiene que tratar varios asuntos conflictivos por disputas de propiedad, enfrentamientos entre el poder eclesiástico y el poder civil, a veces muy complejos incluso peligrosos. Uno de estos proceso le obligó a desplazarse a Nápoles  en 1664, Con este motivo visita la universidad y hace amistad con Vico, Francisco Verde y Felipe Aquadies que le introduciran en la Academia degli Investiganti de la que se convertirá en miembro activo. Esta academia había sido fundada hacía 100 años por el Marqués de la Arena y en ella se reunían los sabios napolitanos que discutían de Filosofía y de Física. Además organizaban experimentos y promovían investigaciones como el análisis de una gruta cerca del lago Agnano, donde los perros que entraban morían y al echarlos al agua revivían. A su regreso a Campania organiza una escuela con la intención de educar a los jóvenes y a falta de libros imprime los suyos que emplea en sus lecciones. Traslada la imprenta de Santangel a Campania en 1667 y en ella imprime un Cursus  Ethicus seu Moralis que incluye varios volúmenes y, en ese mismo año, acomete la impresión de un Cursus Mathematicarum Facultatum que había estado redactando des 16666 y que, poco a poco se convierte en una enciclopedia de todas las matemáticas conocidas hasta entonces y de las ciencias que tenían como fundamento las matemáticas. Unos años después en 1670 imprime dos tomos que tiene terminado, que llama Mathesis Biceps, que son I Mathesis Vetus, novis operationum compendiis, & demonstratibus dilucidata; II Mathesis Nova, Veterum inventis confirmata. La obra la completará más delante con los dos tomos proyectados III Mathesis Architectonica y IV Mathesis Astronómica. En 1667 muere su amigo el Papa Alejandro VII y es substituido por Clemente IX, lo cual no mejoró la suerte de Caramuel. Pro el  nuevo Papa fallece en 1669 y después de varias confabulaciones los cardenales se deciden por un Papa de transición que tomó el nombre de Clemente X. Caramuel permanece en Campania, pero en  la corte en Madrid, y posiblemente con la  ayuda del conde de Peñaranda, en 1669, Caramuel dirige una súplica a la reina regente exponiéndole su penosa situación. La corte le nombra, por fin, en 1670 arzobispo de Otranto, pero Caramuel decide continuar en Campania. En 1671 visita Roma y es recibido por Clemente X que le hace una consulta sobre el bautismo de abortos y la respuesta de Caramuel es aprobada por el Papa. El conde de Peñaranda continua presionado en Madrid y de manera inesperada el Papa accede a nombrarle, en 1673, Obispo de Vigevano en el Milanesado, con una renta de 4000 escudos anuales. En septiembre de 1673 llega a Vigevano una de las mas bellas ciudades de la Lombardia. La actividad de Caramuel no disminuye en el terreno pastoral y en el científico desarrolla una serie de planes que dan como fruto la reforma arquitectónica del palacio episcopal, la reordenación de la plaza y la modificación de la fachada de la catedral. Entonces es cuando imprime, en castellano, su Arquitectura civil, recta y oblicua, con una parte introductoria dedicada a las matemáticas. Como en Campania, organiza una imprenta que publica sus obras. En 1680 muere su buen amigo Domingo  Plato, que hacía de secretario, lo que le afecta profundamente y al año siguiente pierde la visón de un ojo primero y después queda completamente ciego. A pesar de ello continua con su actividad hasta el 7 de septiembre de 1682 muere a causa de una fiebre maligna. Caramuel fue enterrado con toda solemnidad en la catedral de Vigevano y, en la capilla donde se le colocó, se puso un busto de el esculpido en mármol y sobre su lápida la inscripción MAGNUS CARAMUEL EPISCOPUS VIGLEVANI. Notas: 1 Los datos y muchas de las reflexiones de Caramuel sobre asuntos no matemáticos los he tomado del libro del Profesor Valverde que ha realizado un excelente trabajo investigación sobre la vida, la filosofía y la teología del monje citerciense. 2 Sobre los jesuitas y el importante papel que jugaron en relación con las ciencias y con la revolución científica deben leerse los artículos de Victor Navarro y especialmente para el caso español. V. NAVARRO BROTONS (1996).
Miércoles, 17 de Diciembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Elena Ausejo (Universidad de Zaragoza)
[Oliva (Valencia) 17/03/1760 - Gibraltar, 12/08/1829] Perteneciente a una familia ilustrada —sobrino de Gregorio Mayans, uno de los más destacados ilustrados reformadores de los estudios universitarios en la Universidad de Valencia—, estudió humanidades en la Escuela Pía de Valencia y filosofía en Valencia e ingresó en 1777 como guardia marina en Cartagena. Se incorporó al servicio activo en la marina, participando en algunas campañas en el Mediterráneo y el Atlántico, hasta 1783, en que pasó a ocuparse de la clase de Navegación en Cartagena, dos años después de la de Matemáticas sublimes y en 1788 fue ascendido a Teniente de Navío y nombrado Director de la Academia de Guardiasmarinas. En 1792 asciende a Capitán de Fragata, en 1798 es nombrado Comisario provincial de Artillería en Cartagena con el empleo de Capitán de Navío y, en agosto de ese mismo año, fue comisionado —junto con Agustín Pelayo— para participar en París en el Congreso Internacional convocado por el Institut de France para la fijación de las unidades del sistema métrico decimal. A su retorno es nombrado Comandante de Artillería de la Real Armada en el Departamento de Cádiz y Capitán de Navío efectivo, en 1805 es ascendido a Brigadier con el cargo de Comandante General de Artillería de Marina, en 1807 el Rey le concede la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y en febrero de 1808 es nombrado Capitán de la Compañía de Guardiasmarinas en Cartagena. Tras la invasión del ejército francés fue vocal de la Junta de Defensa de Murcia, Secretario de la Junta Central, Secretario del Consejo Supremo de Guerra y Marina y, promovido a Jefe de la Escuadra, se le nombró Gobernador militar y político de Cartagena (1809-10) y Regente del Reino junto a los generales Blake y Agar primero (1810) y con Agar y el Cardenal Borbón en 1813.
Miércoles, 17 de Diciembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico | Leer más
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Elena Ausejo (Universidad de Zaragoza)
[Abalos (La Rioja), 1765 - Madrid, 1844] De familia de aristócratas navarro-riojanos, se formó, entre otros sitios, en el Seminario de Vergara antes de incorporarse a la marina a los 15 años de edad en el Departamento de El Ferrol, donde comenzó a relacionarse con la familia Jovellanos. Allí recibió enseñanzas de Cipriano Vimercati, figura destacada de la historia de las matemáticas españolas del XVIII. Embarcó al año siguiente tomando parte en acciones militares y en prácticas astronómicas bajo la dirección de José de Mazarredo. En 1785 escribió el Elogio póstumo del Conde de Peñaflorida. En 1786 fue destinado a Cartagena, donde prosiguió sus estudios de matemáticas, esta vez con Gabriel Ciscar. En 1789 fue encargado junto con otros dos marinos de recoger documentación sobre la historia de la marina y tres años después ingresaba en la Academia española y en la de San Fernando. En 1800 lo haría en la de la Historia, todo ello sin abandonar el servicio activo que le llevó en 1807 al cargo de ministro contador fiscal del Tribunal del Almirantazgo. En 1808 se quedó en Madrid, pero se negó a colaborar con José I. Fue purificado en 1814. Ocupó diversas responsabilidades durante el Trienio Liberal, formando parte del núcleo llamado a constituir la Sección de físico-matemáticas de la Academia Nacional. Tras el regreso del absolutismo ocupó un oscuro cargo en el depósito hidrográfico y escribió sus obras más importantes, entre las que cabe resaltar la Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV (Madrid, 1825 y 1837), la famosa Disertación sobre la historia de la Náutica y de las Ciencias Matemáticas que han contribuido a sus progresos entre los españoles (Madrid, 1846) y la Biblioteca marítima española, que apareció póstumamente en Madrid en 1852. Bibliografía: GIL NOVALES, A. (1991) Diccionario biográfico del Trienio Liberal. Madrid, El Museo Universal.
Jueves, 18 de Diciembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico
Historia de las matemáticas/Biografías de matemáticos españoles
Autor:Elena Ausejo (Universidad de Zaragoza)
[Zafra (Badajoz), 1752 - Salamanca, 1830] Becario de hebreo en el Colegio Trilingüe, bachiller en Teología (1772) y en Artes (1773), consiguió la cátedra de Elementos de Aritmética, Geometría y Algebra de la Universidad de Salamanca en 1777. Escribió, al mismo tiempo que se hacía sacerdote, un libro de texto para facilitar el estudio en el que hay un interesante prólogo sobre historia de las matemáticas, los Elementos de aritmética, álgebra y geometría (Salamanca, 1782), que fueron reeditados y seguidos en varios centros de enseñanza civil y militar en la primera mitad del siglo XIX.  En 1779 intentó crear en Salamanca un colegio de Artes. Como para muchos, el momento de la definición vino con la Guerra de la Independencia, en la que no se afrancesó, teniendo que abandonar Salamanca en 1810. Terminada la contienda fue impurificado por liberal y así debió estar hasta el triunfo de Riego en 1820. Es en esta época cuando publica sus Principios de Aritmética y Geometría (1814) y sus Nuevos elementos de Geografía general (1818-19). La reinstauración de la Constitución, además de permitirle editar sus Elementos de verdadera lógica (1821), donde vierte al castellano las ideas de los Eléments d’Idéologie de Desttut de Tracy,  le abre las puertas de la política, siendo elegido diputado por Extremadura en 1820-22 y Vicerrector de la Universidad de Salamanca (1823). Tras la restauración del absolutismo fue de nuevo impurificado. Juan Justo García es conocido en la historia de la matemática española por haber sido el pionero de la modernización renovadora en los contenidos de la enseñanza matemática que, no sin duras batallas y con seria oposición de muchos miembros del claustro, consiguió imponerse en la Universidad de Salamanca en el período ilustrado. A él se deben las primeras enseñanzas de cálculo infinitesimal en una Universidad española en el siglo XVIII y los primeros embates en pro de la elevación del nivel de la enseñanza de las ciencias en el ámbito universitario desde dentro.
Lunes, 22 de Diciembre de 2008 | Imprimir | PDF |  Correo electrónico | Leer más

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