Las matemáticas intentan acercarse a la sociedad para cambiar su mala imagen
Imprimir
ABC, 22 de Febrero de 2000
-
EDUCACIÓN
MADRID. F. G. Una pizca de paciencia de los profesores, más dedicación de los alumnos y un Plan Nacional podrían ser los ingredientes que hiciesen más apetecible una ciencia que es considerada como el «hueso» de los planes educativos. Las matemáticas quieren cambiar su mala imagen. La solución pasa por demostrar, en la celebración de su año internacional, que son mucho más que sumas y restas

Y para empezar nada mejor que montar una exposición en el Senado donde se vea que nuestro país nunca ha sido un desierto científico y que los sabios españoles contribuyeron decisivamente al proceso para implantar el Sistema Métrico Decimal. Hasta el próximo 10 de marzo la Cámara Alta acoge una muestra que exhibe a través de paneles la evolución de las matemáticas y una serie de objetos e instrumentos científicos que, desde hace siglos, ha utilizado el hombre para cuantificar, medir y calcular su mundo.

Las matemáticas celebran mundialmente su año con un claro objetivo: acercarse a la sociedad y cambiar su mala imagen. Una misión complicada si tenemos en cuenta los elevados niveles de fracaso escolar y el analfabetismo matemático que reconoce sin pudor la sociedad.

Santiago Garma, comisario de la exposición, sabe que las matemáticas generan «rechazo» y que un primer paso es que comprendamos su enorme utilidad en un mundo que está matematizado. «Sin darnos cuenta, continuamente utilizamos las matemáticas, por lo que hay que reivindicar su importancia».

En casi todas nuestras actividades cotidianas están presentes los números. Al escuchar un CD, al sacar dinero en un cajero o al ver una película en televisión no somos conscientes de que las distantes y complejas matemáticas son necesarias y básicas.

Están tan mal vistas o es que falla el sistema educativo? Manuel de León, vocal del Comité Español del Año Mundial de las Matemáticas, disiente de la fama de «ogro de la asignatura y cita como ejemplo la masiva participación en los concursos de matemáticas. «Lo que ocurre es que no se enseñan bien», comentó. De León mira más allá de los Pirineos para apoyarse en e referente del sistema educativo francés, que recientemente ha creado una comisión que durante cinco años analizará cómo mejorar la enseñanza y echa de menos la atención de la Administración española. «Hay que crear urgentemente un Plan Nacional de Matemáticas que sirva para desarrollar la investigación de las disciplinas matemáticas emergentes», solicitó.

MÁS PACIENCIA

Santiago Garma coincide en la baja calidad docente de las matemáticas, que generan un «rechazo» entre los alumnos «Las matemáticas requieren educadores con más paciencia. Incluso sería preferible impartirlas de una forma más distendida y con menos contenidos», explicó.

Las matemáticas quieren dejar de ser el «hueso» de los planes educativos y de ganar un reconocimiento que se tienen merecido como pieza clave en los avances científicos de este siglo. «No hay una conjura para fastidiar a los alumnos, sino que se estudian porque son fundamentales», matiza de León.

El Año Mundial de las Matemáticas pretende contribuir a ello con la celebración de conferencias, concursos y exposiciones como la que se exhibe en el Senado. Y es que esta ciencia es mucho más que sumas y restas, «es una forma de pensar que nos ayuda a conocer mejor el mundo que nos rodea», sentencia Garma.

 
Volver