45. (Mayo 2018) Anamorfosis en España
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Escrito por Ángel Requena Fraile   
Martes 01 de Mayo de 2018

Anamorfosis en España

(Mesa de Piedras Duras. Museo del Prado, Madrid)

El renacer cultural del siglo XIII en Occidente tuvo uno de sus apoyos más significativos en la Óptica Geométrica. De pronto el sencillo tratado de Euclides y el complejo de Alhacén ven como sus copias latinas se extienden por doquier.  Sobre la Perspectiva de rayos que se concentran en el ojo escriben Grossetesta, Roger Bacon, Pechan, Witelo o Judaei. La matemática se convierte en puerta y llave para las demás disciplinas dirá Bacon.

La pintura y las otras artes pronto plasmarán en sus obras estos avances ópticos. Será en Florencia donde Filippo Brunelleschi (1377-1446) realizará experimentos visuales y el pintor Masaccio mostrará espectacularmente las posibilidades de la perspectiva cónica en su Trinitá (1427), el fresco de Santa Maria Novella con un único punto de fuga en la bóveda de cañón. Poco más tarde Leon Battista Alberti daba carta de naturaleza a la perspectiva matemática en el tratado De Pictura (1436).

A finales del siglo XV se había asumido que el pintor ha de saber matemáticas: tres grandes como Piero della Francesca, Leonardo o Durero escribirán tratados de geometría.

Anamorfosis en España

(Códice Atlántico. Leonardo da Vinci. Biblioteca Ambrosiana. Milán)

El escorzo, la representación de una figura oblicua con el plano proyectivo, será otro avance de la perspectiva, el Cristo morto (1480) de Andrea Mantenga mostrará como las líneas se encojen. En una figura oblicua con el plano se concentran las formas, pero qué pasaría si lo que se inclina es el plano proyectivo: el Renacimiento descubre la representación anamórfica. Suele tomarse como punto de partida de la anamorfosis dos pequeños dibujos del Códice Atlántico de Leonardo: una cara de niño y un ojo se ensanchan para ser vistos de forma realista cuando se miran desde el lateral.

La técnica anamórfica se extiende a Alemania, Erhard Schön de Núremberg, discípulo de Durero, ocultará las caras de los protagonistas del cerco de Viena en un paisaje. La anamorfosis se convierte en pintura secreta, incluso con usos pornográficos. Más casta será la utilización de la anamorfosis para expresar la vanidad de las cosas terrenales como hace Hans Holbein con su oculta calavera  de Los embajadores (1533).

Anamorfosis de Carlos V (e Isabel de Portugal)

El Emperador Carlos se lleva la palma en lo referente a retratos anamórficos; los encontramos en Valladolid, Toledo, Nueva York, Palencia o en los grabados comentados de Erhard Schön. La imagen imperial también se prestaba a los secretos y al virtuosismo: el Renacimiento fue muy propicio a lo oculto.

El retrato de Palencia es el más auténtico de los tres que se conservan en España, las dos anamorfosis en San Miguel  y San Julián de Valladolid pueden ser imitaciones locales de la época del palentino y los retratos del Museo de Santa Cruz de Toledo son copias modernas o intentos de falsificación.

Anamorfosis en España

(Retrato anamórfico de Carlos V, vista frontal. Catedral de Palencia)

La pintura secreta se conserva en la Sala Capitular, entrando por el Claustro de la Catedral. De delicada factura, ofrece un sorprendente verismo cuando se mira por el orificio. La carátula superior pone Mirum natura et artis, maravilla de la naturaleza y el arte, y en efecto tiene mucho de ello.

La imagen por el orificio no se ha podido reproducir pero si una aproximación lateral que nos va dando idea de cómo el rostro se va contrayendo. Como el retrato que sirve de modelo se toma de perfil la alargada nariz da ese aire de pez espada monstruoso a la representación.

Anamorfosis en España

(Retrato anamórfico de Carlos V, vista lateral. Catedral de Palencia)

Las guías atribuyen el retrato a Lucas Cranach sin más fundamento que su factura alemana.

Más conocidas que la palentina son las dos anamorfosis de Valladolid. Cuando en el Museo del Prado se realizó la exposición temporal sobre El retrato en el Renacimiento (2008) tuvimos la oportunidad de apreciar dos anamorfosis del emperador Carlos y su mujer Isabel de Portugal. En aquella ocasión las protecciones impedían apreciar la imagen con el ángulo adecuado.

Las dos anamorfosis son anónimas –escuela alemana del siglo XVI o copias locales siguiendo el modelo de Palencia- se encuentran de nuevo en su emplazamiento: la iglesia vallisoletana de San Miguel y San Julián que, antes de la expulsión de los jesuitas, fue de San Ignacio.

Los dos pequeños cuadros se exhiben en la sacristía de los jesuitas, uno a cada lado del nuevo altar. Están protegidos con vidrio, pero en sus marcos originales que tienen un agujero que dirige la visión para corregir la deformación de la imagen.

Popularmente los vallisoletanos llaman a los cuadros los pescados ante unas narices imperiales tan afiladas.

Anamorfosis en España

Anamorfosis en España

(Retratos anamórficos de Carlos V e Isabel. Sacristía de San Miguel y San Julián. Valladolid)

Anamorfosis en España

(Retrato anamórfico de Carlos V, vista lateral. Sacristía de San Miguel y San Julián. Valladolid)

Diferente es el caso de los retratos de Carlos V e Isabel de Portugal que almacena el Museo de Santa Cruz de Toledo. Son copias recientes de las de Valladolid, y quizá realizadas con intención de falsificar: los agujeros de los xilófagos se han hecho expresamente. Su interés radica en el rescate de las anamorfosis.

Anamorfosis en España

Anamorfosis en España

(Retratos anamórficos de Carlos V e Isabel de Portugal. Museo Santa Cruz. Toledo)

Anamorfosis sobre Piedras Duras

El Museo Nacional del Prado en Madrid conserva siete consolas realizadas a finales del siglo XVIII en el Real Laboratorio de Piedras Duras del Buen Retiro. El gusto por la taracea de piedra tiene su origen en el periodo napolitano de Carlos III.

Una de las mesas consolas tiene anamorfosis. No siempre se exhiben, durante mucho tiempo han estado almacenadas. Aprovechando ciertas exposiciones monográficas se han expuesto las dos consolas más interesantes desde el punto de vista matemático: la de las anamorfosis y la de la pantómetra.

Las siete consolas son trampantojos con las ciencias, las artes y los juegos. Hay anamorfosis, caja de instrumentos con pantómetra (compás usado para realizar multiplicaciones y divisiones de forma analógica (teorema de Tales) y que popularizó Galileo). Transportadores de ángulos, escuadras, reglas y compasen se distribuyen al azar y descuidadamente sobre las consolas.

La taracea en Piedras Duras, como la de madera, hace un bellísimo uso de la perspectiva con su virtuosismo geométrico. El detalle de la anamorfosis sobre un estuche sirve de portada a esta instantánea.

Anamorfosis de Dalí sobre botella de ponche

Dalí encontró en Figueres, su ciudad natal, el mejor lugar para recrear su imagen: el viejo teatro que se había destruido en un incendio. La tesis de que la vida es teatro y la persona máscara encontraría en Dalí su confirmación: su imagen se oculta en la interpretación.

El Museo de Dalí tiene varias de sus anamorfosis cilíndricas. A Dalí no podía pasarle desapercibida la enigmática pintura de Los embajadores de Holbein y su oculta calavera. La forma de homenajearla es una anamorfosis cilíndrica sobre una botella plateada de ponche.

Anamorfosis en España

(Calavera anamórfica, Dalí. Museo de Figueres)

Al lado de la calavera hay otras dos reflexiones sobre botella/espejo. La cara que se convierte una vez reflejada en un provocativo desnudo es la más daliniana.

Dalí interpretó su papel de divo fantoche hasta lo atragante pero nunca podremos negarle su capacidad creativa y su obsesión por extender los límites del arte. Su intensa relación con los matemáticos formaba parte de su exploración.

Anamorfosis en España

(Desnudo y rostro  anamórfico, Dalí. Museo de Figueres)

Las anamorfosis callejeras van haciendo su aparición como decoración urbana, valga como muestra la que representa a Einstein al lado de la Casa de las Ciencias de Logroño, el antiguo matadero municipal en el margen del Ebro. El espejo es un tronco de cono invertido.

Anamorfosis en España

(Anamorfosis de Einstein. Casa de las Ciencias. Logroño)

También Figueres ha rendido homenaje a Dalí con una anamorfosis en una de sus  plazas.

 
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