Hace algunos años, un geómetra alemán propuso que se enviara una comisión de sabios a las estepas de Siberia. Allí, en las vastas llanuras, había que montar inmensas figuras geométricas, compuestas mediante reflectores luminosos, entre otras una que expresara el Teorema de Pitágoras, vulgarmente llamado por los franceses el puente de los asnos.

“Cualquier ser inteligente”, decía el geómetra, “ha de comprender el objetivo científico de esta figura. Los selenitas, si existen, contestarán con figuras similares, y una vez establecida la comunicación será fácil crear un alfabeto que permita conversar con los habitantes de la Luna”. Así argumentaba el geómetra alemán, pero su proyecto nunca fue llevado a la práctica, y hasta el momento no ha habido ningún lazo directo entre la Tierra y su satélite.