"El tío Petros y la conjetura de Goldbach". Ovejas negras y bichos raros |
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La Vanguardia, 2 de Junio de 2000 NOVELA LIBROS MAURICIO BACH En una carta dirigida al eminente matemático Leonard Euler y fechada el 7 de junio de 1742, su oscuro colega Christian Goldbach le planteó su conjetura de que todo número par mayor que 2 es la suma de al menos dos números primos, es decir, dos números que sólo son divisibles por sí mismos y por 1. Goldbach no hizo ninguna otra aportación relevante a las matemáticas y de hecho su conjetura tiene escasa trascendencia para la evolución de la teoría de esta ciencia. Pero ha pasado a la historia como autor de esta conjetura que ha llevado de cabeza a muchos matemáticos, ya que la hipótesis nunca se ha podido demostrar de manera concluyente. Es, junto con el teorema de Fermat -recientemente resuelto, aunque al parecer con algunas lagunas, por el británico Andrew Willes- el más famoso problema "irresoluble" de las matemáticas. Según Kurt Gödel, la conjetura de Goldbach formaría parte de ciertos axiomas matemáticos que, pese a ser verdaderos, no pueden ser demostrados pues no existe un método para hacerlo. Así, esta célebre conjetura es campo abonado para que sobre ella se abalancen personajes obsesivos, aspirantes a genios locos empeñados en demostrar lo indemostrable. Uno de ellos es Petros Papachristos, el protagonista de esta novela breve o más bien relato largo, que consagra su vida a la resolución de este reto, renunciando a una brillante carrera académica y convirtiéndose en "la oveja negra de la familia", tal como explica su sobrino, que es quien, fascinado por él, narra su historia y trata de descifrar su personalidad. Petros, niño prodigio, brillante estudiante en Berlín y Cambridge, y prometedor catedrático en Munich, lo abandona todo para resolver la conjetura y acaba sus días viviendo como un ermitaño, dedicado a jugar al ajedrez y cuidar su jardín. El personaje recuerda a esos memorables obsesos y lunáticos que pueblan muchas novelas de Thomas Bernhard y cuya culminación quizá sea el protagonista de la prodigiosa "El malogrado", aquel prometedor pianista que, después de escuchar a Glenn Gould y comprender que jamás llegará a tocar como él, decide consagrar su vida al fracaso. Y es que la búsqueda de Petros es una búsqueda imposible, pues todo apunta a que la conjetura de Gold-bach no permite una demostración definitiva. Pero Doxiadis no es Bernhard, a su prosa le falta garra y pese a que utiliza el recurso del narrador interpuesto, que permite dotar de una inquietante ambigüedad al misántropo tío Petros, uno tiene al final la sensación de que no logra penetrar en la esencia de su genialidad enloquecida, que se queda en un superficial muestrario de actitudes chocantes y comportamientos estrafalarios de Petros. Este, a lo largo de la novela, rememora sus encuentros con varios matemáticos reales, todos ellos tronados y en algunos casos suicidas, como Hardy, Ramanujan, Alan Turing y Kurt Gödel, unos seres que para el desconcertado sobrino son "como polillas atraídas por una luz cruel, brillante, pero abrasadora y feroz". La luz en la que convergen el genio y la locura. Una luz difícil de atrapar y convertir en gran literatura. Algunos, como Bernhard, lo han logrado; otros, como Doxiadis, se quedan a las puertas. LAS CLAVES EL AUTOR: Apostolos Doxiadis nació en Australia, en 1953, y su posterior crecimiento y desarrollo tuvo efecto en Atenas. Estudió matemáticas en la Universidad de Colummbia, ha dirigido películas y obras de teatro, y es autor de cuatro novelas. LA OBRA: El tío Petros, genio de las matemáticas, consagra su vida a demostrar una conjetura aparentemente indemostrable y lleva su obsesión por ella hasta las últimas consecuencias, convirtiéndose en una suerte de ermitaño misántropo y enloquecido. Su sobrino, fascinado por su personalidad, reconstruye su singular vida. |
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