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Los humanos
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  • Autor: Matt Haig
  • Texto:

    Pronto encontré lo que andaba buscando. Un documento llamado «Zeta». Lo abrí y vi que contenía 26 páginas de símbolos matemáticos; o al menos, en su mayoría, porque al principio había una breve introducción con palabras que decía así:

    DEMOSTRACIÓN DE LA HIPÓTESIS DE RlEMANN

    Como es por todos sabido, la demostración de la hipótesis de Riemann es el problema sin resolver más importante de la ciencia matemática. Resolverlo supondría una revolución en la aplicación del análisis matemático en miles de maneras desconocidas que transformarían nuestras vidas y las de las generaciones futuras. Por algo las matemáticas en sí constituyen la piedra angular de la civilización, como se ha demostrado en el pasado con logros arquitectónicos como las pirámides egipcias o mediante las observaciones astronómicas fundamentales para la arquitectura. Desde entonces, nuestra comprensión matemática ha seguido progresando, si bien no a una velocidad constante.

    Al igual que con el propio progreso, por el camino se han producido avances rápidos, así como reveses que han supuesto pasos atrás. Si la biblioteca de Alejandría no hubiera quedado reducida a cenizas, es posible imaginar que habríamos tomado como base los logros de los antiguos griegos, con un resultado mejor y anterior en el tiempo, y en tal caso quizá hubiésemos podido mandar a un hombre a la Luna en los tiempos de Cardano, Newton o Pascal. Sin embargo, solo podemos elucubrar sobre adónde habríamos llegado, y sobre los planetas que habríamos «terrificado» y colonizado para el siglo XXI o los avances médicos que habríamos hecho. Tal vez si no hubiesen existido esos «Años Oscuros», si no se hubiese apagado la Luz, habríamos conseguido dar con la forma de transmutar oro y de no morir nunca.

    En nuestro campo de estudio, la gente bromea con Pitágoras y su culto religioso basado en la geometría perfecta y en otras formas matemáticas abstractas, pero, ya puestos a tener religión, un credo matemático se me antoja el ideal, porque si Dios existe, ¿qué otra cosa puede ser sino matemático?
  • Fuente: Los humanos (rocaeditorial, 2014).

 

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