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Asesinato y ánimas en pena
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  • Autor: Robertson Davies
  • Texto:

    »Te diré quién era yo, Gil. Dentro de mí llevaba un diablo más grande que el de ellos. Sabía contar. No recibí mucha educación, pero hice lo mejor que pude y tuve la suerte de contar con un buen maestro, un joven llamado Douglas. Enseñaba durante un año o dos para hacer dinero y poder ir a la universidad, como se solía hacer entonces, y era un fenómeno haciendo cuentas. Vio que yo valía y me enseñó todo lo que sabía. Cuentas normales, por supuesto, las que sabe un tendero, pero además me enseñó álgebra y Euclides. ¿Te dice algo ese nombre?

    Naturalmente. Gil había oído hablar de Euclides, el padre de la geometría. En ese momento supe que Gil era mi abuelo. Por lo tanto, el señor McOmish debía de ser mi bisabuelo, la oveja negra de la familia.

    —Sí, llevaba a Euclides detrás de mí y todo estaba dispuesto para que yo fuera constructor. No uno de esos carpinteros de martillo y sierra que hacen marcos de puertas para graneros y gallineros o algún chamizo para gente humilde. Me quemaba la ambición, muchacho, y quería a aquella muchacha, por muy Vanderlip que fuera. Pero ¿cómo?

  • Fuente: Editorial Libros del Asteroide, 2015.

 

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