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94. The Imitation Game
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Escrito por Alfonso Jesús Población Sáez   
Martes 04 de Noviembre de 2014

Últimamente el cine se está acordando de unos cuantos matemáticos, lo cual está muy bien, aunque no tanto de las matemáticas cuya presencia sigue siendo puramente testimonial. Al hilo del pasado centenario sobre Alan Turing, llega esta biografía de alto presupuesto que probablemente veamos en la próxima gala de los Oscar.

Los seguidores de esta sección probablemente recordarán la extensa reseña (en realidad dos, la nº 69 y la nº 70, de abril y mayo de 2012, respectivamente) dedicadas al espléndido telefilm Breaking the Code acerca de la vida y trabajo de Alan Mathison Turing (1912 – 1954). En ellas ya adelantábamos que con motivo del centenario del nacimiento del matemático, y de su enigmática muerte (y casi existencia), se estaba fraguando una película de alto presupuesto a la que se asociaba además a Leonardo di Caprio como protagonista principal. La producción no llegó al 2012, Di Caprio se cayó del proyecto, pero dos años después aquí la tenemos, lista para iniciar una prometedora distribución internacional. Eso sí, lo tendrá complicado para mejorar aquel modesto telefilm impecable y riguroso. Adelantamos lo que hemos podido averiguar del mismo.

The Imitation GameTítulo Original: The Imitation Game. Nacionalidad: EE. UU. y Reino Unido,  2014. Director: Morten Tyldum. Guión: Graham Moore. Fotografía: Óscar Faura, en Color. Montaje: William Goldenberg. Música: Alexandre Desplat. Producción: Nora Grossman, Ido Ostrowsky y Teddy Schwarzman. Duración: 114 min.

Intérpretes: Keira Knightley (Joan Clarke), Benedict Cumberbatch (Alan Turing), Matthew Goode (Hugh Alexander), Charles Dance (Comandante Denniston), Mark Strong (Stewart Menzies), Rory Kinnear (Nock), Allen Leech (John Cairncross), Tuppence Middleton (Helen), Tom Goodman-Hill (Sargento Staehl), Matthew Beard (Peter Hilton), Steven Waddington (Supt Smith), Hayley Joanne Bacon (Mujer entre la multitud), Hannah Flynn (WREN), Ancuta Breaban (Wren), James Northcote (Jack Good).

Argumento: Una nueva recreación de la carrera de Alan Turing y su grupo de criptoanalistas en el desciframiento de la máquina alemana Enigma durante los días más oscuros de la Segunda Guerra Mundial. The Imitation GameEl variopinto grupo de académicos, lingüistas, campeones de ajedrez y oficiales de inteligencia tenía un poderoso aliado en el primer ministro Winston Churchill quien autorizó el suministro de todos los recursos que necesitaran. La película abarca los períodos clave de la vida de Turing, desde sus infelices años de adolescencia en un internado y el descubrimiento de su condición sexual (mediante flashbacks), el triunfo de su trabajo en el descifrado de la Enigma gracias a la revolucionaria máquina electro-mecánica Bombe, hasta la tragedia personal tras su condena por conducta moral inapropiada, un delito que hoy se considera obsoleto.

Trailer de la película (en inglés) en este enlace:

Algunos datos

Desde el año 2005, el ejecutivo de Hollywood Franklin Leonard viene componiendo anualmente una curiosa “lista negra”: los guiones predilectos de los productores que por alguna razón nunca se han terminado de convertir en una película. La última publicada contiene 71 guiones. El poco interés en arriesgarse de la gente del cine queda patente en el hecho de que, según  Leonard, desde que lleva en ello, ha comprobado que más de 120 de estos guiones “malditos”, cuando finalmente se rodaron, recaudaron más de 7 mil millones de libras en taquilla (sí ya sé que suena a mucho, 7 x 109, pero he comprobado que esa es la cantidad que se indica; y ya sabéis, aunque los anglosajones ponen 7 billones, nuestro billón es 1012, no 109) y ganaron una veintena de premios Oscar. Entre éstos se ha encontrado el guión de The Imitation Game, que a pesar de encabezar la lista del año 2011 habiendo sido elegido por más de 133 ejecutivos como un magnífico proyecto, no ha visto la luz hasta que The Weinstein Company adquirió los derechos por 7 millones de dólares en febrero de 2014 tras un proceso de licitación con otros cinco estudios (entre ellos la Warner Bros que finalmente abandonó la puja). Es la cantidad más alta pagada hasta el momento por los derechos de distribución en Estados Unidos de una película del mercado europeo. En este enlace puede comprobarse, por si alguien quiere verificarlo.

The Imitation GameLa película se estrenó como primicia en agosto en el Telluride Film Festival, certamen que se celebra en Telluride, Colorado (EE. UU.) desde 1974. No es un concurso, ni una plataforma para cerrar contratos o contactar con productores y exhibidores, como la mayor parte de los festivales de cine, sino que se plantea como una mera exhibición por el simple placer de ver películas y de poder charlar con sus responsables y realizadores. La duración de esta edición fue de cuatro días, del 29 de agosto al 1 de septiembre. Allí acudió el director, Morten Tyldum.

Después acudió a la 39 edición del  Toronto International Film Festival el pasado mes de septiembre. Contra todo pronóstico, obtuvo el premio gordo del público a la mejor película (People´s Choice Award), ya que partían como favoritas Learning to drive, la última película de Isabel Coixet protagonizada por actores de tanto prestigio como Ben Kingsley y Patricia Clarkson, o St Vincent, con el incombustible Bill Murray y Naomi Watts al frente. A pesar de todo, es más que probable que aquí en España oigamos hablar más de ambas que de The Imitation Game, aunque es un buen comienzo.

Finalmente, hace unas semanas, del 8 al 19 de Octubre ha sido estrenada en Europa en el 58th BFI London Film Festival, donde con todos los honores (como era de esperar en su tierra, además de que parte de la película se rodó en Londres) se programó en la Gala de Apertura del Festival. En salas comerciales se estrenará el 14 de noviembre en el Reino Unido, el  21 de noviembre en los EE. UU., en diciembre en Japón, y en enero del 2015 en Holanda y Francia. En España tendremos que esperar un poco más. A riesgo de pecar de adivinos y confundirnos estrepitosamente, es más que probable que se encuentre entre las candidatas a algún Oscar en la próxima gala del domingo 22 de febrero de 2015, y si obtiene alguno (probable; ya se sabe que a los académicos de Hollywood les molan mucho las historias de superación, homenajes póstumos, y encima pueden darse el pego de resarcir para el mundo la figura de Turing con mucho más brillo que los ingleses, además de alguna otra cosilla que no es pertinente desvelar aquí) la distribución internacional se agilizará.

Polémica

Aunque no debiera ser así, pero ya se sabe como somos y nadie nos va a cambiar ahora, una buena polémica nunca viene mal a la hora de que una película haga una suculenta caja. The Imitation GameEn este caso, Andrew Hodges, uno de los biógrafos de Alan Turing, quizá el más popular, además de académico de matemáticas en la Universidad de Oxford, y a partir de cuyo libro se ha basado el guionista, ha montado poco menos que en cólera al visionar la película final. Bajo su punto de vista, se ha exagerado la (inexistente) historia de amor entre Alan Turing y Joan Clarke, y se ha transmitido demasiado glamour al personaje al ser interpretado por una actriz como Keira Knightley. Según indica Hodges, Turing se sentía a gusto con la criptoanalista ya que podía hablar con ella como si de un hombre se tratara, por su conocimiento y competencia en temas que a ambos les interesaban, pero nada más. Por otro lado, se inventa una relación ficticia entre Turing y John Cairncross, uno de los posibles candidatos a ser “el quinto hombre” de la red de espionaje británico conocida como los Cuatro de Cambridge, formada por Kim Philby, Guy Burgess, Donald Duart Maclean y Anthony Blunt. Se sabe que había un quinto espía, pero a día de hoy es un absoluto misterio quien fue, aunque siempre se han barajado varias personas, entre ellas Cairncross. “Es conocido”, afima Hodges, “que las personas que trabajaban en proyectos diferentes en Bletchley Park, estuvieron siempre separados, sin contacto alguno”. (En la imagen, una de las escasas fotos de un grupo de personas trabajando en uno de los barracones de Bletchley Park). Por eso el escenario que plantea la película del lugar lo califica de “ridículo”,  apostillando que Cairncross y Turing nunca se encontraron.

The Imitation GameUna falta que Hodges considera intolerable es la escasa (a su juicio) muestra de la extraordinaria capacidad de Turing como científico y como diseñador de computadores. De hecho escribió a los responsables de la película una vez tuvo el guión en sus manos para mostrarles su desacuerdo con todo ello. Como respuesta, le indicaron que ellos plantearon la película como un drama, no como un documental, y para ello ha sido necesario tomarse algunas “libertades creativas”. Su propósito era mostrar más al Turing corredor de maratón, y mucho más sociable con sus compañeros de lo que en realidad fue. Deseaban huir del habitual estereotipo de Turing como “afeminado” o “friki”, estando más interesados en transmitir de un modo entendible sus logros, más que, por ejemplo, su vida sexual.

Los protagonistas

The Imitation GameQuizá a muchos no les diga nada aún, pero el protagonista, Benedict Cumberbatch, es el actor británico con más proyección y solicitado del momento. Esta popularidad internacional le viene por apenas un par de interpretaciones (buenas interpretaciones, también es justo decirlo) en la trilogía El Hobbit (en la primera película casi pasa desapercibido como el nigromante, pero en la segunda se convierte en Sauron de Mordor, el Señor Oscuro, el mayor de los males de la Tierra Media, además de ser el terrible dragón Smaug), como William Ford, el primer amo del protagonista de 12 años de esclavitud, pero sobre todo por ser el Sherlock Holmes de la serie de televisión Sherlock.  Los más cinéfilos seguramente le recuerden también como Julian Assange en El quinto poder, o el joven Charlie Aiken en Agosto. Pero sobre todo en el Reino Unido tiene a sus espaldas un montón de destacables intervenciones en series de televisión o películas como Las hermanas Bolena o El topo, entre otras. Además está a la espera de interpretar nada más y nada menos que al rey Ricardo III en la espléndida serie que comenzó en 2012 sobre obras de William Shakespeare, The Hollow Crown.

The Imitation GameLa que no necesita de ninguna presentación es la guapa Keira Knightley (Orgullo y Prejuicio, la serie Piratas del Caribe, La Duquesa, Anna Karenina, imagen de los perfumes de Chanel, etc.). Interpreta a la criptoanalista Joan Clarke, que trabajó muy estrechamente con Alan Turing, fueron amigos personales e incluso llegaron a pensar en casarse, aunque finalmente Turing decidió no hacerlo y no fingir una impostura, como sabemos (en el telefilme Breaking the Code aparece con el nombre cambiado de Patricia Green). La actriz además ha destacado en diferentes ocasiones por su compromiso, no sólo testimonial sino también activo, en campañas y apoyos a diferentes organizaciones sociales y humanitarias. También se ha manifestado en contra de determinados comportamientos de compañeras de su profesión por querer prolongar o modificar artificialmente sus figuras. Veremos si sigue tan lúcida cuando pasen algunos años.

The Imitation GameEl pasado miércoles 8 de octubre, previo al inicio del BFI London Film Festival, tuvo lugar un encuentro y posterior rueda de prensa entre los dos actores protagonistas y los medios especializados en el Corinthia Hotel de Londres. Entre las declaraciones que hicieron, destacaremos las relativas a las matemáticas directa o indirectamente.  Durante el rodaje de The Imitation Game, Keira admite haberse sentido “mal, realmente mal al no entender nada de las matemáticas” que se citan en la película (en la imagen la actriz en el foto call en Londres el pasado 8 de octubre).  “Teníamos un especialista durante el rodaje y tuve la misma sensación de cuando estudiaba matemáticas en la escuela”, confiesa. “Me sentía como si estuviera muerta y no podía concentrarme en nada. Era un hombre encantador y todo lo que nos explicaba era realmente interesante. Debería haberle prestado más atención, pero no lo hice”. Keira recuerda que un día los actores se propusieron ejercitar un poco su mente con crucigramas y juegos de palabras. Algunos se lo tomaron más en serio, pero tardaron cinco días en terminar un simple sudoku. No es extraño por tanto que respondieran tanto ella como Benedict un rotundo “No” a la cuestión de los periodistas sobre si habían mejorado sus habilidades con este tipo de pasatiempos. Cumberbatch explicó que, aunque no llegaba a entender totalmente los intrincados detalles matemáticos que permitieron a Turing romper el código de la Enigma, calificó la experiencia como fascinante.  “Creo que hay cosas muy emocionantes de un nivel básico que todo el mundo puede entender”, añadió, “como la idea de codificación, la idea de programación, la idea de que lo que puedes utilizar como lenguaje  puede convertirse en algo universal que puede usarse aquí, en China, o en Rusia. Todo esto me excita”.

El actor continuó de un modo muy sincero y espontáneo: “Yo entendí un poquito, una pizca sobre la máquina Enigma y la codificación. Pero ponme delante un algoritmo, o una ecuación de segundo grado, y esta conferencia de prensa nunca terminaría para mí tratando de resolverla”.

Mi impresión

A riesgo de meter la pata hasta el fondo, como dije antes, por lo visto y oído hasta el momento, me da la impresión de que nos vamos a encontrar con algo similar a lo que pasó con Una mente maravillosa, de Ron Howard, sobre John Nash, otro matemático cuya vida no fue precisamente la idílica visión en muchos aspectos que daba la película. La peripecia de Turing tampoco fue un lecho de rosas precisamente, pero seguramente volvamos a tener un sucedáneo comercial pensado para acaparar galardones, donde todo está milimétricamente cuadrado y planificado (la emoción, la intriga, el romance, todo). Puede que, después de todo, su título no se refiera al famoso test de Turing (ya sabéis, una batería de preguntas a partir de cuyas respuestas poder deducir si nuestro interlocutor, al que no vemos, es humano o en realidad una máquina; recordad, en el cine, el test para decidir si uno es replicante o humano en Blade Runner), sino a la propia película: una simulación de la vida de Turing. Siendo aún más perverso, el propio desarrollo de la película imita al de Breaking the Code: comienza investigándose un robo en la casa de Turing, y de ahí, diferentes flashbacks a otros tantos episodios de la vida del matemático. Por cierto, si la entrevista mantenida para reclutar a Turing en el telefilme era prodigiosa, por su naturalidad y transmisión de información rigurosa, la mantenida aquí ni se acerca de lejos. Resulta totalmente impostada, y muy efectista (al gusto por supuesto de la comercialidad yanqui). Una diferencia respecto al telefilme se encuentra en la recreación de los años de escuela de Turing. Si en aquel se conocían por el relato de Alan y Cristopher Morcom a la madre de Turing, aquí (y también la relación entre ellos) es en las aulas. No puedo entender la razón por la que se ha evitado (se dice pero de un modo tan difuso que cabe pensar que en realidad Turing no tenía clara su identidad sexual, cuando de eso nada) una mayor claridad respecto al comportamiento sexual del protagonista, que es clave para entender mucho de su comportamiento (y eso no significa que tenga que haber escenas explícitas precisamente). Otro tic del que se abusa demasiado es el de tirar los folios por los aires cuando algo no sale al gusto del protagonista.

Pero claro, ¿se puede esperar algo más de un director cuyo mayor logro ha consistido en la realización de la discutible Headhunters, violento thriller noruego salpicado de pinceladas de humor bastante grueso? (En el enlace podéis ver un trailer en castellano).

Por cierto, aparecen más matemáticos en escena, después de Turing quizá el más destacable sea Peter Hilton, fallecido el 6 de Noviembre de 2010, y cuyo campo de trabajo posterior al de criptoanalista en Bletchley Park fue la topología algebraica, el álgebra homológica y de categorías. También hizo algunas aportaciones en didáctica de las matemáticas. Publicó 15 libros y en torno a 600 artículos. Sin embargo, en la película, apenas si queda perfilada su presencia (estad por tanto atentos).

En todo caso, debemos estar contentos de poder contar con otra versión cinematográfica con cierto trasfondo matemático. No sé vosotros lectores, pero yo, a pesar de todo, estoy deseando verla. Y espero poder deciros cuan equivocado estaba a día de hoy.

Una recomendación

The Imitation GameHasta hace relativamente poco tiempo, no existía prácticamente ninguna obra en castellano sobre Alan Turing. Aunque seguimos sin disponer de nada de Andrew Hodges (el biógrafo en cuyo libro Alan Turing: the Enigma, se basa la película), lo cierto es que existen actualmente varias referencias interesantes sobre este matemático. Una de las últimas es Alan Turing. El pionero de la era de la información, editado por Turner. En breve, trataré de subir a la sección de reseñas de libros, una detallada descripción del mismo. A modo de anticipo, indicar que me ha parecido realmente magnífico y altamente recomendable. No es una biografía estrictamente de la vida de Turing. Aunque obviamente se articula en torno a ella, lo destacable es que cada capítulo ofrece una detallada información de todo lo que rodeaba en ese momento a cada tema. Por ejemplo, como funcionaban los servicios de inteligencia aliados durante la II Guerra Mundial, a qué se dedicaban, etc. O datos sobre aspectos poco difundidos de la criptografía, como los bigramas, las “chuletas”, etc. Su autor es un reconocido filósofo lógico, que también ha trabajado mucho la obra de Turing.

 

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